domingo, 15 de septiembre de 2024

Relectura de La Princesa Prometida (1973) de William Goldman

Calificación: 9/10. 4 estrellas de 5

Llevaba un tiempo queriendo releer La Princesa Prometida de William Goldman. Cuando me preguntan cuál es mi libro favorito, suelo decir que es este. 

Me lo regalaron en un cumpleaños. No recuerdo qué edad cumplía exactamente, pero lo más probable es que fuera en torno a 12 años. En aquel entonces aún no había oído hablar de él.

Me encantó. Es uno de los libros con lo que más me he reído. Conjuga todo lo que yo adoro en cualquier lectura: romance, aventuras y sobre todo, mucho humor.

Creo que lo releí alguna vez más después de eso, aunque no podría recordar cuántas, tengo muy mala memoria. También vi la adaptación cinematográfica, que, como no podía ser de otra manera (me ocurre con todas las películas que veo después de leer el libro), me decepcionó. Sinceramente, parece la típica película "serie B" rodada sin muchos recursos y con unos efectos especiales muy pobres, aunque tampoco está mal.

No recordaba gran cosa. No quiero hacer spoilers, así que me limitaré a decir que recordaba que la historia inicia presentándonos a la joven Buttercup, algo creída y altanera, que trata con considerable soberbia a su criado o mozo de cuadra Westley, quien está secretamente enamorado de ella. Cierto suceso desencadena unas declaraciones de amor cruzadas que probablemente sean las más absurdas, surrealistas y graciosas que he leído en toda mi vida (toda la historia está narrada en clave de humor, con una sutileza e ingenio deliciosos). Westley parte hacia el extranjero para forjarse un buen futuro para ambos y... el resto es historia.

Otros personajes importantes son Fezzik, el inocente, bonachón y entrañable gigante turco aficionado a las rimas que puede destrozar a cualquiera con su increíble fuerza física, e Íñigo Montoya, un personaje ya muy mítico en la literatura: un extraordinario espadachín español que busca vengar la muerte de su padre, para lo que se ha pasado dos décadas practicando tanto sus habilidades con la espada como su legendaria frase que podéis haber visto impresa incluso en camisetas: "Hola. Me llamo Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Disponte a morir".

No cuento más. 

Desconozco si es algo propio y exclusivo de la versión que yo poseo o de todas, pero mi edición incluye dos anexos, uno sobre cómo surgió la idea de la película y otro sobre cómo William Goldman conoció esta historia y decidió reeditarla con sus supresiones y comentarios personales. También ignoro si este contexto es verdad o una historia ficticia inventada por él.

En general, para mi enorme sorpresa, en esta nueva relectura se me ha hecho más largo y denso de lo que yo esperaba y recordaba, pero, honestamente, creo que se puede deber a que me ha pillado un momento en el que tenía la mente en muchas cosas y me llamaba más dedicar mi tiempo a otras aficiones o tareas que no fueran leer. Pensaba que lo iba a terminar bastante rápido y que me iba a resultar muy ameno y entretenido, y los primeros capítulos sí que los leí con suficiente fluidez e interés, pero a partir de la mitad mi ritmo se ralentizó. Encontraba poco tiempo para leer así que perdía la motivación, el ritmo y la inercia de la lectura, y no me provocaba tantas risas como hubiera creído. En los últimos capítulos ya estaba con ganas de terminarlo, incluso aunque me gustara.

Merece mucho la pena leerlo, es todo un clásico. No puedo recomendarlo lo suficiente.



Fuente de la imagen:

https://www.planetadelibros.com/libro-la-princesa-prometida/438

1 comentario:

  1. ¡Hola! Mientras leía tu reseña, intentaba recordar si es que había leído este clásico y aunque sigo pensando que no, la historia me resulta bastante familiar. Y a pesar que nos cuentas que, se te hizo un poco lento de la mitad para adelante, creo que sería una buena lectura. Espero tengas un lindo día. ¡Besos!

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