Hoy os comparto mis impresiones
sobre mi relectura de otra de las sagas de fantasía de mi adolescencia como
vengo haciendo desde hace algunos meses. Tras Las Crónicas de Narnia, Las Crónicas de la torre y Memorias de Idhún me dispuse a releer
la que durante todo este tiempo he considerado una de mis sagas favoritas junto
a los Juegos del Hambre. Hablo, como
ya habréis deducido por el título, de Cazadores
de sombras de Cassandra Clare.
1-Mi
historia con Cazadores de Sombras:
Creo recordar que cuando empecé
a ver el primer libro en las librerías no me llamó demasiado la atención, ni siquiera
cuando se lo regalaron a una amiga que tenía por aquel entonces. Eso sí, una
vez que ella se lo leyó, me recomendó encarecidamente su lectura asegurándome
que me gustaría. Lo cierto es que no se equivocaba. Tanto ella como yo estuvimos
enamoradas del descarado, sexy y mordaz Jace durante bastante tiempo.
Leer la saga completa fue poco
a poco y me llevó varios años porque cuando la comencé aún no habían sido
publicados todos los libros. He de decir que yo soy de las que prefieren leer
una saga del tirón como he hecho ahora que tener que esperar muchos meses para
leer el siguiente, porque en ese tiempo me desengancho y además se me olvidan
los acontecimientos de los libros anteriores.
La manía de los autores
actuales por explotar y alargar el éxito de sus best-sellers hasta límites insospechados Cassandra lo elevó a la
máxima potencia, escribiendo un montón de precuelas, secuelas, libros sueltos y
sagas complementarias basadas en el universo de los cazadores de sombras pero
con otros protagonistas. Eso sí, yo no me he leído ninguno. Me ceñí a los seis
libros de la saga original protagonizada por Clary y Jace. En su momento me
sentí tentada de leer la trilogía de Los
orígenes, pero la misma amiga que he mencionado antes me quitó las ganas al
insinuarme que el triángulo amoroso había tenido una resolución decepcionante,
y yo no quería llevarme ningún chasco.
2-Relectura
de la saga en la actualidad:
En mi relectura actual decidí
ceñirme nuevamente a los seis libros principales y pasar de momento de los
complementarios a pesar de que en internet recomendaban irlos intercalando. Y yo
nunca me había arrepentido de no haberme leído ninguno de estos otros libros
hasta que al releer ahora el último volumen de la saga original me di cuenta de
la cantidad de referencias y spoilers
que tiene de lo que ocurren en los otros —No recuerdo haber reparado realmente
en esto la primera vez que lo leí—. He decidido darle una oportunidad a esos
otros libros pero antes dejar transcurrir un tiempo para tratar de olvidar
estos spoilers y leer otras lecturas pendientes.
Comencé la relectura de la saga
principal el sábado 11 de diciembre del 2021 y la he terminado el 5 de febrero
del 2022. Me ha llevado más tiempo del previsto porque hice un paréntesis en
Navidad para leerme los dos libros que he reseñado en las entradas anteriores
de este blog. Tan solo tenía en mi poder el segundo libro, los demás los tuve que tomar prestados de la biblioteca.
He disfrutado enormemente de la
relectura de Cazadores de Sombras, sobre
todo de sus primeros libros. Si la comparo con Memorias de Idhún, a pesar de que esta es una de mis sagas
preferidas y el universo y mitología que engloba están más currados y son más
originales, Cazadores de Sombras le
gana en humor y en no hacer tan pesadas las partes en las que no aparecen los
protagonistas (aunque honestamente, estas me sobran en los dos casos).
A menudo, cuando empiezo una
saga, en las primeras páginas me cuesta meterme en la historia y volver a
familiarizarme con los personajes, aunque ya la ha leído anteriormente
(exceptuando evidentemente historias que tengo muy recientes o que haya leído
muchas veces), pero no tardo en dejar de sentirlos ajenos.
He de decir que algo que he captado que no
recordaba haber notado la primera vez que los leí son ciertas imperfecciones en
la narración, como repeticiones de frases o expresiones que no me sonaban del
todo correctas.
