domingo, 23 de marzo de 2025

Opinión sobre la película "Wolfgang" (2025)

 

Introducción: mis reparos hacia el cine español.

Voy a dejar una cosa clara: siempre he despreciado el cine español. Da igual que yo sea española.

Los pocos intentos que en el pasado hice por darle una oportunidad a alguna serie o película de producción española resultaron infructuosos.

Si se trataba de películas, me resultaban aburridas, lúgubres, incómodas y dramáticas (Alatriste, El laberinto del fauno, etc.). Si se trataba de series, ni siquiera terminaba un capítulo porque me resultaban forzadas, flojas, artificiales, toscas y burdas (Aída, Aquí no hay quién viva, etc.).

Además, es difícil que te guste algo a lo que no estás acostumbrado, no puedes evitar compararlo con lo que más conoces. En este sentido, yo estoy tan acostumbrada a escuchar las voces de actores de doblaje profesionales, las cuales siempre son carismáticas, con personalidad, identificativas, muy distintas entre sí, dotadas de una buena articulación y vocalización (tan fácilmente como desprecio el cine español reconozco que en doblajes somos absolutamente excepcionales), que, en comparación, es inevitable que las voces de los propios actores figurantes me resulten anodinas, muy iguales entre sí, con una pésima vocalización y pronunciación y nada de carisma. ¡Si muchas veces apenas se les entiende lo que dicen!

Por eso, solo con unos segundos de escuchar estas voces originales, ya siento un rechazo automático.

A esto hay que añadir que la actuación de los actores españoles, en comparación con la de otros países, me resulta forzada, artificiosa, nada natural y, en definitiva, muy “baturra”. Por último, los guiones y diálogos me parecen muy toscos y burdos.

Como comprenderéis, este no es el mejor caldo de cultivo para que yo acceda a ver una película española por iniciativa propia. Por eso, si alguien me hubiera dicho hace unos meses que yo iría a ver al cine por voluntad propia una película española sin que alguien me apunte con una pistola en la cabeza, no le hubiera creído.

Sin embargo, últimamente anunciaban mucho Wolfgang en la televisión, ya había visto el tráiler un montón de veces involuntariamente, y reconozco que las tramas sobre personas con Trastorno del Espectro Autista me suelen llamar la atención, sobre todo desde que vi las series Bright Minds y Woo, una abogada extraordinaria. De todas formas, nunca hubiera ido a ver la película si no fuera porque me regalaron una entrada válida para cualquier película y, sinceramente, no estaban echando nada mejor. Cuán deplorable debía de ser la cartelera para que yo estuviera dudando entre una españolada y una película de dibujos animados (Flow), otro género que no suele llamarme nada la atención.

Tras ver ambos trailers, finalmente me decidí por esta.

 

Mi opinión sobre Wolfgang:

Debido a todo lo antes mencionado en la introducción previa, no iba con grandes expectativas, pero aun así consideraba que podía estar interesante teniendo en cuenta la temática.

No me equivoqué.

No nos engañemos, no es ningún peliculón merecedor de Óscar. No va a ser una película que se convierta en una favorita mía o que vaya a ver muchas veces (aunque alguna vez más sí la veré), pero he de admitir que sí me ha gustado y que, de hecho, un par de escenas me emocionaron hasta las lágrimas (tampoco tiene mucho mérito, las películas me hacen llorar fácilmente).

Me costó entrar en la película y concentrarme en ella por el choque que supone para mí lo que he mencionado sobre escuchar voces de actores y no de dobladores, y porque, sin poder evitarlo, me encontraba a mí misma más pendiente de leerles los labios a los actores para comprobar una correspondencia exacta o no con lo que les escuchaba decir que de disfrutar de la película en sí. ¿Cuál era el problema? Que no encontraba esta correspondencia exacta. En unas palabras sí, en otras no. Esto me molestaba porque no le encontraba sentido, hasta que até cabos: los nombres de los actores eran claramente catalanes en su mayoría como había comprobado en los créditos de inicio y estaba ambientada en Barcelona.

Entonces comprendí que seguramente estaba rodada en catalán y después doblada en castellano, seguramente por los mismos actores; de ahí la falta de equivalencia exacta entre lo que se escuchaba y lo que sus labios pronunciaban. En efecto, di en el clavo, como acabo de comprobar mientras redactaba esta reseña.

