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sábado, 30 de julio de 2016

Tipos de estampados en ropa

Hoy os voy a enseñar los tipos de estampados textiles más famosos que existen, pues seguro habréis oído muchos de estos nombres pero quizá no sepáis asociarlos a los patrones que evocan. No voy a entrar a describir en profundidad los diseños o su historia, sino que va a constituir un vistazo superficial pero básico,  aclaratorio y suficiente. El objetivo es saber distinguirlos a primera vista, no realizar un estudio extenuante.

Dentro del tejido Tweed (el paño de lana escocés que en función de la materia prima empleada puede subdenominarse Harris, Donegal o tweed de seda), podemos encontrar los estampados de espiga (Herringbone), de pata de gallo (Houndstooth), de ojo de perdiz (Partridge eye) y el terroso (Donegal).
Según el orden de mención, aquí los muestro:


Encontramos también el estampado Cuadro de Príncipe de Gales, que en ocasiones utiliza patas de gallo en lugar de cuadros corrientes.


                                  [Imágenes de: Google Images y www.trendenciashombre.com]



Raya diplomática (pinstripe suit): es un estampado sobrio, serio y elegante, muy de ejecutiv@, tan solo consistente en líneas verticales paralelas de grosor (aunque siempre estrechas) y separación variable. También asociado a políticos y gángsters. El fondo suele ser negro, azul oscuro (o marino) o gris, y las rayas en tonos más claros o blancas.


[Imágenes de: estilosdemoda.com]

Rayas marineras (navy): suelen combinar blanco con azul oscuro o marino o con rojo. El estilo marinero también abarca motivos como anclas, botones dorados inspirados en los uniformes de los marineros, etc. Algunas fuentes afirman que su origen de este estilo se remonta a la época victoriana y, las rayas, a los marineros de escaso rango de la Armada Naval Británica. Coco Chanel extendió su uso entre las mujeres.


[Imagen:
http://smoda.elpais.com/moda/asi-nacio-el-estilo-marinero-la-tendencia-que-todos-llevamos/] 

Tartán o cuadros escoceses: toma como inspiración las tradicionales faldas escocesas compuestas de cuadros y listas combinados en diferentes tonos, y frecuentemente nos lleva a pensar en uniformes de colegiales, ya que algunas faldas de uniformes emplean ese estampado. El material empleado suele ser lana y los colores más populares, el rojo y el verde. 



Vichy: estampado en blanco y otro color, compuesto de cuadros muy pequeños. Recuerda a ciertos manteles de picnic y de mesa y, de hecho, empezó usándose para ellos. El nombre proviene de la ciudad francesa homónima y su origen se remonta a la Provenza francesa del siglo XVII. en vestimentas masculinas se popularizó durante la postguerra y, en las femeninas, en los años 60 gracias, en parte, a Brigitte Bardot.



[Imágenes: www.pintores-decoradores.com y weloversize.com]

Militar o de camuflaje: recibe ese nombre por corresponderse con ciertos uniformes del mundo militar. El tono base suele ser el verde, a veces combinado con tonos tierra, pero actualmente puede verse en cuaquier color.


Estampado animal: toma como inspiración los patrones que presentan las pieles de algunos animales. Su uso se ha popularizado para todo tipo de prendas u objetos, aunque llevándolo puesto es preferible no mezclar distintos motivos y apostar solo por uno.

  [Imagen de: www.disfracesbacanal.es]

Paisley o cachemir(a): 
Es un motivo que procede de la Antigüedad, supuestamente de lugares como Persia e India, y que toma como referente la forma de las hojas de ciertas plantas, y también las gotas o las lágrimas. Algunos estampados actuales solo rescatan las gotas, pero, en general, suele estar muy ornamentado, adornado con motivos florales abstractos. Como lugar de producción de chales con este patrón, destacó, desde el Siglo XIX, Paisley, Escocia; de ahí su nombre. 

Liberty: compuesto de pequeñas flores. Su nombre se debe a un vendedor londinense de telas: Arthur Lasenby Liberty. Se popularizó en los años 70.


