miércoles, 20 de junio de 2018

Reseña de "Feminismo ilustrado: ideas para combatir el machismo", de María Murnau y Helen Sotillo

Calificación: 7'5/10. 4 estrellas de 5.
 
Tratándose de una obra ilustrada, tiene más texto del que parece. Hay bastante para leer, por lo que no hay que caer en el equívoco de que va a ser como una novela gráfica o cómic, en los que las ilustraciones en ocasiones eclipsan la importancia del texto. En este caso es todo lo contrario. Las ilustraciones no son más que meros añadidos esporádicos y decorativos para aderezar las páginas y hacerlas más atractivas a la vista. No obstante, que ello no os lleve a pensar que se trata de una obra pesada repleta de sesudas divagaciones de mujeres teóricas en materias de género. Nada más lejos de la realidad. 

Es una introducción al feminismo realmente básica, quizá demasiado para quienes como yo estamos interesadas en el tema y ya hemos leído e investigado al respecto. Aun así, su lectura no sobra en absoluto, es recomendable para repasar y asentar conceptos ya sabidos —patriarcado, roles de género, cosificación, etc.— o para descubrir alguno nuevo que se te puede haber escapado hasta ahora —“gafas violetas” o sororidad, por ejemplo—. Considero que es una más que notable aproximación al concepto de feminismo, lo que este implica, y otras nociones con las que guarda estrecha relación o con las que comparte una lucha diaria por los derechos que merecen —la identidad de género y la orientación sexual, principalmente—.

Se trata de un volumen al que podrían acercarse los preadolescentes o incluso niños, puesto que, una de las cosas que quizá más le reprocho es que hace uso de un lenguaje excesivamente simplista y nada literario, muy informal y excesivamente accesible para personas ya acostumbradas a lecturas algo más sesudas.

En definitiva, es una lectura altamente recomendable para aquellos que aún no estén muy familiarizados con el feminismo y recomendable a secas para quienes lo estén pero agradezcan cualquier lectura amena e interesante sobre el tema.
 

Reseña de "El peligro de la historia única" de Chimamanda Ngozi Adichie


Ya es sabido que me he aficionado a las obras breves de esta autora nigeriana. Esta en concreto, no obstante, no trata sobre feminismo —el tema que a mí más me apasiona que aborde Chimamanda en sus libros—. Esta nueva obrita recibe el nombre de El peligro de la historia única y habla del riesgo de que pasen a la posteridad tan solo una versión de los acontecimientos, o una imagen estereotipada sobre una determinada etnia. Confiesa cómo esto la ha perjudicado a ella misma, a quien, por ser nigeriana, la miraban con la compasión de quien da por hecho que ha llevado una vida pobre y sin posibles. No obstante, admite haber pecado ella misma de prejuzgar a la gente por el “relato único” que se ofrece y populariza sobre ellos.

Si las dos obras anteriores ya eran extremadamente cortas, esa directamente se reduce casi a la mínima expresión, hasta el punto de haber tenido que incluir un análisis —denominado “Las historias de una idea”— de la filósofa María Garcés acerca del discurso de Chimamanda que, irónicamente, es más largo que el discurso mismo. Alguna vez leí que un comentario sobre una obra nunca debe sobrepasar la extensión del original. Por otro lado, la extensión reducida es comprensible, puesto que se trata de un discurso, de la primera TED Talk impartida por esta autora. De hecho, era tan escaso el número de páginas de este volumen que tuvieron que rellenar espacio incluyendo al final del mismo una sinopsis de todos los libros que Chimamanda ha publicado hasta ahora.

Mientras que la charla de la autora nigeriana es interesante y breve, el análisis de Garcés resulta un tanto pesado e innecesario. No está fuera de lugar, pues, al fin y al cabo, se trata de un comentario sobre lo que se acaba de leer, pero se va demasiado por las ramas sin dejar en el lector un poso de sabiduría o una conclusión clara. Por su parte, Chimamanda resulta una experta a la hora de condensar sus pensamientos y creencias en pocas palabras pero siempre claras, contundentes y exactas. Lo cierto, es que de todo lo que he leído hasta ahora de su producción literaria más breve, no hay nada que no merezca la pena su lectura.

«Las historias importan. Importan muchas historias. Las historias se han utilizado para desposeer y calumniar, pero también pueden usarse para facultar y humanizar. Pueden quebrar la dignidad de un pueblo, pero también pueden restaurarla.»