La primera mitad de la película tiene carices más humorísticos, que residen, más que nada, en las particularidades de Wolfgang como niño autista y su desdén y desprecio hacia su recién descubierto padre. Admito tanto que me hacían gracia sus contestaciones como que en la vida real yo no las aguantaría.

La segunda parte deja a un lado el humor y adquiere repentinamente unos tintes profundamente dramáticos. Yo diría que demasiados, pues no se avisa en el tráiler de que el espectador va a ver una película con un trasfondo tan sumamente trágico. En mi opinión se han pasado un poco, más que nada porque, en contraste con la primera parte, tanto drama resulta bastante exacerbado y forzado, sacado de la nada y un tanto innecesario en una película así. Creo que a quien la haya visto no le hará falta que le expliqué cuál fue el primer momento en la que se me saltaron las lágrimas. Afortunadamente, es más que nada una sola escena, si hubiera sido toda la película así, no me hubiese gustado.

La otra escena que me arrancó alguna lágrima (esta vez por conmovedora, no por trágica) fue el final, un par de gestos bonitos que tuvo Wolfgang hacia su padre.

Estoy en paz con el final de la película. No fue tan utópico e ideal como si ambos hubiesen conseguido lo que querían (ese final no hubiese resultado nada realista), ni tan trágico como si aquella dramática escena hubiera acabado de la otra forma en la que podía haberlo hecho.

Y es indudable que la escena final (aunque no exactamente post-créditos) es impagable y de lo mejor de la película y proporciona un alivio cómico en su final muy necesario tras tanto drama.

No fue tras haberla visto que realmente comprendí que apareciera clasificada como “comedia/drama”. Realmente fluctúa del extremo de un género al extremo del otro con mucha brusquedad, aunque afortunadamente el segundo no es tan prolongado, de lo contrario me hubiera decepcionado.

En definitiva, para mi sorpresa me alegro de haberle dado una oportunidad a esta película “española” (ahora sé que realmente es catalana) en específico. La recomiendo mucho a quienes disfruten de historias de dinámicas padre-hijo en la que entra en juego el autismo y la pasión por la música clásica.


Calificación: 7'5/10


Fuentes de las imágenes:

https://www.universalpictures.es/micro/wolfgang

https://www.zendalibros.com/wolfgang-extraordinario-una-excelente-feel-good-movie-espanola-que-no-debe-pasar-inadvertida/

https://www.ecartelera.com/noticias/wolfgang-critica-pelicula-infancia-salud-mental-huella-80097/

Opinión sobre la película: "Paddington: aventura en la selva" (2025)

 Calificación: 6/10

Recientemente, una vez al mes puedo ir de forma gratuita al cine gracias a una iniciativa juvenil del ayuntamiento de mi ciudad.

Esta vez se había escogido ir a ver la nueva película de Capitán América, pero en el último momento hubo que cambiar de elección porque la hora de la cartelera no cuadraba con los horarios de la actividad. Allí mismo me enteré del cambio y que en su lugar se había escogido ver Paddington, de la cual yo no había oído hablar y tan solo había visto la imagen promocional al mirar la cartelera por el móvil.

Se me cayó el alma al suelo. Con todo lo que tenía que estudiar e iba a perder toda la tarde viendo la última película que yo hubiera escogido ir a ver. No daba un duro por esta película. Creí que iba a ser una bobada infantil.

Como cabía esperar, empezó muy floja e insustancial, pero para mi sorpresa al final resultó estar aceptablemente entretenida.

Se nota a la legua que está enfocada a un público predominantemente infantil, tanto por la trama, como por el guión, como por los topicazos y lugares comunes en los que incurre. Ni siquiera hicieron el más mínimo esfuerzo por tratar de disimular que cierto personaje supuestamente benévolo iba a resultar tener intensiones oscuras. Resultó enormemente previsible.

Durante los primeros minutos yo estaba más perdida que un pulpo en un garaje porque en ningún momento te ponen en contexto y te explican cómo el oso llega a esa familia y por qué la sociedad no parece ver extraño que un oso hable, camine erguido, se vista y se relacione con los demás como un ser humano más. Y es que, al parecer, esta película se había visto precedida por una primera parte (no me gusta nada ir a ver segundas partes sin haber visto primero las primeras, pero las cosas salieron así). Corrijo: al preparar esta reseña me he enterado de que, de hecho, esta es la tercera parte.