3-Opinión
libro por libro:
No recuerdo que tuviera alguna
preferencia por alguno de los libros de esa saga en concreto cuando la leí en
el pasado, pero, desde luego, cuando volví a releer el primero (Ciudad de
Hueso) me gustó tanto que intuí que los posteriores no iban a superarlo,
exceptuando quizá debido al hecho de que en los siguientes la relación entre
Clary y Jace está más desarrollada y tenemos más romanticismo Clace (el ship name oficial de esta pareja). Pero es bonito revivir la forma
en la que se fue forjando esta relación, cómo ella casi desde el principio
buscaba la presencia reconfortante de Jace, que era el único que estaba
pendiente de ella, que le explicaba todo lo que a ella le era ajeno y la
protegía. La forma en la que él literalmente desde el primer momento sintió
interés y curiosidad por ella y un inexplicable instinto protector que le
llevaba a vigilarla y acompañarla a todas partes. No obstante, eso me hace
pensar en por qué razón él no fue a verla cuando ella estaba inconsciente en el
Instituto recuperándose del ataque del demonio rapiñador. ¿Quizá ya le
atormentaba verla así aunque acababan de conocerse?
¿Lo mejor de Ciudad
de Hueso? Las divertidísimas contestaciones de Jace, llenas de
sarcasmo, insolencia y petulancia. Es la clase de persona a la que si se le
ocurre una réplica mordaz no puede callársela, sea quien sea quien esté delante
para oírla. Tras él, el más divertido, ocurrente e irónico sería Simon, si bien
este segundo puesto le sería disputado por el carismático y entrañable Magnus a
partir del segundo libro.
De Jocelyn no vemos gran cosa
ya que se pasa casi los tres primeros libros raptada e inconsciente, pero en lo
relativo a la discusión que tuvo con Clary al principio del todo, que es en
único momento en el que podemos conocer a su madre, entendí el enfado de Clary
al ser exigida que abandonara a su amigo y su vida repentinamente sin ningún
tipo de explicación, si bien no apruebo la forma en la que ella se largó de
casa con Simon.
Luke en términos generales me
parece más comprensivo y realista con Clary que Jocelyn, pero me enfadó y
decepcionó la cruel forma en la que la despachó y apartó de él en aquella
llamada telefónica en la que ella le pidió ayuda. A día de hoy sigo sin
entender por qué la trató así, por mucho que en cierto modo se estuviera
haciendo pasar por un “agente doble” al tratar con los enemigos. Eso sí, odié
que Clary empleara con él el término “asquerosos subterráneos” con él, por
mucho que luego se retractara.
Sin duda alguna, mi parte
favorita del primer libro es la cita de cumpleaños de la parejita Clace
culminada por su primer beso y por una apasionante discusión entre el triángulo
amoroso cuyo perfecto broche final es la amarga y resentida declaración de amor
de Simon. Todo ese pasaje es sencillamente electrizante, si bien desapruebo la
actitud distante que Clary tomó con ambos después de eso, y sobre todo que
apareciera en la puerta de Jace pidiendo su ayuda como si nada hubiera pasado
entre ellos.
Algo que me decepcionó
muchísimo de Jace en el primer libro fue constatar su falta de personalidad y
juicio en presencia de su padre. A pesar de tratarse de un chico seguro de sí
mismo, valiente y decidido, se vuelve un chiquillo sumiso y manipulable en
cuanto su padre está cerca. Y, de verdad, me estomagó leer cómo Valentine le
mangoneaba como a una marioneta durante esos últimos capítulos del libro y él
no solo se dejaba, si no que para colmo le defendía frente a Clary y Luke y no
era capaz de ver lo horribles que eran los actos de su padre. Ya vimos un
anticipo de ello cuando le contaba a Clary cosas sobre su infancia y en lugar
de reparar en lo cruel que había sido su crianza lo asumía como algo normal y
justificaba los actos de su padre. De verdad que era para gritarle y darle de
bofetadas mientras le intentas hacer ver la realidad. Yo le diría:
«Jace, por favor, Valentine,
aparte de ser un psicópata nazi que intenta cargarse a media población por
considerar que no está a su altura, asesinó a tus abuelos, te pegaba
constantemente, mató a tu mascota delante de tus propios ojos, te mintió acerca
de tu identidad y orígenes haciéndote creer primero que tu madre había muerto,
luego que te había abandonado, etc. Os hizo creer a ti y a tu amada que sois
hermanos para que no pudierais estar juntos… ¿PERO QUÉ MÁS QUIERES PARA
CONVENCERTE DE QUE ES UN MONSTRUO?»