 

[Imagen de: http://www.dolcecity.com/londres/2010/12/liberty-andamp-co-el-origen-del-estilo-liberty-en-londr.asp]




Fuentes consultadas:
http://www.trendenciashombre.com/cajon-de-sastre/conoce-los-tipos-de-estampados-de-la-ropa
https://es.wikipedia.org/wiki/Tweed_(tejido)
https://vestirseporlospies.es/
http://fashionmode-mitzy.blogspot.com.es/2009/09/estampado-de-paisley-o-cachemir.html
https://es-la.facebook.com/notes/escuela-argentina-de-moda/curiosidades-de-la-moda-el-estampado-vichy/766264116729691/
http://smoda.elpais.com/moda/asi-nacio-el-estilo-marinero-la-tendencia-que-todos-llevamos/
http://www.dolcecity.com/londres/2010/12/liberty-andamp-co-el-origen-del-estilo-liberty-en-londr.asp

Diferencias entre "retro" y "vintage"

Mucha gente, incluida una servidora, confunde repetidamente los términos "retro" y "vintage" o los usa erróneamente como sinónimos, cuando en realidad hacen referencia a cosas distintas.
He aquí las diferencias, ya se trate de un mueble, de vestuario o de cualquier otra cosa:

Retro se refiere a aquel objeto de creación reciente o actual que imita o se inspira en su forma, material y/o estilo a uno del pasado. 

Acudiendo a las fuentes que he consultado, estiloydeco.com afirma que lo "retro": «Son objetos nostálgicos que hacen referencia a determinado momento histórico, sin pertenecer al él; las cosas retro son hechas en nuestra época, evocando la estética del pasado.»

Vintage hace referencia a un objeto creado en época pasada -al menos veinte años antes del presente- que es reutilizado en el presente, normalmente, sobre todo en terrenos como la moda o el diseño, para darle un toque "antiguo" al conjunto, debido a sus valores estéticos. Su aspecto debe remitir de forma identificable a dicho periodo. 
Por todo ello, no se trata simplemente de algo "antiguo" o "viejo", pues, además, se considera que algo es "antiguo" solo si supera los 100 años de antigüedad.

Ejemplos visuales:
[Imagen: vestido vintage de los años 50 frente a estilismo retro actual que se inspira en dicha época. Fuente: http://fashionblogmexico.com/diferencia-ropa-retro-vintage/]

 La página entremujeres.clarín.com explica:
«Para ser considerado vintage un mueble o accesorio debe ser original y anterior a los años noventa, aunque las piezas más populares son las de los años 20 a los 70.»

 
[Imagen: cocina vintage v. retro. Fuente: http://www.estiloydeco.com/diferencias-entre-retro-vintage-y-antiguo/]
 


Fuentes:

viernes, 22 de julio de 2016

Reseña del libro "Spike & Dru. Bonitas doncellas, todas en fila"

Calificación: 3/5 estrellas. En torno a un 7 sobre 10.

Los acontecimientos tienen lugar en la década de los años 40, es decir, antes de todo lo ocurrido en la serie Buffy, cazavampiros. Nos da a probar una muestra de lo que habría sido la vida depravada y despreocupada que Spike y Drusilla llevaban antes de llegar a Sunnydale. 

Se lo recomiendo a todos los fans de la serie y sobre todo de esta pareja, siempre que lo leáis sin muy altas expectativas y si no os importa demasiado que se incumpla el canon (es decir, hay escenas que entran en contradicción con lo visto en la serie), pues este tipo de obras que se hacen sobre productos televisivos no suelen ser precisamente obras de arte que derrochen talento y creatividad, sino que a fin de cuentas se trata de “explotar la fama del producto”. 

He de avisar que, tal y como señalaban algunos comentarios que leí a posteriori sobre el libro, sí que es cierto que se trata de una obra oscura y algo cruda y explícita en cuento a violencia se refiere, pero, sinceramente, tampoco es para tanto. Además, alguien que va a leer acerca de los estragos que causaban esta sombría pero extraordinaria parejita supongo que sabe lo que se va a encontrar: los vampiros de Buffy Cazavampiros no son conocidos por ir por el mundo salvando gatitos precisamente. Más que nada se trata de algunas situaciones que se insinúan o las descripciones que se hacen de ciertos crímenes -la mayoría de los cuales a manos de Spike y Dru, que causan estragos entre el repertorio de cazadoras potenciales o en reserva de las que dispone el Consejo de Vigilantes-. 