Me sorprendí al ver aparecer a Antonio Banderas, desconocía que aparecía en este filme, pero lo reconocí en el acto. La verdad es que no sé qué pinta en un papel así para una película infantil, sin hacer de sex symbol ni de hombre misterioso y amenazante, pero le reconozco un buen desempeño del rol que le había sido asignado. Supongo que ya no le llaman para mucho más.

Dado que han pasado bastantes semanas desde que la vi y que la película en sí no da para mucho más, termino ya esta reseña recalcando que hay que disfrutarla sin grandes pretensiones, tan solo pasar el rato, teniendo en cuenta la clase de película que se va a ver y sin pedirle peras al olmo. Podía ser peor de lo que ha resultado ser.


Fuentes de las imágenes:

https://m.media-amazon.com/images/M/MV5BMzk1NTk1ODMtZjBlMi00MjA0LWJiMWItZmI1Y2M5MTk4Y2JjXkEyXkFqcGc@._V1_FMjpg_UX1000_.jpg

https://filasiete.com/noticias/actualidad-del-cine/paddington-aventura-en-la-selva-estreno/

https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcSPLMckJm8tWoipCRZKAvCp2cEgQ9mQcHA8rQ&s

https://pics.filmaffinity.com/Paddington_Aventura_en_la_selva-433795680-large.jpg

https://pics.filmaffinity.com/Paddington_Aventura_en_la_selva-651689640-large.jpg

domingo, 9 de febrero de 2025

Opinión sobre la película "Mufasa" (2024)

Calificación: 6/10. 3 estrellas de 5.

Lamento no poder redactar un artículo de opinión en condiciones pero estoy hasta arriba de cosas que hacer y, sinceramente, habiendo pasado ya dos semanas desde que la vi, ya no la tengo precisamente fresca en mi memoria.

Nunca he sido una chica Disney. De hecho, ni siquiera recuerdo si llegué a ver El Rey León en mi infancia. Sí la vi hace unos años antes de ir a ver el remake que lanzaron poco antes de la pandemia y, honestamente, no es de mis películas de dibujos animados favoritas, pasó sin pena ni gloria por mí.

Debido a la iniciativa cultural del Ayuntamiento de la que he hablado otras veces, tuve la posibilidad de ir a ver Mufasa gratuitamente, así que ¿por qué no?

La verdad es que admito que por el título de la película ni recordaba que Mufasa era el padre de Simba, de hecho en un primer momento lo confundí con Scar. La premisa de la que parte la película es que el mandril Rafiki entretiene a la pequeña Kiara durante la ausencia de sus padres Simba y Nala relatándole la historia de su difunto abuelo Mufasa como hermano adoptivo del príncipe león Taka. La narración de esta historia cuenta con la compañía de Timón y Pumba, quienes no paran de intentar tener un hueco en la trama. Beyoncé pone su voz a Nala y su hija Blue Ivy Carter a Kiara.

Evidentemente, se nota que es una película muy dirigida a un público infantil, sobre todo al principio. La impostación infantil de las voces de doblaje, las dichosas cancioncillas que tanto me sobran o los tópicos recurrentes en los que incurría la trama son solo unos ejemplos. Según avanza la historia gana en interés, incluso tiene algún que otro comentario divertido, sobre todo por parte de Timón y Pumba, que casi rompen la cuarta pared que les separa de los espectadores al bromear, por ejemplo, acerca de no poseer los derechos para cantar Hakuna Matata.

Ellos mismos son los que insinúan que detrás de la identidad de Taka podía encontrarse otra diferente mucho más conocida por nosotros. No fue hasta que hicieron ese comentario que me hicieron pensar al respecto, y no tardé nada en dar en el clavo. Mis sospechas se fueron confirmando cada vez más con el avance de la trama y resulté estar en lo cierto.

El caso que la película me acabó gustando, aunque tampoco me parezca ninguna maravilla. Dado que no soy una gran de los dibujos animados, para mí que esta esté realizada con imagen generada por computadora fotorrealista supone un punto a favor.

Cumple su propósito y no dudo que encantará a cualquier fan de El Rey León. En cuanto a los que no hayan visto la película original o no les guste especialmente, quizá les resulte prescindible o quizá les valga para entretenerse durante un rato sin más pretensiones, como es mi caso.


