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miércoles, 14 de junio de 2017

Reseña del libro "Copistas e iluminadores"




Calificación: 8/10. 4 estrellas de 5.



Este libro fue una sugerencia de lectura por parte de una de mis profesoras para la realización de mi TFM, y, he de decir, que me alegro de que me lo prestara y recomendara, pues me entretuvo mucho más de lo que hubiese imaginado.


Trabajando con el tiempo en mi contra, me sentí tentada, tras meses de tenerlo en mi casa y no haber tenido tiempo de consultarlo aún, de renunciar a su lectura. Creía que consultarlo me llevaría más tiempo del que tenía disponible (en parte dado de que el contenido se estructura en las páginas a través de —las muy temidas por mí— dobles columnas) y no estaba muy segura de que realmente fuera a servir al fin de mi trabajo. Con hastío, impaciencia y pocas ganas, comencé a leerlo. La introducción no me hizo cambiar de opinión al respecto. Sin embargo, el primer capítulo sí que lo hizo. Cuando me quise dar cuenta, ya estaba atrapada por el contenido. 


La información está explicada de forma fácil y comprensible, sin hacer uso de un lenguaje rebuscado que haga críptica y espesa la lectura. El libro es de una extensión muy reducida y está profusamente ilustrado y, sorprendentemente, te encuentras avanzando en él a una velocidad mucho mayor de la que hubieses imaginado.


Esta obra de Christopher de Hamel se encarga de explicar cuál era el tedioso, lento y complejo proceso de elaboración de un manuscrito medieval, desde la obtención, lavado y raspado de la piel animal para la creación del pergamino resultante, pasando por la disposición y copia del texto en dicho pergamino, hasta llegar a la iluminación de las miniaturas que ilustran el texto ya escrito por medio de distintos procesos y mezclas de componentes naturales para la creación de los pigmentos necesarios. 


Cuando me quise dar cuenta, estaba atrapada por la lectura e incluso había olvidado tomar notas. Me interesaba tanto lo que leía que en las pausas que hacía entre capítulo y capítulo (la lectura la espacié en varios días) aprovechaba para recordar mentalmente el contenido ya leído e incluso explicárselo en voz alta a mi familia con la ilusión de quien ha logrado retener bastante información con tan solo una lectura. De hecho, dado que he tenido, obviamente, que devolverle el libro a la profesora, he considerado comprármelo para tenerlo yo, aunque sé que no sería muy seguro que volviese a leerlo, ya que en mi tiempo libre tiendo a huir de toda obra que guarde relación o me recuerde a aquello que he estudiado durante el curso y suelo preferir relajar mi mente con novelas de ficción que me permitan una plena desconexión respecto a lo estudiado.   


Para concluir, diré que recomiendo su lectura no solo a los humanistas, filólogos, estudiantes de restauración de manuscritos, etc. sino a todo aquel que posea un mínimo de curiosidad intelectual acerca de cuestiones humanísticas en general o relacionadas con el proceso de creación de códices en la Edad Media en particular. Es una lectura amena y entretenida, que no decepciona y de la que se extraen bastantes conocimientos.



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