Hace unos días fui a ver la nueva
versión que se ha hecho de la historia del Rey León, esta vez con animales
digitales, no dibujos animados. No es una película en la que yo tuviera un
especial interés, pero mi pareja es muy fan de la original y me invitó a verla.
Sinceramente, no recuerdo ni si
vi la original cuando era pequeña. Es más que probable que no, ya que yo estaba
más interesada en las princesas Disney (que tampoco me fascinaban en exceso)
que en los animales salvajes.
Al no haber visto (ya sea o bien
recientemente o bien en absoluto) la original, no puedo compararlas de ningún
modo, así que mi opinión se basará exclusivamente en lo que he visto en esta.
No es un film que me haya
encantado ni que me haya dejado fascinada como ya me podía imaginar antes de verla.
No obstante, no se hace pesada ni aburrida, y siempre es mejor contemplar
animales hechos de la forma más realista posible que en su versión de dibujos
animados.
Yo siempre he sentido algo de
rechazo hacia las películas en las que se hace hablar a animales como personas,
quizá por lo antinatural que me parece. Para que una película me guste y me
llegue realmente, me tengo que sentir mínimamente identificada con los personajes,
y eso resulta imposible para mí tanto cuando se trata de un animal como de un
dibujo animado. No obstante, los leoncitos cachorros son muy adorables y agrada
verlos en pantalla, aunque pierdan ese encanto al crecer.
Además, las películas que
realmente me gustan y me llegan siempre me dejan absorta en ese mundo de
ficción aun horas después de haber salido del cine. Puedo estar un rato largo
reviviendo escenas o continuándolas en la mente, y lo cierto es que eso no me
ha vuelto a pasar con ninguna película que haya visto recientemente, mucho menos esta.
Aunque, como es lógico, la acción
se vea espolvoreada por ciertos momentos de humor, lo cierto es que estos tampoco
es que sean muy abundantes, y, en su casi totalidad, quedan a cargo
de los personajes de Timón y Pumba. También hay que entender que, debido a que los
animales no cuentan con nuestra capacidad para la expresividad, hacer reír se
convierte en una tarea todavía más difícil y se comprende que las risas que
produce la película sean más bien limitadas. En cuanto al drama, este por suerte se ciñe
casi —casi— exclusivamente al “momento Mufasa” (supongo que ya me entendéis) y, afortunadamente,
tampoco se recrean en él de una manera que te haga llorar a mares. Por otra parte, es de valorar la moraleja y las enseñanzas que intenta trasmitir la historia, aunque se trate de clichés.
En cuanto a la música, al parecer
se han mantenido bastante fieles a la original, partiendo de esta y no
innovando demasiado. Yo tampoco es que sea entusiasta de la banda sonora
original, me es bastante indiferente, pero creo que es una buena decisión
mantenerse fieles a la esencia para no decepcionar a los fans más acérrimos.
En definitiva, considero que los
aficionados a esta historia sí deben verla pero manteniendo una mente abierta y
evitando caer en comparaciones que podrían resultar poco halagüeñas para esta
nueva adaptación. En cuanto a los que no hayan visto la original o no sean especialmente
entusiastas al respecto, pueden disfrutarla igualmente, a fin de cuentas, no es
una continuación sino un remake, por
lo que no resulta necesario contar con información previa sobre la historia
para poder entenderla y disfrutarla.
Fuentes de las imágenes:
https://www.cinesaqualon.com
https://disney.es/peliculas/el-rey-leon-2019
https://www.lavanguardia.com/cine/20190724/463686086534/rey-leon-plagio-polemica-anime-japones-kimba.html
https://www.heraldo.es/noticias/ocio-y-cultura/2019/07/18/estreno-rey-leon-remake-favreau-beyonce-lecciones-vida-1325782.html
https://www.lavanguardia.com/cultura/20190717/463553293807/video-primicia-rodaje-el-rey-leon-remake-disney-jon-favreau.html
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