Fuentes:

https://lumiere-a.akamaihd.net/v1/images/wonderwall_instagram_teaser_poster_las_f9b6b48a.jpeg

https://lumiere-a.akamaihd.net/v1/images/image_e01457a8.jpeg?region=0,0,540,810


 

 

domingo, 19 de enero de 2025

Reseña de la saga "Una corte de rosas y espinas" (2015 - actualidad) de Sarah J. Maas


Aviso: dado que se trata de mis impresiones y opinión sincera sobre la obra, es inevitable que esta reseña contenga spoilers. No obstante, los más importantes están debidamente señalizados.

 

Llevaba tiempo oyendo hablar de esta saga, aunque no le había prestado mucha atención. En 2023, unas compañeras de trabajo la leyeron y me la recomendaron. Yo constataba que la saga iba ganando reconocimiento y cada vez me interesaba más leerla, pero no encontraba el momento para hacerlo, ya que tenía muchas lecturas pendientes. En verano de este año, otra chica y yo decidimos organizar un club de lectura en mi ciudad. Fuimos reclutando gente y me di cuenta de que varias personas se habían leído esta saga o justo estaban en proceso de hacerlo en aquel momento. Parecía un buen momento para proponerla como primera lectura del club, dado que otras integrantes y yo estábamos interesadas en leerla, así que se dispuso como lectura del mes de Septiembre.

 

Una corte de rosas y espinas (2015)

Varias personas comentaron que el primer libro se suele hacer muy denso y lento salvo por la parte final, que adquiere un ritmo frenético y se vuelve repentinamente apasionante, así que estaba preparada para que la historia no me enganchara al principio. Por suerte, nada más lejos de la realidad. Tan pronto como Tamlin se llevó a Feyre con él yo ya estaba metida en la historia y deseando saber qué iba a ocurrir después. Y apenas eran los primeros capítulos.

Desde casi el principio yo me sentía enganchadísima. Me costaba horrores no pasarme el día leyendo pero procuraba no sobrepasar las dos horas diarias porque tenía muy cerca el examen de las oposiciones.

En seguida me puse a elucubrar cómo evolucionaría y yo lo tenía muy claro: Feyre se encontraría cada vez más cómoda y a gusto con su “captor”, aunque seguiría buscando la forma de escapar. Empezaría a desarrollar sentimientos por él y a sentirse cómoda en su compañía, y él a preocuparse por ella, quererla y buscar su compañía. Allá por el capítulo nueve más o menos yo ya los shippeaba muchísimo y estaba deseando que avanzara su relación. No estoy muy segura porque antes de conocer a los personajes no me quedaba con sus nombres, pero me da la sensación de que había oído algo sobre que el personaje de Tamlin no convencía mucho a alguna lectora y sin embargo a mí me encantaba lo compasivo, piadoso y educado que era (claro que me faltaba mucho por leer sobre él). Sin embargo, del pobre Lucien yo al principio no me fiaba nada de nada. Tenía la impresión de que iba a acabar haciendo algo que me hiciera odiarle, como intentar atacar a Feyre o a su familia, y que Tamlin la defendería. Feyre no me caía mal del todo pero como me suele pasar con todas las protagonistas femeninas, me resultaba demasiado insolente, malpensada y prejuiciosa.

En el primer libro su familia no me caía nada bien. A Nesta la odié desde el principio (y a día de hoy sigue cayéndome fatal). Elain no parecía mucho mejor, también era egoísta. Su padre me parecía un mal padre, porque si no no hubiera permitido que Feyre se fuera sola al bosque a cazar por lo que pudiera ocurrirle allí, y se hubiera molestado él mismo por sacar adelante a sus hijas. La madre no parecía tampoco ninguna joya, ya que parecía importarle tan solo el padre y tomó la cruel decisión de hacerle prometer a una niña de ocho años cuidar de su familia. Feyre no debería darle tanta importancia a una promesa hecha siendo tan pequeña a una persona que nunca hizo mucho por ellos.

En relación con la supuesta “plaga” que azotaba a la Corte Primavera, mi suposición era que Tamlin caería enfermo y ella tendría que cuidarle. A fin de cuentas, dado que esta obra emula La Bella y la Bestia, esperaba una escena equivalente a aquella en la que Bestia salva a Bella de los lobos y resulta malherido, recibiendo atención y cuidados por parte de ella.

