Calificación: 6/10. 3 estrellas de 5.
Las películas de animación no suelen ser mucho de mi agrado. No logro empatizar con los personajes tanto como si fueran personas de carne y hueso y, además, el guión y los diálogos suelen ser claramente infantiles y previsibles. No obstante, tampoco es un género que me disguste y que me niegue a ver, como sí hay otros.La única razón por la que fui a ver esta película fue porque me regalaban la entrada y porque, aunque no fuera a encantarme, sé que las películas de dibujos animados tampoco suelen ser desagradables, duras o especialmente decepcionantes. Son como un “lugar seguro” en el que sabes perfectamente qué es lo que te vas a encontrar, sin sorpresas.
Por si hay más personas que no sabían esto y qué también se estaban preguntando si Moana y Vaiana son la misma película, la respuesta es sí. Lo estuve investigando justo antes de verla. El nombre original es Moana y también el nombre que usan en Latinoamérica, pero en muchos países europeos, entre ellos España, tuvieron que cambiarle el nombre ya que «Moana» era una marca registrada. Se había usado hace tiempo para un perfume y esa empresa no había cedido sus derechos de uso (se desconoce si se les llegó a consultar o no) por lo que en esos países europeos modificaron el nombre de la protagonista (y por tanto el de la película) a Vaiana, que es una palabra tahitiana que también hace referencia al agua, como el original.
Dado que no me gusta ver una segunda parte sin haber
visto la primera, me vi la uno el día anterior. Me gustó, aunque no fuera una
maravilla. No tiene el mejor argumento, ni los diálogos más divertidos, ni los
personajes más interesantes o enternecedores, pero es decente. Como decimos en
mi casa «se deja ver». ¿Lo que más me gustó de todo? El gallo Heihei. Es graciosísimo
y las breves tomas en las que hace aparición son hilarantes.
Otra cosa que agradezco (aunque lo suelo disfrutar cuando sí lo hay) es que hayan prescindido de cualquier trama amorosa. Empieza a resultar muy cansino que en todas las historias haya necesariamente que buscarle un interés romántico a la protagonista, como si fuera indispensable que todo el mundo se deba emparejar tarde o temprano.
La propia Vaiana me cae regular porque detesto las
protagonistas cabezotas, tozudas y testarudas que continuamente desobedecen
órdenes destinadas a mantenerlas fuera de un razonable peligro. Una cosa es ser
valiente, determinada y decidida y otra cosa es ser estúpida y jugarte la vida
sin tener la más mínima formación y experiencia acerca de lo que estás
haciendo, sobre todo si te acaban de contar que tu padre tiene motivos para
sentir pánico ante esa situación porque perdió a alguien así. Por lo que a ser
estúpida se le suma estar siendo egoísta y desconsiderada con los sentimientos
de alguien que te quiere y que teme que te suceda lo mismo.
Si hay algo positivo que debo destacar de esta segunda
parte es que está a la altura de la primera. Eso es enormemente raro en
cualquier película. Como se suele decir, «segundas partes nunca fueron buenas».
No sabría decir cuál de las dos es mejor en este caso, y eso ya es algo
notablemente positivo a señalar.
Nuevamente, al igual que la primera, no es
especialmente graciosa o divertida, especialmente ocurrente, emocionante o
imprevisible, pero cumple aceptablemente con todas esas consignas. Una vez más
me sobran muchísimo las canciones. En esta y en cualquier película de dibujos. No
aportan nada a la trama y se hacen cansinas. Por suerte, no abundan en exceso. Ahí
sí tenía un importante punto a favor la primera respecto a la segunda, y es que
contaba con la chulísima canción Qué hay más allá de María Parrado, que en
realidad solo es buena por la melodía, que yo ya conocía de antes porque yo
había escuchado anteriormente la versión en inglés How far I’ll go de Alessia
Cara y la había añadido a mi lista de reproducción porque me gustó bastante. Honestamente,
Al final de Emilia, canción principal de la segunda película, no está a la altura.
[SPOILER: No puedo terminar la reseña sin señalar lo mucho que
me llamó la atención el final. Hace poco me leí los tres primeros libros de Una corte de rosas y espinas y quien se
lo haya leído no me podrá negar que el momento en el que Vaiana regresa a la
vida como semidiosa y surge sobre su brazo un tatuaje que le llega desde encima
del codo hasta los dedos parece una referencia demasiado directa al tatuaje de
Feyre y su posterior resurrección como fae. Es raro encontrar en una película
de dibujos un guiño a una saga tan adulta y sexual.]
Para terminar, solo me
queda reiterar lo dicho. No está mal y le gustará a cualquier consumidor asiduo
de películas de dibujos animados, pero para aquellos que al igual que yo no
suelan verlas no es precisamente la primera que yo recomendaría. Hay otras que
me parecen notablemente mejores como Shrek,
Enredados o Cómo entrenar a tu
dragón.
https://www.disney.es/peliculas/vaiana-2
https://tenor.com/view/heihei-moana-rooster-crowing-squawk-gif-13249172
https://cdn-0.filmthreat.com/wp-content/uploads/2024/11/REVIEW-Moana-2-1.jpeg
https://elcomercio.pe/mag/fama/que-ver/moana-2-en-streaming-cuando-estara-disponible-la-pelicula-en-disney-plus-nnda-nnlt-noticia/
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