No
puedo evitar una sensación de decepción que va en sentido ascendente con el
paso de los meses. Las Clamp están siendo injustas con los fans —que llevamos
esperando y ansiando esta continuación de Sakura, cazadora de cartas tanto tiempo— al no proporcionarnos
datos de relevancia que nos inciten a mantener el interés. No se lo están
montando bien si pretenden que sigamos enganchados a los capítulos. Yo sigo
leyéndolos porque soy una gran fan, muy insistente y tenaz, de la pareja Sakura/Shaoran,
que no se rinde hasta ver las escenas románticas que los fans merecemos y que,
a este paso, no vamos a tener nunca.
Los
capítulos son insultantemente cortos teniendo en cuenta la espera mensual entre
cada uno de ellos. El último, creo que ha sido el más corto de todos,
con 28 hojas en lugar de unas 33.
No
se ha visto ninguna escena romántica entre mi parejita favorita salvo a él
prestándole una chaqueta a ella. YA. Indignante. No cuela, se supone que son
pareja, ¿no? Porque empiezo a dudarlo. ¿Es que acaso existe una modalidad de
vida en pareja según la cual esta no se besa, no se abraza, no se toma de la
mano, no se dice “te quiero” ni tienen conversaciones acerca de su relación?
Parecen dos colegas, sin más.
Echo
de menos las absurdeces que se inventa Yamazaki. Esto es prueba de lo poco que
tiene esta continuación que logre mantener mi interés. Me parece muy bien que
los personajes hablen de cosas secundarias como a qué equipo o actividad extraescolar
va a optar cada uno siempre y cuando vaya avanzando de forma visible la trama y
estos temas banales no se conviertan en el grueso de todo el capítulo.
El
misterio tras las nuevas cartas me resulta tan poco interesante, que cualquier
conversación frívola y cotidiana me parece más entretenida en comparación,
aparte del hecho de que la captura de las nuevas cartas resulta demasiado
simplona y parecida en todos los casos, sin grandes acciones que ralenticen la batalla
a la vez que le aportan suspense y peligro. De hecho, las capturas de cartas
son tan poco interesantes, que en el repaso de los capítulos que he tenido que
hacer para escribir esta reseña me he saltado esas partes. Con eso lo digo
todo.
Las
Clamp parecen creer que el suspense ya estaría sobradamente suscitado por la
lenta revelación de pistas sobre lo que está pasando y por acabar los capítulos
con cliffhanger (acción interrumpida), pero no es así. Están
abusando en exceso de la paciencia y el afecto de los fans hacia la historia.
Tampoco
hay viñetas de gran atractivo, salvo, quizá, la penúltima del quinto capítulo,
en la que aparece Sakura rodeada de todas las antiguas cartas a modo de
evocación mental o recuerdo. Del capítulo seis lo único que rescataría sería la
escena en la que Shaoran cubre a Sakura con su chaqueta después de que ella se
empapara al capturar una nueva carta. Que esta sea, probablemente, la escena
más romántica que haya habido hasta ahora entre ellos —sin contar el abrazo del
primer capítulo— permite hacerse una idea del poco calibre que está tomando su
relación en esta continuación tan decepcionante. Por su parte, lo mejor del séptimo capítulo
sería, quizás, el simpático dibujo de Sakura y Shaoran que la pillina de Naoko
dibujó en el libro de Sakura y que hizo a esta ponerse como un tomate.
Supongo
que, para que sea una reseña completa de lo que han proporcionado estos
capítulos, debo mencionar al personaje nuevo, la sospechosa Akiho Shinomoto,
que no me trasmite buenas vibraciones. Esto es lógico teniendo en cuenta que
siempre que las Clamp introducen a un nuevo personaje en esta historia, este
esconde algún secreto, o influye de forma más o menos decisiva en el desarrollo
de la trama, y normalmente acaba convirtiéndose en un personaje principal más. No
me gusta ni un pelo esa extraña química repentina entre ella y Sakura y su
sospechoso parecido con ella —en el cual, por otra parte, no reparé hasta que
ellas lo mencionaron—.
Que
conste, nadie, digo ¡nadie! puede sustituir a Tomoyo como mejor amiga de Sakura
y por nada del mundo toleraría que llegue a convertirse en el próximo objeto
amoroso de mi Shaoran —que, no hace falta decirlo, pertenece exclusivamente a
Sakura (porque supongo que yo no cuento)—. ¿Os queda claro, Clamp?
Lo
más bonito del octavo capítulo fue la conversación telefónica entre los dos churris: Sakura y Shaoran. Fue un
diminuto soplo de vida después de tanta frialdad entre ellos. También se
agradece la nueva aparición de Yue y la espontaneidad de Kero. Además, no deja
de tener gracia la viñeta de Sakura recolocando los árboles danzarines de
vuelta a su sitio.
El
que califique esta continuación como decepcionante no quita para que la
agradezca y para que esta sea mejor que nada en absoluto, y, de hecho, más les
vale que Sakura Clear Card cuente con una extensión en condiciones; porque si,
encima del lento avance y de la poca chicha que hay en los capítulos hasta
ahora, deciden acabar la historia en un par de meses con una resolución del
misterio rápida y precipitada en el último capítulo voy a sentirme doblemente
decepcionada y, quizá, justificadamente cabreada.
Imagen (de der. a izqu.): Sakura y la petarda de Akiho (que a lo mejor resulta ser una ricura, quién sabe).
P.D.: recomiendo enormemente las reviews que hace sobre cada capítulo de Sakura Clear Card Arc el canal de Youtube Nerdro. En cuanto le escuché expresarse, no hay mes que no mire sus vídeos comentando cada nuevo capítulo. Echadle un vistazo, no os arrepentiréis.
Fuentes de las imágenes:
https://68.media.tumblr.com/471450208c764166402a3def7436e3f7/tumblr_oftdcyVMdo1r5rhglo1_500.png
https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/564x/ee/9d/84/ee9d848ffc7aad8ba20c4f0d5cc039b5.jpg
https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/564x/bb/75/a9/bb75a951e7504f6cdd70adcb08afd992.jpg
https://anime.astronerdboy.com/wp-content/uploads/2016/12/CCS_CCA-CH07-PG28-Sakura_Akiho.jpg
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