Calificación: 8/10. 4 estrellas de 5.
Este libro fue una sugerencia de lectura por parte
de una de mis profesoras para la realización de mi TFM, y, he de decir, que me
alegro de que me lo prestara y recomendara, pues me entretuvo mucho más de lo
que hubiese imaginado.
Trabajando con el tiempo en mi contra, me sentí
tentada, tras meses de tenerlo en mi casa y no haber tenido tiempo de
consultarlo aún, de renunciar a su lectura. Creía que consultarlo me llevaría
más tiempo del que tenía disponible (en parte dado de que el contenido se
estructura en las páginas a través de —las muy temidas por mí— dobles columnas)
y no estaba muy segura de que realmente fuera a servir al fin de mi trabajo.
Con hastío, impaciencia y pocas ganas, comencé a leerlo. La introducción no me
hizo cambiar de opinión al respecto. Sin embargo, el primer capítulo sí que lo
hizo. Cuando me quise dar cuenta, ya estaba atrapada por el contenido.
La información está explicada de forma fácil y
comprensible, sin hacer uso de un lenguaje rebuscado que haga críptica y espesa
la lectura. El libro es de una extensión muy reducida y está profusamente
ilustrado y, sorprendentemente, te encuentras avanzando en él a una velocidad
mucho mayor de la que hubieses imaginado.
Esta obra de Christopher de Hamel se encarga de
explicar cuál era el tedioso, lento y complejo proceso de elaboración de un
manuscrito medieval, desde la obtención, lavado y raspado de la piel animal
para la creación del pergamino resultante, pasando por la disposición y copia
del texto en dicho pergamino, hasta llegar a la iluminación de las miniaturas
que ilustran el texto ya escrito por medio de distintos procesos y mezclas de
componentes naturales para la creación de los pigmentos necesarios.
Cuando me quise dar cuenta, estaba atrapada por la
lectura e incluso había olvidado tomar notas. Me interesaba tanto lo que leía
que en las pausas que hacía entre capítulo y capítulo (la lectura la espacié en
varios días) aprovechaba para recordar mentalmente el contenido ya leído e
incluso explicárselo en voz alta a mi familia con la ilusión de quien ha
logrado retener bastante información con tan solo una lectura. De hecho, dado
que he tenido, obviamente, que devolverle el libro a la profesora, he considerado
comprármelo para tenerlo yo, aunque sé que no sería muy seguro que volviese a
leerlo, ya que en mi tiempo libre tiendo a huir de toda obra que guarde
relación o me recuerde a aquello que he estudiado durante el curso y suelo
preferir relajar mi mente con novelas de ficción que me permitan una plena
desconexión respecto a lo estudiado.
Para concluir, diré que recomiendo su lectura no
solo a los humanistas, filólogos, estudiantes de restauración de manuscritos,
etc. sino a todo aquel que posea un mínimo de curiosidad intelectual acerca de
cuestiones humanísticas en general o relacionadas con el proceso de creación de
códices en la Edad Media en particular. Es una lectura amena y entretenida, que
no decepciona y de la que se extraen bastantes conocimientos.
Fuente de la imagen:
No hay comentarios:
Publicar un comentario