Si hay algo que no me gusta de
la relación entre Clary y Jace es lo bruscos que son a menudo el uno con el
otro. Entiendo que Jace usa su arrogancia y vanidad como una fachada —a menudo
enormemente divertida— para ocultar las heridas de su alma, la mayoría
provocadas por su padre —incluyendo también las físicas—. Esta circunstancia se
ve acentuada con el paso de la historia, pues realmente se aprecia cómo, si
bien en principio es un chico realmente seguro de sí mismo y confiado en sus
habilidades y atractivo, los traumáticos descubrimientos que va haciendo a lo
largo de la saga hacen que pase a ser un mártir, un alma torturada que esconde
tras su arrogante fachada un dolor, inseguridad y odio por sí mismo.
También entiendo que la vida de
Clarissa se va al traste desde aquel día en el que encuentra su casa destruida
y a su madre secuestrada, y que solo es el principio de los terribles sucesos
que comenzarán a ocurrirle a partir de ese momento. Pero opino que nada de eso
justifica realmente la forma en la que se hablan el uno al otro en ocasiones. Jace
es más cortante y afilado en el primer libro con ella, mientras que en el segundo
es Clary la que constantemente se pasa tres pueblos con él y le chilla y escupe
cosas horribles que yo personalmente no le perdono. En cierto modo, pienso que
es el maltrato que ella le profesa durante este libro lo que le conduce a él a ir
a ver a Valentine al barco.
En términos generales, el
segundo libro —Ciudad de ceniza— me enganchó menos que el primero. Tiene algo
menos de humor, es ligeramente más anodino, carece de la novedad del primero
acerca de los descubrimientos que hacemos sobre el mundo de los cazadores de sombras,
y, aunque el amor implícito entre Clary y Jade se intensifica, carece de toda
exposición abierta exceptuando el capítulo en el que la reina de la corte
Seelie les obliga a besarse. Sin duda eso es lo mejor de todo el libro, junto
con la escena justo posterior en la que se disponen a asearse y secarse y por
primera vez hablan más o menos abiertamente de sus sentimientos el uno con el
otro, aunque termine en discusión. Clary, nuevamente, mete la pata con sus
excesivas reticencias, y Jace con sus impetuosos arranques de ira. Lo cierto es
que a estos dos como matrimonio los veo discutiendo casi a diario en el futuro.
Le doy la razón a Jace en que
él el pobre es el único que es sincero con sus sentimientos y le confiesa la
naturaleza de los que siente por ella en más de una ocasión, mientras que Clary
es indignantemente incapaz de declararse. Durante todo el segundo libro es
enormemente injusta e insoportable con él.
En lo referente a Raphael,
honestamente no sabría decir qué opinión tengo de él. ¿Me cae mal? No ¿me fío
de él? Tampoco. Dentro de los secundarios al menos es de los que menos me
molestan, si bien no considero que aporte gran cosas a la trama aparte de ser
el principal vampiro de la saga y quien “supervisa” la conversión de Simon. Eso
sí, yo generalmente adoro a los vampiros, pero he de decir que los de Cassandra
Clare carecen completamente de todo magnetismo o atractivo.
En cuanto a Maia, me resulta un
personaje secundario bastante anodino y sobrante. Según leía me resultaba
familiar su historia y creía recordar que alguien de su pasado volvía a parecer,
algo que en efecto terminaría sucediendo.
El tercer libro, Ciudad
de cristal, sin duda fue un grower. Es decir, fue mejorando
hacia el final. Empezó algo insulso, sin sucesos realmente interesantes, pero
una vez que los acontecimientos empiezan a precipitarse y a dirigirse a la
batalla del final, me mantuvo bastante enganchada. Eso sí, si Clary había
estado algo insoportable en el segundo libro, lo del tercero ya es de jurado de
guardia, más que nada por su egoísmo, testarudez y cabezonería al escaparse a
Idris arriesgando la seguridad de Luke y traicionando la confianza de la
hermana de este, Amatis, al fugarse de casa y al ponerse una ropa que no le
correspondía. Y sin duda con lo que ya me llevé las manos a la cabeza fue con
su injusta reacción con su madre Jocelyn cuando esta despertó al fin. Entiendo
que estuviera dolida por la cantidad de cosas que su madre le había ocultado a
lo largo de su vida, pero ¿en serio era su gran reencuentro el momento propicio
para estallar su ira y largarse de su lado en lugar de arrojarse a sus brazos
aliviada como haría una hija normal al ver que su madre ha recuperado la
consciencia tras tantos meses? Encima en presencia de más personas, toda una
humillación a la pobre Jocelyn, que lo único que estaría deseando sería abrazar
a su hija.