De hecho, según progresaba el libro empecé a entender por qué alguna vez leí que la historia parecía inspirada en La Bella y la Bestia, pero realmente no es hasta el tramo final en el que se constata la conexión, gracias a la explicación que ofrece Alis sobre todo lo ocurrido.

A pesar de todo lo que he leído en el pasado erré mucho el tiro respecto a lo que ocurriría en este, llegué a escribir: “Seguro Isaac entrará en escena otra vez, Feyre volverá a sus brazos y Tamlin se enfurecerá y sentirá muchos celos”. En fin. Ahora lo leo y me río.

La relación entre Tamlin y Feyre me parecía que iba sorprendentemente lenta, hubo varias escenas en las que pensé que se iban a besar o incluso a “llegar a la tercera base”, pero  no sucedió [SPOILER: me refiero a escenas como el baño de estrellas, o cuando Feyre está deprimida y él le besa sus manos ensangrentadas por las espinas de la rosa que arrancó, la noche de Calanmai o la primera cita en la que ella se pone vestido y le enseña su galería de pinturas].

Según avanzaba la historia empecé a confiar más en Lucien y me caía muy bien, aunque seguía prefiriendo a Tamlin. Feyre me seguía pareciendo insoportable y grosera en ocasiones. Por su parte, la única escena de todo el libro en la que no me gustó Tamlin fue en la de la noche de Calanmai. De hecho, me incomodó tanto que me tomé un par de días sin leer.

Temía la resolución por la que optara la autora respecto al tema de que él fuera inmortal y ella no, ya que no me parecía que existiera una manera convincente en la que pudiera convertirse ella en inmortal. [SPOILER: Por suerte me equivoqué (aunque muy convincente no fue)]. También me daba miedo que no acabaran juntos, porque dudaba que fuera una historia con final feliz al uso por ser más “oscura” que aquellas que suelo leer.

No me resisto a rescatar esta anotación que hice mientras lo leía: «Me temo que probablemente surgirá un triángulo amoroso, ya no con Lucien, sino con el hombre de pelo negro y ojos azules que la salvó de los que la querían violar en la Fiesta de los Fuegos». Ejem.

Decían que el tramo final es lo más emocionante o adictivo pero yo discrepo. Me parecía un poco deprimente y demasiado trágico todo lo que le ocurría a Feyre, y echaba de menos sus interacciones con Tamlin. La primera prueba estuvo interesante y sí estaba a la altura de lo que ella podía demostrar de sí misma. La segunda y tercera me parecieron excesivamente simplonas. De hecho, la segunda ni siquiera la ganó por sus propios méritos. La tercera y final, aunque simplona, sí me mantuvo bastante enganchada, el final estuvo emocionante aunque, sinceramente, se la jugó demasiado por una simple corazonada. [SPOILER: Aunque la resolución final me gustó y tranquilizó, hubiera preferido que la conversión tuviera lugar al final de la saga y que hubiera seguido siendo humana un tiempo más. Algo que definitivamente no me gustó y me reafirmó en mi opinión sobre ella fue su impasible y desagradecida reacción al despertar. No parecía nada emocionada de reencontrarse con Tamlin ni agradecida de que le hubieran salvado la vida. Honestamente, me llamó la atención que el alto lord de la Corte Otoño fuera el primero en dar el paso para convertirla en inmortal después de lo que le hizo a la novia de Lucien, y me llevó a creer, erróneamente, que quizá habría una reconciliación entre él y sus padres más adelante.]

Mis intuiciones tras finalizar el primer libro de cara a los siguientes fueron que Rhysand (quien ya me caía algo mejor pero seguía sin fiarme de él), reclamaría a una deprimida y arrepentida Feyre (por el asesinato de los inmortales) como parte de su corte una semana al mes y ella empezaría a sentir cosas por él, mientras Tamlin trataría de quitarle el tatuaje que la liga a Rhys. También creía que los hermanos de Lucien volverían a la carga y se enfrentaría a ellos, quizá como nuevos malvados de la saga.

 

Una corte de niebla y furia (2016)

Tras un paréntesis de unas semanas para centrarme en las oposiciones, en las últimas dos semanas de Octubre volví a la carga con el segundo.