Algunos de estos pueden resultar algo desagradables, sobre todo si se le añade el hecho de que la mayoría de las víctimas asesinadas son chicas adolescentes inocentes sin mayor motivo que la mala suerte de haber sido escogidas como cazadoras en potencia. No obstante, repito que tampoco es para tanto, y si lo digo yo que soy la clase de lectora que evita leer obras con escenas crudas entonces es que esta tampoco es tan dura. En cuanto al sexo, a pesar de que se insinúa o incluso afirma el cariz altamente peliagudo, controvertido y violento que caracteriza a las relaciones que mantienen Spike y Dru, se agradece que es todavía menos explícito que la violencia: se nos anuncia el comienzo de un encuentro sexual pero este no se describe en su desarrollo.

He de decir que una de las cosas que más me han sorprendido positivamente hablando ha sido la capacidad del autor para reflejar, de una forma bastante lograda, los delirios de Drusilla. Es un personaje peliagudo para cualquier persona que quiera atreverse a incluirla en una historia, pues debe ser cuidadosa a la hora de cincelar los recovecos y matices de un personaje sometido a extravíos mentales provocados por la locura. La mayor dificultad reside en encontrar el punto exacto, pues, como puede verse en la serie, esa enajenación mental no le impide tener más que esporádicos momentos de lucidez. Se puede incurrir en el craso error de considerar que cualquier cosa que salga de su boca no constituiría más que cháchara sin fundamento, pero detrás de esos delirios y esas extrañas metáforas, se encuentran comparaciones tenebrosas entre aquello que todos vemos y aquello que se encuentra más allá de lo que cualquier otra percepción, salvo la suya, puede alcanzar. El mismo Spike tiene eso en cuenta, tal y como se dice en el libro, y muchas veces en los aparentes extravíos de Dru residen visiones de futuro o intuiciones temiblemente aproximadas a la realidad.

En cuanto a mi amado Spike, he de decir que su forma de retratarlo en el libro sí que ha dejado más que desear. Spike es un personaje tan completo y con tantos matices y caras que si se comete el error de priorizar o centrarse en uno de ellos se corre el riesgo, o más bien se incurre de inmediato, en una anulación de dicha riqueza del personaje, en una simplificación de su carácter. Así, vemos en este libro una focalización en el Spike malvado, violento y sanguinario en detrimento de sus cualidades positivas. Vale que estaba con Dru, que al ser malvada saca del él más que nada los aspectos negativos de su persona (aunque se agradece que al menos quede manifiesta en la historia su preocupación y cariño por ella), pero eso no es excusa para que no se haya potenciado más, por ejemplo, su vertiente humorística.

Para saber más sobre Spike, os recomiendo leer mi artículo, publicado en este blog, sobre Mis personajes favoritos de series de televisión.
 
El libro ha estado bien, y ha ido mejorando según avanzaba hasta llegar a un suceso que no me gustó nada, y eso me lleva a confesar algo que me ha sorprendido: como fan devota y absoluta de Spike que soy, di por hecho que al leer el libro este sería mi personaje favorito, pero sorpresivamente, no ha sido así. 

De hecho, consideraría que ha sido Sophie, la Cazadora, mi personaje preferido de la historia, y por ello, SPOILER: [me fastidia sobremanera que acabara muriendo y nada más y nada menos que a manos de mi queridísimo Spike. Tengo que decir que yo, lamentablemente, estaba muy segura de que Sophie no moriría, ya no solo porque fuera una de las protagonistas y una “de los buenos”, sino más que nada, porque en la serie se informa de que Spike solo ha matado a dos cazadoras: la joven china de la Rebelión de los Boxers a principios del siglo XX y Nikki Wood, en el metro de Nueva York en los años 70. Yo me aferraba a ese hecho, que por algo es canon y no debería incumplirse, para tranquilizarme a mí misma diciéndome que ninguno de mis dos personajes favoritos, aunque estuviesen enfrentados a muerte, iban a morir en esta historia.
Me equivocaba de cabo a rabo. Aunque obviamente Spike no podía morir en este relato, pues entonces no habría sucedido nada de lo que se ve luego en la serie, Sophie, personaje inventado ex profeso para esta historia y por tanto, en cierto modo, “prescindible”, no corrió la misma suerte. Eso fue, sin duda, lo que más me enfureció del libro. Después, curioseando en opiniones de terceros sobre la obra, descubrí que el libro había sido escrito durante las primeras temporadas de la serie, con lo cual el capitulazo (probablemente mi favorito de toda la serie) “Fool for love” (Ansias de amor, 5x07) aún no había visto la luz y por tanto, aún no se conocía la identidad de la segunda cazadora asesinada por Spike. De ahí que el autor del libro se permitiese el lujo de inventarse la identidad de dicha cazadora por su cuenta y riesgo.
Pero eso no lo supe hasta después de acabarme el libro, razón para que me sentara horriblemente mal la muerte de Sophie, pues tan convencida estaba yo de que se iba a salvar.] FIN DEL SPOILER

