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domingo, 3 de septiembre de 2023

Reseña de Y no quedó ninguno/Diez negritos (1939) y La casa torcida de Agatha Christie (1949)

Ha tenido que transcurrir año y medio pero al fin he retomado mis lecturas de Agatha Christie, aunque por el momento no vaya a continuar pues tengo demasiados otros pendientes por leer. Llevaba tiempo con ganas de leerme dos obras determinadas por diferentes motivos, y el próximo estreno de Misterio en Venecia en cines me ha decidido a abordarlas de una vez.

Estas dos obras son La Casa Torcida e Y no quedó ninguno, mucho más conocida como Diez Negritos. Tuve la suerte de encontrar en una biblioteca un volumen que recogía ambas novelas.

La última mencionada es probablemente la novela más conocida de Agatha junto con Asesinato en el Orient Express. Esta popularidad incrementaba mis ganas de leerla y también las apresuraba, pues corría el riesgo de comerme un spoiler sobre el final tarde o temprano. Además, tenía ganas de ver la película y me gusta leer el libro primero. Otro aliciente más era que siempre me han interesado especialmente los misterios con formato “Cluedo”, en los que un grupo se reúne en una casa y van cayendo uno a uno. Sin duda la principal precursora de este sub-género fue la propia Agatha con esta novela.

La historia me atrapó desde las primeras páginas. Tiene un ritmo de lectura muy rápido y ameno, no se enrolla ni se va por las ramas sino que va directa al grano y eso se lo agradezco muchísimo. Los crímenes no tardan en comenzar y el lapso entre uno y otro no es tan largo como para que se haga pesado. Además, resulta interesante ir constatando la vinculación de cada uno de ellos con la cancioncilla infantil (que de infantil no tiene nada, me pregunto si realmente esa es una canción que alguna vez se le haya cantado a algún niño, yo espero que no). En ocasiones, volvía atrás para volver a leer la letra de la canción e imaginarme cómo podría tener lugar el siguiente asesinato, otras prefería que me tomara por sorpresa.

Desde el primer momento, traté de tomarme en serio el intentar resolver los crímenes por mi cuenta y apunté en una libreta los nombres de los personajes, el motivo que tenían para acudir a la isla, la persona que supuestamente les había enviado la invitación, y el secreto que parecía ocultar cada uno de ellos, en los casos en los que se sabía. Más tarde, en base a eso y a las circunstancias que rodeaban la muerte de cada personaje, hice mis hipótesis sobre la identidad del o de los culpables. Por una parte, me hubiera regocijado acertar, por otra, prefería que la autora me sorprendiera y desbaratara mis premisas.  

He de decir que, para mi sorpresa, el tramo final del libro aumentó tanto el nivel de suspense y terror psicológico (suave) que me encontraba a mí misma sintiéndome intranquila y, de hecho, cuando terminé el libro me movía por mi casa con el desasosiego de sentir que alguien me observaba.

Si hay algo que me ha decepcionado en buen grado ha sido sin duda el final. Por una parte, no me parece suficientemente original y ocurrente como para estar a la altura del desarrollo y fama de la novela. Por otra, resulta tan enrevesado como para que no parezca creíble en absoluto. Honestamente, cualquiera de las premisas que yo tenía sobre la identidad del culpable me parece mucho más original y novedosa que la de la autora. Terminé la lectura con una sensación de “has tratado de convencerme, pero no te lo compro”.

[SPOILERS: desde casi el primer momento yo me movía entre dos hipótesis: o bien que el responsable era el Sr. Rogers (debido a la impasibilidad que capté ante la muerte de su mujer y a la mayora facilidad que podía tener él para moverse por la casa con disimulo y asesinar), o bien que cada uno de los invitados había matado a otro por razones personales vinculadas con el secreto que ocultaba cada uno de ellos. Es decir, que no habría un único responsable sino que cada uno era, a la vez que víctima, verdugo. Aposté firmemente por esta última opción hasta que el número de “soldaditos” que quedaban vivos se redujo a dos o tres. Como entonces las circunstancias imposibilitaban mi teoría, mis apuestas se dirigieron convencidas hacia el único personaje ajeno a ellos que había aparecido al comienzo y que, muy convenientemente, no había vuelto a hacer acto de presencia: el barquero.

No hace falta decir que cualquiera de mis teorías me resulta más convincente que el asesino real. Dado que la resolución no se produce hasta el segundo epílogo o anexo final, por un momento llegué a pensar que la historia iba a quedar como un crimen que nunca se resolvió. Aunque me alivia que al final no fuera así, la solución final no resultó ser mucho mejor. FIN SPOILERS]

Tal y como intuía, existen muchísimas adaptaciones cinematográficas de esta novela, pero, para mi sorpresa y desagrado, según he leído la gran mayoría de ellas cambian por completo el final para hacerlo más “feliz”. Solo hay dos versiones que respetan el final de la autora: la rusa de 1987, que me ha resultado imposible de encontrar en ninguna parte, y la miniserie de 2015.