Empezó decepcionándome muchísimo. Feyre seguía insufrible y no la aguantaba. No le gustan las fiestas ni celebraciones, ni los vestidos, insistía pesadísima en irse a ayudar al pueblo…. Empezaba a parecerme que solo le importa Tamlin por el sexo. En relación con esto, para mi desgracia este libro es considerablemente más explícito que el primero, contiene escenas sumamente fuertes al principio y al final, algo que me desagrada muchísimo leer, hasta el punto de que estuve a punto de abandonarlo solo empezar.

Al principio odiaba el desinterés de Feyre por Tam, pero también lo borde que era con Rhys. [SPOILER: sobre todo odié cuando dejó a Rhys tirado convaleciente después del ataque tan solo porque él no le dijo que estaban predestinados como pareja. En general ella insoportable y no trata bien a las personas a las que dice amar].

Con el avance de los capítulos el libro remontó mucho para mí y me alegré de haber seguido leyendo. Acabé estando incluso más viciada que con el primero. [SPOILER: Me da mucha pena cómo acabó con Tamlin y me parece muy forzada la forma en la que la autora se las ha arreglado para que de repente se convierta en un controlador y Rhys en un santo, es tan radical que no resulta natural ni convincente. Considero que, aunque no es justificable que Tamlin la encerrara, ella ha sido muy injusta con él y desde el principio del libro ya se notaba que no estaba enamorada, y me daba mucha pena por él.]

No pensé que Rhysand pudiera llegar a gustarme tanto pero lo cierto es que ahora me encanta, me fue cautivando muy rápido en este libro. Realmente la autora se las arregla para que te acabes enamorando de él, pero no resulta muy creíble que súbitamente le dé la vuelta a todo lo que hizo en el pasado y resulte ser un buenazo cuando en el libro pasado fue capaz de leer sus pensamientos sexuales en alto, emborracharla, tatuarla sin permiso para controlarla y tratarla como una marioneta. La autora insiste demasiado en comparar implícitamente las conductas de Rhys respecto a Tamlin (dejarla salir libremente, permitirle acompañarles y pelear con ellos, prestarse a entrenarla, tener voluntad de cambiar las cosas para su pueblo…), resulta demasiado descarado.

Los amigos de Rhys me gustan mucho, sobre todo Morrigan. En general, el libro me gustó mucho y me sorprendí a mí misma prefiriendo a Rhys sobre Tam. Durante gran parte del libro quería que se quedara con los dos pero sabía que no iba a ser así.

 

Una corte de alas y ruina (2017)


A pesar de mi vicio, tuve que forzar una pausa para leer Frankestein para mi club de lectura a principios de Noviembre. En cuanto lo terminé me zambullí en este, que es el final de la trilogía original.

Empezó gustándome mucho, quizá el que más, ya que empezó muy interesante, aunque no aprobé que Feyre intentara destruir a la Corte Primavera desde dentro. Me alegré de que Lucien (a quien yo echaba bastante de menos tras su prolongada ausencia en el segundo) la acompañara en su fuga y que pareciera que él estaba cambiando sus prejuicios y reconciliándose con ella y la Corte Noche. A Nesta la seguía odiando.

Estuvo especialmente interesante la parte en la que todos se reúnen en la Corte Amanecer pero me desagradaron muchísimo los comentarios de Tamlin hacia Feyre. Fue la única vez en la que en verdad desaprobé abiertamente su conducta.

Según se acercaba la mitad del libro, empecé a perder interés. Se redujo bastante mi vicio por leer y mi mente no se quedaba enganchada a la lectura después de haber estado leyendo. Entiendo lo que me dijeron de que hay demasiada política. Todo el asunto de prepararse para la guerra me aburría soberanamente. La guerra en sí se me hizo pesadísima. Todo ese tramo fueron los capítulos que menos me gustaron de toda la saga.

Afortunadamente, me reenganché en los últimos capítulos, ya empezada la batalla final, ya que la recta final fue trepidante.