En general el libro me ha gustado, pero no es para nada memorable, salvo por el hecho de ser el único que conozco protagonizado por mi queridísimo Spike. Aun así, he de reconocer que el libro es adictivo, según avanzaba más ganas tenía de seguir leyendo y más enganchada estaba, pues sentía curiosidad por ver cómo se desarrollarían los acontecimientos.

Mis personajes favoritos de series de televisión




Aquí comparto con vosotros mi visión personal acerca de tres de mis personajes preferidos de series de televisión. De los tres hay que subrayar que no serían tan entrañables sin el enorme talento de los actores que los interpretan, o mejor dicho, que bordan sus papeles: James Marsters, Jim Parsons y Nathan Fillion.

  
SPIKE (Buffy, cazavampiros):


Como calidad de personaje en la serie, es un gigante, un titán que no tiene igual en ninguna otra obra de ficción que yo haya visto o leído. Es el personaje más completo, rico y complejo que he visto, para nada plano, sino que sufre en la serie una evolución extraordinaria gracias a las múltiples facetas que contenía escondidas en su interior pero que van haciendo aparición poco a poco. Al principio se nos deja claro que es un Big Bad en toda regla, sí, un villano asesino, malvado, depravado, arriesgado, impetuoso, decidido, sanguinario, violento y letal. 

 Más tarde descubrimos su vena humorística -es, sin duda, el personaje más gracioso de toda la serie, a veces por sus dardos hirientes y malintencionados, por su ironía y sarcasmo, y otras por momentos en los que él se convierte en la victima de la situación, en la que nos saca sonrisas tiernas y risas compasivas-. Es enormemente cínico, y hace uso de una sinceridad brutal que suelta verdades como templos aunque duelan, que saca a la luz lo que otros personajes tratan de callar y encubrir sobre sí mismos. 



Pero, como se irá descubriendo después, eso no es todo en el caso de este personaje tan apasionante. Porque, si se me permite la extraña analogía, Spike es como las cebollas, compuesto de infinitas capas. Cuantas más retiras para ver de él, más encuentras después. Por eso, tras esa fachada dura, maleducada y arrogante, tras todas esas capas superficiales de cuero y mala actitud, se esconde un héroe que cuando se enamora lo da todo por la persona amada, que es valiente, decidido, sensible, leal, romántico y entregado hasta extremos insospechados, como el dejarse torturar por una diosa por proteger un secreto custodiado por la mujer que ama. 
Si me liara a enumerar todas sus cualidades extraordinarias y positivas no acabaría nunca. Lo tiene todo para conquistar a una mujer, por eso nunca dudo al decir que se trata del hombre de mis sueños. ¡Por Dios, pero si hasta se recorre medio mundo y soporta retos y pruebas insoportables para conseguir su alma por Buffy, para ser merecedor de ella! Su versión con alma, he de admitir que no resulta tan desternillante, sexy y entretenida, pero sin duda acaba de eliminar aquellos resquicios de maldad que aún le lastraban a la hora de convertirse en el hombre perfecto con el que cualquier mujer desearía estar para el resto de su vida.


Qué decir del increíblemente atractivo actor que lo interpreta, soberbio en su actuación, en sus gestos y muecas descaradas y provocativas, su capacidad de revolucionar hormonas a su paso, sus andares de tipo duro, su manera descuidada de sentarse en el sofá. Pero también es magnífico James al interpretar al Spike más vulnerable ante los desprecios ajenos, al de las caritas de pobrecito, de los ojos llorosos y de océanos de sentimientos reflejados en el rostro. Sencillamente sublime. 



Lo cierto es que Spike da de sí para escribir un testamento entero, pero si me extiendo en exceso con cada uno de estos personajes nunca voy a terminar este artículo.




SHELDON COOPER (The Big Bang Theory):

Es extraño que una persona como yo sienta tanta devoción por un personaje como Sheldon, pero lo cierto es que es así. Es arrogante, egocéntrico, egoísta, puntilloso, borde, cree que solo él está a la altura de los más grandes y prácticamente se cree el salvador y el futuro de la humanidad, como si se tratara de uno de los héroes de cómic a los que tanto vanagloria. Para colmo, desprecia a los humanistas. Bueno, en realidad, desprecia toda aquella profesión que no sea la suya. 