SPOILER: Soy la mayor fan de este mundo de los finales felices y si hubiera visto alguna de esas películas primero hubiera adoptado ese final como el correcto y me hubiera decepcionado con el libro, pero, al haber leído el libro primero y ser una persona para quien la fidelidad de la película hacia el libro es importantísima, me ha decepcionado saber que se han pasado el respeto por el voluntad de la autora por el honorable arco del triunfo. A fin de cuentas, la obra se llama Y no quedó ninguno, ¿verdad?

A pesar de mi decepción con el final, la obra en sí me ha gustado mucho y es quizá la más adictiva que he leído de esta autora hasta ahora.

Calificación: 8/10.

 

Por su parte, mi interés por leer La Casa Torcida radica en lo mucho que me gustó e impactó la película estrenada hace unos años. Tiene uno de los finales más inesperados, frenéticos, abruptos y sorprendentes que he visto. Una lástima no haberme leído la novela antes de ver la película porque quieras o no leerte el libro sabiendo ya cómo acaba reduce mucho el interés y el componente adictivo de la lectura. Por eso, decidí abordar esta con otra perspectiva: sabiendo de antemano lo que ocurre y quién es el responsable, voy a centrarme en buscar los indicios que conducen a esa solución, los propias indicios que da esa persona a través de su comportamiento y las pistas falsas que conducen a otros sospechosos con las que la autora pretende jugar al despiste.

El caso es que yo esperaba que el comportamiento sospechoso y retorcido de esa persona estuviese mucho más disimulado, como pasa en la película, en la que su conducta parece mucho más inocente. De hecho, afirmaría que en el libro el responsable es muchísimo más maquiavélico y monstruoso que en la película. Seguramente a la hora de adaptarlo a la gran pantalla les pareció que podía cruzar la línea de lo que el público podría estar dispuesto a aceptar. Desconozco si se debe exclusivamente al hecho de saber de antemano quién es el asesino pero al leer la novela me daba la impresión de que resultaba bastante evidente quién era el culpable y, desde luego, la autora podría haberse esforzado más en revestir su conducta de pretendida inocencia.  

Salvo por ese giro final, la novela en sí es bastante ligera y amable respecto a otras como la antes analizada. No hay apenas suspense salvo en el desenlace. Como el protagonista está en la casa casi más en calidad de invitado y novio de Sophie que de investigador, la investigación en sí resulta menos profesional y seria y más distendida y familiar, casi “costumbrista”. La visión que nos ofrecen sobre cada personaje parece centrarse más en sus distintas personalidades, relaciones familiares y lazos de afecto entre ellos (aunque con evidentes taras y comportamientos tóxicos) que en una perspectiva alejada y estandarizada de ellos como sospechosos de un crimen. Esto fomenta que puedas empatizar con ellos y cogerles afecto (como a Roger, por ejemplo, que a mí me resultó bastante entrañable y simpaticé mucho con él), quizá con el fin de que te sientas “parte de la familia” y la resolución del crimen te impacte a un nivel más personal.

Aunque el citado costumbrismo y ausencia de suspense hace de ella una historia menos adictiva y frenética que Y no quedó ninguno, la historia en sí me ha gustado bastante aunque es una auténtica lástima haberla leído conociendo de antemano el final. Sin duda es uno de esos finales que se te quedan grabados en la memoria y te resultan imposibles de olvidar aunque desees poder volver a sorprenderte como la primera vez.

Calificación: 7/10

Recomiendo leer mi reseña sobre la película a continuación:

http://elparnasoenmibolsillo.blogspot.com/2018/05/opinion-de-la-pelicula-la-casa-torcida.html

 

 Fuente imagen:

https://librosvobiscum.com/archivo/19/10/10/1570705667.jpg

 

4 comentarios:

  1. 10 negritos es un buen libro. Me gustó bastante. Me lo leí casi en un día. Y la casa torcida no estuvo, admito que me sorprendió un poco saber quien era el asesino pero de una u otra manera ya me lo esperaba.

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  2. Hola!!
    Ninguno de los dos los leo todavía, pero puedo decir que me gusta mucho los libros de Agatha Christie pero los leo más espaciados de tiempo.
    Gracias por la recomendación y reseña.
    Besos💋💋💋

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    Respuestas
    1. ¡Gracias a ti por comentar! Te recomiendo mucho los dos, la verdad, sobre todo el primero, que es un clasicazo.
      Besos!

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