[SPOILERS: Me pareció muy bonito que Tamlin salvara a Feyre cuando fueron Azriel y ella a rescatar a Elain. Lucien tardó demasiado en reaparecer, se le echaba de menos. Yo tenía miedo de que muriera algún personaje importante pero por suerte no fue así (sinceramente a Amren yo no la hubiera echado en falta, y resultó muy poco creíble que regresara). Que yo recuerde yo no me había emocionado hasta las lágrimas en toda la saga, pero sí que lloré cuando supimos que el padre de Feyre había aparecido liderando una flota para ayudar y que le había puesto los nombres de sus hijas a los barcos, así como, por supuesto, cuando Rhys “murió”. Imaginé que quizá sería reversible pero aún así lo pasé mal. Me pareció muy bonito y poético que lo resucitaran de la misma forma que a Feyre y que Tamlin ayudara y solo le pidiera a Feyre a cambio ser feliz.]

 

Una corte de hielo y estrellas (2018)


Tras una nueva pausa durante todo Diciembre para leer La invisible vida de Addie LaRue para mi club de lectura (no olvidéis leer la reseña que subí, recomiendo muchísimo ese libro), la segunda semana de Enero me decidí a leer este spin-off que sirve de puente entre la trilogía original y la continuación protagonizada por las hermanas de Feyre y los amigos de Rhys, aún a sabiendas de que me arriesgaba a que el final feliz del tercer libro se torciera para mi gusto.

Es el más corto con diferencia, se lee en pocos días. Además, no se hace nada denso ya que no hay intrigas, polítiqueos ni batallas. Se desprovee de su carácter épico y se reviste de literatura cozy, mucho más de mi agrado. Tal y como me dijeron antes de empezarlo, es como un cuentito de Navidad (hubiera deseado saber esto antes para leérmelo en plenas fiestas navideñas y no justo después).

En este libro ya no es Feyre la que narra en primera persona prácticamente todos los capítulos como en los anteriores, sino que se van alternando los puntos de vista según el capítulo. La mayoría son bajo la perspectiva de Feyre, pero también de Rhys, Mor, Cassian (los suyos incompresiblemente aparecen narrados en tercera persona) y Nesta.

En general me ha gustado, aunque no ocurre gran cosa. También tiene menos escenas pornográficas que los anteriores, lo cual es de agradecer. Sin embargo, mis sospechas acerca del siguiente paso en la relación de los protagonistas desgraciadamente se fueron confirmando (para cuando llegó la escena del telar que compró ya se me disiparon todas las dudas). En cierto modo esto arruinó el libro para mí y me quitó las ganas de seguir con la saga (no, no voy a leerme el quinto de momento, por esta y otras muchas razones).

[SPOILER: evidentemente, me refiero al repentino cambio de opinión de Feyre respecto a su anterior decisión de no ser madre de momento y poder disfrutar de Rhys a solas. No puedo explicar cuánto odio que las historias terminen con los protagonistas teniendo hijos. Aparte del hecho de que a mí no me gustan los niños y no siento el más mínimo instinto maternal, me repatea esta concepción arcaica de que para que una pareja realmente tenga un final feliz sea necesario matrimonio e hijos. De ahí se deriva la conclusión de que una pareja que no desee formar una familia no se quiere lo suficiente o no va a ser tan feliz, lo cual es una gilipollez retrógrada. Esta misma concepción tóxica lleva a considerar que las mujeres solo están completamente realizadas cuando son madres, y que deben aspirar a ello o si no “faltará algo” en su vida. Y me sorprende esto en una autora que imprimió toda la saga de un carácter feminista bastante evidente, sobre todo cuando había hecho afirmar a su propia protagonista que no deseaba tener hijos de momento. Eso por no hablar de la epifanía que la llevó a cambiar de opinión: que si le ocurriera algo a Rhys los hijos serían lo único que le quedaría de él. ¿De verdad eso es una razón justa y sensata para tenerlos?

Lo que detesto aún más es que siendo inmortal y teniendo toda su vida por delante decida arruinar su juventud y su libertad teniéndolos nada más y nada menos que a los 21 años en lugar de esperar unas décadas o siglos. ¡Si tienen literalmente todo el tiempo del mundo!

Además, ellos mismos están viendo venir en este libro que otro conflicto se acerca, con lo cual es una absoluta imprudencia ponerse a tener hijos cuando las cosas a su alrededor comienzan a agitarse otra vez.]

 

En conclusión, lo que he leído de la saga hasta ahora me ha satisfecho en general y me parece una historia bastante sólida y bien trabajada, de lectura adictiva. Cuando leía el primer libro llegué a pensar que iba a convertirse en mi nueva saga favorita, pero a tanto finalmente no ha llegado, ya que hay detalles que no me convencen, momentos que me incomodan y, por mucho que me guste Rhys, no me ha llegado a cautivar y enamorar como otros protagonistas masculinos de otras historias. Tampoco tiene momentos humorísticos que ensalcen la trama como sí los tienen otras sagas.

