Mi género fetiche es la
narrativa. La poesía se me suele hacer espesa y difícil de entender, aunque
haya ciertos poemas que me encanten hasta el punto de removerme las entrañas. Lo
cierto es que tengo bastante claro cómo debe ser un poema para que sea de mi
agrado. No me gusta la poesía sesuda, no me gusta que me hagan pensar. Yo disfruto
con la poesía de amor romántica y comprensible. Es decir, ni erótica y
complicada. Lo cierto es que siempre pensé que a mí rara vez me gustaría un
poema que no fuera de amor, pero este libro me ha hecho cambiar de opinión.
Por otra parte, para mí un poema
perfecto debe ser de extensión media, ni de pocas líneas ni de más de una hoja.
Me llegan mucho más los de desamor que los de amor, porque te estrujan más el
corazón y de dejan más huella, aunque no hayas pasado por una experiencia ni
remotamente parecida. Me molesta el exceso de metáforas, la abstracción y que
no resulten fácilmente comprensibles.
Habiendo dejado claro el tipo de
poesía que yo valoro, pasaré a enumerar los poemas y capítulos que más me han
gustado de este libro, que compré expresamente para regalárselo a mi pareja
pero decidí leérmelo antes sabiendo que no iba a poder dárselo hasta unas
semanas después.
Lo cierto es que las composiciones
del principio me dejaron bastante indiferente, como si se quedaran en un
intento ambicioso de ser sesudas, eróticas, románticas y sociales a la vez. No
me agrada que tengan tantas pretensiones, que se note el esfuerzo, sino que
sean sencillas y naturales pero a la vez hermosas. Por suerte, según fui
avanzando en la lectura me fueron gustando más.
Este libro está dividido en
secciones o capítulos y quizá las mejores de ellas sean La chica en ámbar e It’s all
about Money. Son las dos en las que encontré más poesías que me gustaron. Destacaría
sobre todo los poemas “Un beso” y “A la destrucción total”, y en menor medida
otros como “Los cantantes”, “Mi próxima cicatriz”, “La historia de los amores
imparables”, “Compañeras”, “Consideraciones respecto a la crisis”, “Vergüenza”,
“Plástico” o “España”.
Me gusta que se aborde el tema
social siempre y cuando no se quede en un intento autocomplaciente por lucirse
y demostrar una fingida humanidad mediante un manido sentimentalismo. En el
caso de Marwan, sí que me gusta el capítulo que dedica a la crisis y sociedad,
si bien algún que otro poema sí que peca de eso que he dicho y su visión de la
realidad idónea es demasiado utópica.
“El partido del siglo”, “A la
hora de olvidar”, “¿No te cansaste?”, ”Clases de amor para viandantes”, “Escribir”,
“Consideraciones respecto a la aceptación”, “Ya verás “y “Cara o cruz” son
otros poemas del libro que merecen mención especial, así como los capítulos “Psicoterapia”
y el breve “Que me perdonen los maestros”.
Quizá mi favorito de todos haya
sido la romántica prosa “Es sencillo”, precisamente porque reúne los elementos
que a mí más me gustan: es muy romántico, fácil de comprender y con una
extensión breve pero no tanto como para dejarte indiferente.
Lo cierto es que menuda sorpresa
me he llevado cuando al estar terminando esta reseña me ha dado por buscarle en
Wikipedia y me he enterado de que no era, al contrario de lo que yo pensaba,
uno de los (ahora muy comunes) instagramers
de corta edad que hacen su poesía conocida en las redes y alcanzan la
suficiente notoriedad y número de seguidores como para que les publiquen su
libro; sino que se trata de un afianzado poeta y cantautor madrileño de ya 40
años. No digo que esta información me alivie, solo me sorprende. De hecho, a mi
modo de ver, los influencers aspirantes
a poetas también tienen talento y merecen ser mucho más respetados, al
contrario de lo que suelen pensar los eruditos, los académicos y la gente adulta
o mayor. También me sorprendió comprobar que Marwan es su nombre real y no un
pseudónimo o nombre de guerra escogido para moverse por el mundo de la literatura
o el de las redes sociales.
En resumen, se ajusta bastante al
tipo de poesía que me gusta leer, aunque no me haya resultado un libro
memorable en absoluto. Son poemas suficientemente sencillos, bonitos y
llevaderos como para elegir este libro para desconectar un rato del mundo y ponerse
a leer por placer o por aburrimiento sin mayores pretensiones.
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