Lo cierto es que, a pesar de
fascinarme los vampiros, nunca me había dado por leer el libro sobre vampirismo
por excelencia. Yo siempre había preferido los “vampiros buenos” como Edward de
Crepúsculo o Stefan de Crónicas vampíricas (aunque mi favorito
siempre será Spike de Buffy cazavampiros,
cuya moralidad es cuanto menos cuestionable). Hace años sí que vi la adaptación
cinematográfica de 1992 sobre Drácula y lo único que recordaba sobre ella era
que no me había gustado en absoluto. Como el año pasado había escogido leer Frankestein de Mary Shelley poco después
de Halloween, había dejado pendiente para este año leerme Drácula. A fin de cuentas es
un clásico y precursor de unos seres mitológicos que siempre me han fascinado.
A pesar de saber que Drácula es la
historia de un vampiro desde siempre porque es de conocimiento popular, no
sabía más sobre la historia. En función del capítulo de Buffy sobre él, de lo
poco que pudiera sonarme sobre la película que ya no recordaba y algo más que
hubiese oído, podía tener una idea vaga sobre su maldad, sus poderes que
cautivan o hipnotizan a sus víctimas, las tres vampiresas que habitan con él el
castillo, la ambientación en Transilvania y poco más, así como me sonaba la
figura de Van Helsing, que ni siquiera asociaba directamente a esta historia.
Cuando por fin empezó la historia me
di cuenta de que la lectura iba a ser peor que un parto, porque estaba
excesivamente anotado. Era demasiado. Apenas leía unas líneas y de ahí ya extraían
un montón de anotaciones, que a veces incluso ocupaban las dos páginas
siguientes. No digo que no fueran interesantes, pero aparte de que algunas
cosas eran complejas y tenía que leerlas varias veces, cuando seguía el texto a
veces me costaba recordar dónde había quedado la trama. Tantas notas
entorpecían muchísimo la lectura y sentía que no la iba a disfrutar, pero
tampoco quería ignorarlas si yo había escogido conscientemente una edición
anotada por ser más completa. Al final, cambié a la edición del círculo de
lectores, no anotada, sin anexos, y menos mal, menuda diferencia. Volví a
empezarlo otra vez desde el principio, pues de todas formas tampoco es que hubiese
conseguido avanzar mucho.
Me topé con otro problema: nunca
encontraba tiempo para leer. Entre unas cosas y otras, lo iba dejando y no lo
retomaba. Para cuando llegó el día de Halloween, Jonathan aún estaba tratando
de escapar del castillo. El caso es que pareciera que la historia podría estar
a punto de concluir y ya parecería completa (con Jonathan muriendo o escapando)
pero cuando miraba el grosor del libro y todo lo que me quedaba me daba cuenta
de que, incomprensiblemente, la historia daba para mucho más. Lo cierto es que,
para mi sorpresa, la mayor parte de la historia no se desarrolla en el castillo
de Drácula en Transilvania, sino en varias localidades de Inglaterra.
Se le coge bastante afecto a todos
los personajes (menos al propio Drácula, evidentemente, que es la maldad
personificada), así que me encontraba rogando que ninguno de ellos sufriera
ningún daño. La cuadrilla estaba conformada por Jonathan Harker, su prometida/esposa
Mina Murray, Arthur Holmwood (prometido de Lucy Westenra, la amiga de Mina), el
doctor John Seward, Quincey Morris y el profesor Abraham Van Helsing, experto
en vampiros. Todos ellos eran verdaderamente valientes e intrépidos y
dispuestos a dar lo mejor de sí mismos por proteger a quien más estiman.
Una vez más, había pasado Halloween
y yo no había terminado a tiempo un libro que leía con ocasión de esta
festividad. Me llevó hasta el 16 de noviembre y ya no pegaba con el momento del
año, pues la Navidad estaba a la vuelta de la esquina. Además de que lo leía
con mucha prisa por acabarlo cuanto antes.