Sin duda, lo recomiendo muchísimo a lectores que gusten de historias de fantasía con razas propias, world-building y subtramas épicas que derivan en conflictos bélicos, con una trama principal romántica que incluye explícitas escenas lemon o smut.

domingo, 12 de enero de 2025

Reseña de La invisible vida de Addie LaRue (2020) de V.E. Schwab

 

Calificación: 8'5/10 

Estoy enormemente satisfecha con esta lectura. Intuyo que no va a ser uno de los primeros libros que se me vengan a la cabeza cuando me pregunten por mis libros favoritos y no ha sido uno de aquellos que me dejan tanta marca que me paso días después pensando en sus personajes ni los guardo especialmente cerca de mi corazón. Sin embargo, mientras lo leía me gustaba y conmovía tanto que consideraba que podía pasar a engrosar perfectamente mi lista de libros favoritos.

Desde el primer momento ya me enganchó. Pintaba muy bien desde sus primeros capítulos. Pocos libros me atrapan tanto desde las primeras páginas. Parte de la premisa, no novedosa, de un trato que una chica de 23 años realiza con lo que nosotros podríamos entender como el “diablo” (no se utiliza esta terminología en el libro): tiempo ilimitado para vivir su vida libremente a su manera, a cambio de su alma cuando muera. Evidentemente, al “diablo” (lo llamo así para que me entendáis) no le rentaría esperar indefinidamente por este alma si ella se vuelve inmortal, por lo que trata de hacerle la vida imposible buscando que ella misma renuncie a la vida. ¿Cuál es una forma cruel de intentarlo? Evitar que ella pueda ser recordada por cualquier persona que la conozca o con la que se cruce. Así, jamás podrá tener amigos o pareja, ya que todo el que la vea la olvida en cuanto la pierden de vista.

El estilo narrativo es peculiar. Hay constantes saltos hacia delante y hacia atrás, dependiendo del capítulo, lo cual lo hace más ameno que si durante muchos capítulos solo te narraran el pasado o el presente. En otros libros suele esperarse a un momento concreto de la trama y después dar un largo salto atrás, a veces durante varios capítulos seguidos. Aquí, sin embargo, se van intercalando los capítulos en el presente y los capítulos en el pasado, lo que logra mantener más el interés pues la narración se hace más variada.

La narradora cuida especialmente la expresión verbal. Es más poética y metafórica de lo habitual en este tipo de historias. Consigue llegar mucho al corazón gracias a la forma en la que formula los pensamientos y sentimientos de Addie. Y Addie como personaje inspira mucha compasión y empatía.

También es original que en lugar de presentarse una visión simplista y tradicional sobre la religión (Dios y diablo/Lucifer), se ofrezca una distinción entre dioses antiguos y dioses nuevos o dioses del día y de la noche.

Me siento dolorosamente identificada con Henry. Pocos personajes sobre los que había leído me habían resultado tan realistas y humanos. Es un chico de 28 años que desde que nació se sintió diferente al resto, que no encajaba. Demasiado sensible, no se sentía querido ni valorado por nadie, ni por su familia, se sentía perdido en la vida, sin encontrar su vocación, con ese terror paralizante de sentir que se le está pasando la juventud sin haber descubierto su verdadera pasión, ni su media naranja, ni su lugar en el mundo. Evidentemente, no apruebo es que se evadiera de su dolor mediante la ingesta de drogas. Pero por el resto de lo explicado sobre él, nunca había encontrado a un personaje tan similar a mí en ninguna obra.

A pesar de que la historia no es particularmente impredecible (en cuanto interviene el personaje de Henry puedes esperarte lo que va a suceder), si lo es algo más el cómo tiene lugar el desarrollo de estos acontecimientos que esperas, y sobre todo el final.

No quiero contar nada más para no estropear la historia, solo me queda recomendarlo encarecidamente, porque merece muchísimo la pena. Sobre todo a quien valore que lo que podría haberse limitado a ser una historia ficticia de fantasía se revista de algo mucho más profundo, con mensaje sobre la vida, y cuidando muchísimo la narración, tan profunda, sentida y poética.