En lo concerniente a Jace, no
aprobé que tratara convencer a Simon de que le ayudara a engañar a los
Lightwood haciéndoles creer que Clary no quería acompañarles a Idris, si bien
parte de mí lo entiende. Pero lo que verdaderamente odié fue la forma en la que
la trató delante de Alec e Isabelle cuando ella apareció ante él y las cosas
horribles que le dijo. Aprecié que después Alec tratara de ponerlo en su sitio
e incluso se negara a curarle la mano mediante runas para que sintiera el dolor
y sanara como un mundano. Clary también se pasó al arrojarle platos cuando este
fue a disculparse, sobre todo porque la vajilla no era suya sino de Amatis,
pero nuevamente, ella solo pensaba en ella misma y no en el estropicio que
estaba realizando en casa ajena. También me molestó su impasibilidad cuando
Jace se le declaró de forma tan hermosa en la que creían que podía ser su
última noche juntos. ¿Qué más te tiene que decir el chico para que te derritas
a sus pies? Y para colmo no correspondió a su declaración con otra. Ni siquiera
al final del libro, cuando Jace revivió. ¿Pero qué es lo que le impide decirle
con palabras lo que siente? Él merece oírlo. Yo tan solo recordaba de mi
primera lectura tanto esa escena como el revolcón junto a las ruinas de la casa
de los Wayland y estaba deseando leerlas. Como no podía ser de otro modo, han
sido mis momentos favoritos de este libro.
Me hizo ilusión leer el morreo
que Alec le pegó a Magnus no solo delante de sus padres, sino de toda la Clave.
Creo que esta pareja me está gustando aún más en la actualidad que en su
momento (realmente no recuerdo lo que opiné en su momento). Valoro mucho que
Magnus siempre esté ahí cuando lo necesitan, aunque durante un tiempo Alec le
escondiera como a un secreto vergonzoso.
Sobre Sebastian, no recuerdo
mucho lo que pensaba de él la primera vez que leí los libros, pero creo que en
los últimos libros ya estaba harta de él y más bien le detestaba. Esta vez, yo
evidentemente ya estaba sobre aviso sobre quien era en realidad desde que le
presentaron. Aun así, Clary me pareció injustificadamente borde con él en su
primer encuentro.
En cuanto a Simon, este madura
bastante en este libro (aunque siempre ha tenido una conducta más madura que
Clary) y realmente es un amigo de diez, valiente e incondicional. A pesar de
que Maia no me cae mal, si bien me sobra como personaje y no me parece que
aporte nada, prefiero a Isabelle para él. He de decir que la solución de Clary
de marcar la frente de Simon con la marca de Caín no acabé de entenderla del
todo, ni siquiera tuve claro quién de los dos había tenido la idea.
En lo referente a Aline, tenía
mal recuerdo de ella porque recordaba con gran disgusto que Clary la había
pillado besándose con ella, por mucho que luego resultara ser lesbiana. Al principio
me enfureció su actitud aunque luego en cierto modo la comprendí, si bien
desaprobé el cruel comentario que hizo al final sobre que Jace ya no fuera a
querer a Clary por no ser ya algo perdido, aunque supuestamente no lo dijera
con mala intención.
Tengo curiosidad por saber
cuáles habrían sido los límites del deseo que Clary podía solicitarle al ángel,
y me resulta un tanto estúpido por su parte que no aprovechara para pedir de
golpe las resurrecciones de más de un personaje, o al menos la de Max (cuya
muerte pensé que ocurría más adelante) además de la de Jace.
Me gustaría saber si Cassandra
tenía la idea inicial de hacer tan solo una trilogía, porque este tercer libro
se siente bastante conclusivo. Salvo un par de cabos sueltos como la amenaza de
la reina de la corte Seelie a Clary por rechazar ayudarla (muy estúpido por su
parte teniendo en cuenta cómo se las gasta este hada), la desaparición del
cuerpo de Sebastian y el incipiente triángulo amoroso entre Simon, Isabelle y
Maia, el resto de subtramas tienen una resolución: el villano muere y las
parejas terminan juntas. Incluso me planteé si realmente debía seguir la
relectura o dejarlo ahí, recordando que aún le queda mucho que sufrir a Clace,
pero es que hemos tenido tan pocos momentos románticos entre ellos que ansiaba
leer más, además de que sentía curiosidad por ver cómo evolucionaba la historia
porque ya no me acordaba.