Precisamente la semana después de Halloween
había sido cuando más enganchada estuve. Ciertos días estuve viciadísima y me
costaba dejar de leer para estudiar o hacer otras cosas.
[SPOILER:
Era la parte en la que Lucy se va consumiendo tras los continuos ataques de Drácula
y Van Helsing y el doctor tratan de salvarla una y otra vez. Esa parte fue
adictiva. Por desgracia, debido al spoiler
del prólogo del otro libro ya sabía que iba a morir. A pesar de eso, trataba de
conservar un ápice de esperanza de que ese dato que recordaba fuese erróneo. Quería
pensar que al menos Mina no correría la misma suerte, aunque una vez que los seis
se juntan ya empezaba a intuir que ella iba a tener el mismo destino, más que
nada tras aquella noche del 30 de septiembre o el 1 de octubre en la que se
asomó a la ventana y entró la niebla. Después, cada vez fui teniendo más claro
que la pobre iba a morir y que quizá no sería la única. Temía también por los
demás. De hecho, me daba la sensación de que Jonathan sería el único que
sobreviviría junto, quizás, al doctor y Arthur. Por suerte, me equivoqué de
cabo a rabo y no hubo tantas muertes como yo pensaba. También sabía por spoilers que al menos lograban acabar
con Drácula.]
Como encontraba poco tiempo para
leer, mi dinámica de lectura se iba interrumpiendo demasiado y quizá entre eso
y que la historia estaba menos interesante, ya no me resultaba tan adictivo ni
sentía tanta necesidad de seguir leyendo y saber qué iba a suceder. Una lástima
que con todos los libros me pase lo mismo y los lea deprisa y corriendo y
deseando terminarlos para ponerme con otros que tengo pendientes.
El final fue sorprendentemente
apresurado. Me faltaban solo unas páginas para terminarlo y aún no se había
producido el enfrentamiento final, que se resolvió extrañamente rápido.
[SPOILER:
Esperaba una pelea más emocionante y arriesgada, en la que les costara más
matarlo, pero fue sorprendentemente fácil. Drácula ni siquiera llega a salir de
su cajón, lo matan ahí mismo. Me alegró comprobar que solo muere uno del grupo,
Quincey Morris.]
Cuando lo terminé, decidí leerme al
menos los anexos finales de la edición anotada y ver todas las fotografías que
trae esa edición, puesto que apenas me quedaban unos días para tener que
devolverlo definitivamente a la biblioteca habiendo agotado todas las
renovaciones de plazo. Aunque el contenido sea exhaustivo, lo cierto es que es
muy interesante y me gustaría leer esa edición entera en un futuro en el que
disponga de más tiempo y paciencia.
En general, me ha gustado mucho. No es
uno de mis libros favoritos, obviamente, pero es interesante, entretenido,
mantiene aceptablemente bien el suspense y hay determinadas partes que resultan
enormemente adictivas aunque después el ritmo se ralentice y pierda algo de
emoción o interés. Comparándolo con Frankestein,
es notablemente superior, mucho más emocionante.
Recomiendo mucho leerlo, por una
parte, a los interesados en los grandes clásicos universales, pues Drácula ya
es toda una leyenda y autoridad en la literatura vampírica, la fuente de la que
han bebido innumerables obras posteriores y que ha suscitado montones de
adaptaciones al cine y la televisión (volví a ver la película de 1992 y volvió
a desagradarme, pues aparte de cruda y explícita de una manera en la que por
supuesto no lo es el libro, se pasa el argumento original por el honorable Arco
del Triunfo y se inventa muchas cosas). Por otra parte, también lo recomiendo
para quienes, sin estar particularmente interesados en los clásicos sí lo estén
en la literatura vampírica o a quienes busquen algo adecuado que leer de cara
al próximo Halloween.
Fuentes de las imágenes:
http://lecturopata.blogspot.com/2012/11/bienvenido-los-carpatos.html
https://www.akal.com/libro/dracula-anotado_34560/