Más que conocida es su animadversión a los geólogos, e incluso creo recordar que alguna vez se ha burlado de Leonard, su mejor amigo, por ser físico práctico en lugar de físico teórico como él, posición que, sin duda, considera más elevada intelectualmente. 

Adora ser el mejor, el más listo, y, sobre todo, alardear de ello, en ocasiones llegando a poner en ridículo a sus amigos –no hace falta recordar su afición por humillar a Howard por ser el único de sus amigos que no posee un doctorado- o engañarles. Sobre esto último, cabe añadir que su extrema incapacidad para entender los sarcasmos hace que interprete todo lo que se dice de forma literal. Por ello cabría esperar que todo lo que contase él fuese rigurosamente cierto. Esto hace que sean aún más sorpresivas esporádicas bromas suyas o chistes, ocasiones que aprovecha para soltar, ante la mirada estupefacta de sus amigos, su mítico: «¡Zas, en toda la boca!» (Bazinga!)

Y, a pesar de todo, no puedo evitar sentir una cierta empatía y ternura hacia él, porque el pobre no acaba de entender eso de cómo funcionan las relaciones humanas, las convenciones sociales, la cortesía y los buenos modales, pues él no posee filtros, simplemente dice lo que piensa. Quiero creer que cuando ataca a alguien no siempre es consciente del daño emocional que puede llegar a causar, que lo hace sin darse cuenta. Ha crecido solo, marginado, sin amigos, siendo el blanco de los matones, poseyendo una inteligencia, curiosidad científica y capacidad intelectual al alcance de muy pocos –él mismo no duda en presumir, por si alguien cuestiona su cerebro, de su superior cociente intelectual-. Ante los desprecios y burlas de la gente siempre se escuda diciendo que, contra lo que parece pensar todo el mundo de él, no está loco, pues su madre le hizo las pruebas pertinentes para averiguarlo ;)


Es tan solo un incomprendido en un mundo en el que, desafortunadamente, son los fuertes y populares los que imponen sus normas, no las mentes privilegiadas que desean cambiar el mundo a mejor (bueno, vale, él lo hace más que nada por el reconocimiento, a fin de cuentas su mayor aspiración es ganar el premio Nobel).

Está lleno de manías, a cada cual más hilarante, desesperante y disparatada. Sin duda la más conocida puede resumirse en el famoso: «Este es mi sitio», que aunque pueda parecer toda una rareza, él es capaz de fundamentarlo con una lógica aplastante. No se queda atrás su manía obsesivo-compulsiva por llamar a la puerta tres veces, repitiendo otras tantas el nombre de la persona que se halla dentro. Es indeciso, cuadriculado, siente pavor hacia los gérmenes, no le gusta improvisar y no le gusta infringir las normas establecidas. Por ello, si se desea que haga algo, tan solo basta afirmar: «Es una convención social no optativa». La única excepción en la que optó por transgredir la ley que se me ocurre es cuando robó una de las películas de Indiana Jones de la sala de proyección del cine en el episodio 4x08[1], aunque lo que más disfruta es, sin duda, imponer sus propias normas y obligar a otros a respetarlas. Para ello, una mente inteligente como la suya sabe que es indispensable y conveniente un amplio conocimiento de las leyes vigentes o la puesta por escrito de estas, lo cual soluciona redactando los tan conocidos "Contratos de Convivencia".
Antisocial, aficionado a los cómics de superhéroes y a las series de ciencia ficción, constituye el arquetipo de friki, de bicho raro o nerd, pero yo tiendo a declararme contraria al uso de ese tipo de palabras de connotación tan peyorativa. Estas son aficiones tan válidas como otras, por mucho que le pese a la gente “popular”.


Hay muchos que se quejan del doblaje de la serie, de que la voz no le pega al personaje. En mi opinión, nada más lejos de la realidad. Debido tanto a esos momentos que acabo de enumerar, en los que sale a relucir el niño mimado que lleva dentro, como en sus continuos alardes de listillo y sabelotodo, considero que la voz que en español le han puesto le va como anillo al dedo: aguda, de timbre particular y casi incisiva, muy de sabihondo repipi. Le pega más al carácter del personaje que la profunda y grave voz del excelente actor Jim Parsons.