Tan solo creía recordar que la
reina de la corte Seelie le provoca pesadillas a Jace de que hería a Clary para
que se alejara de ella y él empezaba a distanciarse —al final del cuarto libro salí
de mi error al descubrir que la responsable de esto no era otra que Lilith—,
que Simon pululaba entre Maia e Isabelle (pero no a quien escogía finalmente) y
que terminaba recuperando su humanidad aunque primero le tocaba sufrir el
rechazo de su madre que le echaba de casa sin contemplaciones. También, por
arbitraria e intrascendental que fuera, me sonaba una escena teniendo lugar en
un supermercado, así como que Sebastian volvía a hacer de las suyas e incluso tenía
algún encuentro con su madre Jocelyn. Según leía, también rememoré que Maureen terminaba
muerta tras ser mordida por Simon y que Kyle ocultaba algo y no era quien decía
ser.
Dicho esto, el cuarto libro, Ciudad
de los ángeles caídos, me ha
enganchado menos, he tardado más en terminarlo que los anteriores sin ser más
largo y no era tan adictivo. Lo único por lo que me gusta más que los
anteriores es porque hay más escenas románticas entre Clary y Jace y —mucho— más
intensas. Pero me frustraba enormemente que Jace se empeñara en evitar a Clary,
lo único que conseguía era que ella se pensara que no la quería. Lo lógico era
haberle contado lo que le estaba ocurriendo desde el principio, quizá Clary
podría haber creado una runa que le impidiera tener pesadillas o haber ido
mucho antes a ver a los Hermanos Silenciosos (que fue idea de ella) y así Jace
se hubiera ahorrado semanas de sufrimiento, o habérselo contado a Magnus, quien
quizá como brujo que era podía haber hallado una solución. Y aun así Jace fue
irritantemente ingenuo al dejarse convencer por el falso Max que veía en sus
sueños de que se hiriera con el cuchillo. Igual que el hecho de no alimentarse
apenas, eso no le iba a ayudar a tener menos pesadillas sino a demacrarlo
todavía más.
En cuanto a Jordan Kyle, no me
cae mal en absoluto y sí que preferiría que él se quedara con Maia y Simon con
Isabelle. No obstante, si bien aplaudí que en los anteriores la autora mostrara
a una víctima de violencia de género siguiendo adelante con su vida, no me
gusta la forma en la que ahora se retracta y la hace volver a enamorarse de su
“agresor”, justificando la conducta de este. Por mucho que Jordan solo la
hubiera pegado una vez, ¿Qué clase de mensaje trasmite eso? ¿Que las mujeres
deben perdonar las conductas violentas y dar otra oportunidad a sus
maltratadores? Repito, aun así Jordan no me cae mal y de hecho se le acaba
tomando afecto.
Me irritó que en la lucha
contra Lilith Clary no huyera cuando Jace se lo pidió porque lo único que
consigue es ser una carga para él al tener que estar pendiente de su
protección, y con eso le pone en peligro. No obstante, me pareció muy
inteligente la forma en la que Simon eliminó a Lilith empleando el poder de la
Marca de Caín e interponiéndose en el ataque de esta a Clary para que impactara
en él y Lilith recibiera el castigo divino. Lo que honestamente no entendí es
que ella antes de desaparecer murmuró “siete veces” como si esa fuera la
séptima vez que atacaban a Simon y yo no recordaba que hubieran sido tantas.
El quinto, Ciudad de las almas perdidas, se me hizo un poco pesado y me daba la
sensación de que la autora metía paja para alargarlo. Clary nuevamente me irritaba
con su actitud, su cabezonería, egoísmo, impulsividad y arranques de ira. Otro
del que repruebo su conducta es Alec, aquí inmaduro y egoísta al “emparanoiarse”
con la inmoralidad de Magnus, cabreándose con él cada dos por tres, acudiendo a
ver a Camile en secreto para sonsacarle que puede hacer al respecto e incluso
que se plantee arrebatársela a Magnus, en lugar de hablar abiertamente con él
sobre cómo se siente.
Las escenas Clace eran numerosas pero no satisfacían
del todo al no tratarse del verdadero Jace sino de uno doblegado bajo la
voluntad de Sebastian. También he de apuntar que no me gustó ni un pelo que
Jace instara a Clary a drogarse con esa lluvia plateada que caía en la
discoteca y que después tratara de aprovecharse de ella en su estado. Realmente
ese no era el verdadero Jace.
En cuanto a Sebastian, este realmente
se hace odiar menos durante casi todo el libro, hasta el punto que me daba la
sensación de que la autora realmente trataba de redimirlo o de justificar su conducta,
pero todo esto se va al traste cuando se descubre que todo una treta para embaucar
a Clary. Una vez que deja caer su careta y muestra hasta qué punto está pirado de
la chaveta, empieza a resultar verdaderamente detestable. No deja de ser
irónico que tras habernos hecho creer que Clace
eran hermanos secretamente enamorados durante los tres primeros libros ahora
resulte que Sebastian (o mejor llamado Jonathan), el verdadero hermano de sangre
de Clary, también esté enamorado de ella, aunque de una forma perturbablemente
tóxica y peligrosa debido a su sangre demoníaca. Perece que Cassandra Clare
estaba particularmente interesada en explorar el amor romántico/sexual entre
hermanos con esta saga.
La actitud arrogante de
Isabelle a veces me irrita. Si bien es uno de mis personajes favoritos y me
encantó que estuviera tan protectora con Clary al principio del libro, no me
gustó sus contestaciones a Jocelyn, al igual que las que en el siguiente libro
les da a sus propios padres.
El último libro, Ciudad
del fuego celestial, no se me ha hecho especialmente largo a pesar de
que es el más gordo de todos y de que tardé más de una semana en terminarlo. Empezó
bastante interesante, si bien no me gustaba que regresaran a Idris, pues los acontecimientos
allí resultan un poco más aburrido que ambientados en Nueva York. No recordaba
prácticamente nada de él salvo que se producía el momento clave en la relación
de Clary y Jace (ejem…) y también me sonaba lo que leía del descenso a los
infiernos. Me resultó particularmente interesante la parte en la que tienen
visiones sobre aquello que desean pero de una forma equivocada. Eso sí me
resultaba familiar aunque no recordaba en qué consistían las visiones.
Me he dado cuenta de que hay
muchas más referencias a los libros complementarios de ese universo de las que
yo recordaba, como los de Los Orígenes. No dificulta la comprensión de este, pero ahora
entiendo porque la gente recomendaba leerlos en orden de publicación.
He de decir que he llorado como
una magdalena cuando el demonio mayor padre de Magnus le robó los recuerdos de
Clary y el mundo de las sombras a Simon además de su inmortalidad. Simon y
Clary tenían una amistad preciosa y es muy trágico ver desaparecer de su
memoria tantos años de complicidad y que empiece a tratarla como una completa
desconocida. Vale que se soluciona un poco la situación al final, pero no me
vale porque soy de las que creer que ese tipo de hechizos seguro que dejan
secuelas y nunca lo recuerda todo por completo o lo siente como vivencias
ajenas a él. Me pasó lo mismo en Los
Juegos del Hambre cuando el Capitolio manipuló los recuerdos del pobre
Peeta. Terminé el libro pensando que nunca volvería a ser el mismo que había
sido.
Para terminar diré que he disfrutado
mucho de este reencuentro con Cazadores
de sombras y en particular con uno de mis ships favoritos, Clace,
si bien las prisas que tenía por terminarme los libros debido a los otros que
tenía pendientes obstaculizaban ligeramente su disfrute. Aún no me he animado a
verme la serie de televisión porque intuyo que me va a decepcionar y porque no
quiero que cambie la imagen física que tengo en mi mente sobre los personajes,
pero apuesto a que acabaré viéndola tarde o temprano.
Fuente imágenes:
https://www.google.com/url?sa=i&url=https%3A%2F%2Frelibrea.com%2Ftelde%2Flibros-de-lectura-de-segunda-mano%2Fcazadores-de-sombras%2F105253&psig=AOvVaw1_EZerEUmmzS48UxDGU7V6&ust=1644850015210000&source=images&cd=vfe&ved=0CAsQjRxqFwoTCOD6rvz1_PUCFQAAAAAdAAAAABAJ
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