Hay ocasiones en las que dan ganas de atravesar la pantalla y darle un abrazo, otras sin embargo, un par de tortas. No obstante, por muy irritante que sea, ¿quién no se ablanda aunque solo sea un poquito cuando se comporta como un ingenuo y mimado niño pequeño, con esa cara de no haber roto un plato, o cuando le pide a Penny que le cante “dulce gatito”? 
Aunque se esfuerce mucho en disimularlo, lo cierto es que quiere mucho a sus amigos, sobre todo a Leonard. Aún recuerdo lo mucho que me enterneció el momento del capítulo 6x02 en el que, tras haber mantenido una charla con Penny sobre sus idas y venidas con Leonard en las que se había manifiesto el desequilibrio de sentimientos en su relación (él enamorado, ella quizá no o con miedo a reconocerlo), le advirtió, antes de marcharse: «No le hagas daño a mi amigo».[2] Me pareció el gesto más adorable y tierno que ha tenido en toda la serie. 

Lo cierto es que en muchos aspectos, aunque en otros seamos incompatibles, entiendo a Sheldon, porque me siento terriblemente identificada en muchas cosas.


RICHARD CASTLE (Castle):  

Sin duda, el alma de la serie. Comienza siendo el típico ricachón mujeriego, creído, graciosillo y algo arrogante, pero pronto vemos que se trata más de una fachada que otra cosa. Es infantil, inmaduro, imprudente, impulsivo e irresponsable. Es inexplicable que de un padre así salga una hija tan desmesuradamente responsable como Alexis, o quizá precisamente por ello, por oposición a él, para poder atarle en corto en sus locuras.

Es, por otro lado, fiel y leal, aunque testarudo y metomentodo, dispuesto a ayudar incluso cuando no se lo piden, como cuando decidió investigar por su cuenta el asesinato de la madre de Beckett, aun cuando ella le había advertido que no lo hiciera.

Es también, hilarante, divertido, gracioso y entrañable, capaz de poner una nota de humor en las situaciones más tensas o trágicas. Gran aficionado a bromas, chistes y sustos. Sin duda sus impagables muecas y reacciones son lo mejor de la serie. En esto juega un papel fundamental la voz del doblador, que aporta un efecto cómico impagable y que para mi ya constituye parte del "sello Castle". Es el mismo, como pude notar enseguida, que dobló en su momento a Nicholas Brendon en Buffy, solo que en ese caso ni la voz conseguía hacer a ese personaje, Xander, más cómico (ni aún cuando se suponía que era el graciosillo de la serie, cosa que a mi nunca me lo pareció) ni menos insoportable.

Rick es, también, tremendamente ocurrente, como muestran sus disparatadas hipótesis sobre los casos que investigan, siempre tratando de buscarles una explicación sobrenatural, de esas para las que se esfuerza en buscar pruebas de su veracidad, que alimentan su imaginación de escritor y hacen aflorar al niño que lleva dentro. Me pregunto si realmente es así de iluso, creyendo de verdad que esas cosas pueden llegar a suceder, que toda esa mitología contemporánea proveniente del mundo de la ficción podría ser el origen de un crimen real o si exagera su histrionismo porque sabe que eso exaspera a Beckett y compañía. 


 El más pesado del mundo cuando quiere, pero también enormemente valiente, sobre todo si está en peligro alguien que le importa, como en el caso de los secuestros que a lo largo de la serie sufren su hija o Beckett. 

Esta última, muy cansina en algunos aspectos, tardó lo suyo en aclararse en cuanto a sus sentimientos sobre él, e incluso estando juntos se separó de él durante un tiempo en alguna ocasión, por lo que también habría que valorar de él su paciencia, más que la del santo Job, con una mujer que no para de erigir muros ante el acercamiento de él.




No puedo olvidar hacer mención, pues es la faceta en la que más podría proyectar mi yo futuro, a Castle como escritor, como maestro de las letras que usa sus experiencias diarias para insuflar vida a los personajes de sus novelas de crímenes: desde Derrick Storm hasta Nikki Heat. Él afirma, con tanta gracia como razón: «Hay dos clases de personas que se pasan el día pensando en cómo matar a alguien: los psicópatas y los escritores de misterio. Yo soy de los que cobran más»[3]




FUENTES CONSULTADAS:

Imágenes de Spike:


Imágenes de Sheldon Cooper:



Imágenes de Richard Castle: