jueves, 19 de julio de 2018

Opinión sobre la película "Mary Shelley" (2018)


Calificación: 7/10. 3 estrellas de 5.

Hace días fue que supe de este film que adaptaba la vida de la escritora de una de las obras de terror más célebres: Frankestein o el moderno Prometeo. Ante la propuesta de una amiga de acompañarla a verla, accedí gustosa e interesada en la historia; mas temerosa y reticente de encontrarme con un dramón en estado puro, pues, tal y como pude leer recientemente, la vida de Mary Shelley no fue precisamente fácil o exenta de tragedias. Eso sí, se vio rodeada de personas casi igual de ilustres que ella: su madre, la filósofa feminista Mary Wollstonencraft, que desafortunadamente murió al dar a luz; su padre, el filosofo de corte político William Godwin, y su marido, el poeta Percy Shelley.




Lo cierto es que salí del cine encantada, enormemente complacida con la forma en la que se había narrado la historia de esta mujer valiente, testaruda y luchadora. Si bien yo creía que la película se iba a centrar en la ejecución de la novela de Frankestein, este no fue sino el culmen de la misma. La directora, Haifaa Al-Mansour, escogió ocupar el grueso de la película en explicar las circunstancias que condujeron a Mary a escribirla, narrando los acontecimientos que tuvieron lugar en su vida desde los 16 a los 18 años. Su juventud no la privó de tormentos y responsabilidades derivados del enamoramiento, la infidelidad, la maternidad, la traición, etc. A la protagonista la vemos evolucionar, pasando de ser una adolescente un tanto imprudente, terca e impulsiva a una mujer cuyos padecimientos y decepciones la han llevado a abrir los ojos a la realidad del amor y de la familia y que actúa en consecuencia a esa nueva perspectiva acerca de lo que le rodea. 

Aprecio el hecho de que pasaran de puntillas y no se recrearan excesivamente en ciertas escenas que podrían haber hecho al espectador derramar muchas lágrimas —como la muerte de su primera hija o la posterior muerte de su marido, acontecimiento que ya quedó fuera de la línea temporal de la película—. No obstante, aunque, afortunadamente, no se tratara del dramón que yo temía ver, si es cierto que, en ocasiones, se hacía uso de un acusado dramatismo y de un exceso de teatralidad. Gustaban de hacer estallar las emociones de los protagonistas y pintar las situaciones más tremendistas de lo que seguramente fueron en realidad. Estos excesos no solo afectaban a la trama, sino también a la forma de ser de ciertos personajes, que en algunos casos llegaba a ser realmente caricaturesca. En consecuencia, espero que la desmesurada personalidad de Lord Byron no sea más que una licencia creativa de la película, porque me desagradaría descubrir que este gran poeta fue realmente el mujeriego demente, estrafalario, traidor y sin escrúpulos que se muestra en el film.



Curioso me pareció que la que vendría a ser la escena más importante de todas, aquella en la que Lord Byron, durante una reunión en Ginebra, reta a sus huéspedes (Mary, Percy Shelley, la hermanastra de Mary y el médico y escritor John William Polidori) a escribir la mejor obra de terror —situación que fue el desencadenante de la escritura de la novela sobre el monstruo de Frankestein, para quien lo desconozca—, ocupara un lugar tan nimio en la película. Yo esperaba que se recreara más en esta escena, no que este reto fuera formulado tan “de pasada”.



Una de las cosas que más valoro de esta película es el cuidado, la elegancia y la mesura que impregnaba cada detalle. Nada es puesto al azar, nada sobra y el montaje está encadenado de una forma maravillosa. Este hecho se manifiesta en forma plena en la brillante escena en la que Mary comienza al fin a escribir, mientras recuerda cada uno de sus padecimientos. Agotada, harta, exhausta de tanto sufrimiento, tantas traiciones, tanto huir y perdonar, vuelca toda su rabia, su frustración, su dolor, pero también sus resquicios de esperanza en la elaboración de la que se convertiría en su gran obra. También es una película que agradará a cualquiera que guste de apreciar las maneras de la época, el lenguaje cuidado de léxico exquisitamente escogido tan propio de las ficciones costumbristas y de época. 





Recomiendo leer la siguiente crítica de la película:  http://www.sensacine.com/peliculas/pelicula-230645/sensacine/

 Fuentes de las imágenes:
http://www.sensacine.com/peliculas/pelicula-230645/
https://kinepolis.es/peliculas/mary-shelley
http://elpajaroburlon.com/cine-historico/mary-shelley/
https://kinepolis.es/peliculas/mary-shelley
http://www.diariodecine.es/nrcineclasico24.html
http://www.diariodecine.es/nrcineclasico24.html

jueves, 12 de julio de 2018

Reseña de "Feminismo para principiantes" de Nuria Valera y Antonia Santolaya


Calificación: 6'5/10. 3 estrellas de 5.

Fui a la charla que ofreció la autora Nuria Varela en la librería Santos Ochoa para presentar este libro, el cual adquirimos posteriormente para que nos lo firmara. El libro original fue publicado en 2008. El ejemplar leído por mí es una reedición ilustrada publicada en este 2018. Irónicamente, Nuria Valera decía querer “acercar el feminismo a todo el mundo”[1], pero, en mi opinión, las ilustraciones no han sido suficientes para aligerar la densidad del ensayo.

Eso de “para principiantes” no es muy exacto que digamos. Más bien diría que es una profundización en el tema dirigida a alguien ya algo leído en el tema. En lugar de ofrecer una visión introductoria, colapsa al lector con datos y fechas históricas y un montón de nombres de grandes mujeres de la historia que contribuyeron a cimentar el feminismo actual. No me malinterpretéis, no digo que no sea interesante. Lo es, y mucho, y es una información que debería estudiarse en las aulas para estar al alcance de todos en lugar de restringirla a ciertos libros que solo los interesados en feminismo nos molestamos en leer. Lo que no me convence es que el título no se ajuste al contenido, ya que, en lugar de “introducción”, deberían haberlo denominado “estudio histórico”, “historia” o “profundización” en el feminismo, para no dar lugar a equívocos y evitar que las personas no leídas en el tema salgan espantadas por su densidad y no vuelvan a interesarse en el feminismo.

Las ilustraciones, a cargo de Antonia Santolaya, son sencillas y simplistas pero en el buen sentido de la palabra. Logran desempeñar su cometido y transmitir la información necesaria en un número de trazos reducido. Además, el color morado impera en casi todas ellas, así como en la portada, decisión muy acertada teniendo en cuenta que este es el color de las causas asociadas a la mujer. 

No lo recomiendo como primera aproximación al feminismo, sino como una profundización en el tema. Como primer acercamiento sugeriría más la Introducción al feminismo: ideas para combatir el machismo que ya reseñé hace unas semanas. No obstante, es, si duda, una lectura interesante, enriquecedora y conveniente acerca de conceptos, acontecimientos históricos, corrientes y tipos distintos de feminismo y las mujeres que los impulsaron.


Fuente de la imagen: 

martes, 10 de julio de 2018

Reseña de “En la soledad de un cielo muerto” de Laury Leite


Calificación: 5'5/10. 2'5 estrellas de 5.

Esta novela corta me fue recomendada por sus semejanzas con la novelita de Miguel Espigado que había leído semanas atrás (Enciclopedia de las cosas buenas). Lo cierto es que, si bien al principio parecen similares —los dos narran los intentos de un hombre por rehacer su vida tras haberse quedado en el paro y haber perdido a su amor— según avanza la lectura te das cuenta de que las similitudes no son tantas. 

Personalmente, prefiero la novela de Espigado, que, aun siendo de semejante extensión, se hace bastante más amena puesto que recurre contantemente al humor y la ironía, casi llegando a ridiculizar las penas que sufre el protagonista. El libro de Laury Leite, por el contrario, peca para mi gusto de demasiado rimbombante y trascendental, y yo suelo gustar de lectura más ligera. Detecto un exceso de descripciones que ralentizan el ritmo, ya de por si lento debido a la poca acción. Lo que salva al libro de resultar demasiado pesado es su corta extensión.

A mitad del libro, nos encontramos con una sorpresa, el POV o punto de vista (point of view) cambia del hijo a la madre, manteniéndose el empleo de la primera persona. Así, a la incertidumbre de la búsqueda de una nueva vida del hijo se yuxtapone la desazón de la madre al ver que su hijo está haciendo su propia vida. Para acentuar este cambio de narrador, se aprecian diferencias narrativas entre la prosa del hijo y de la madre. Mientras que la primera resulta más convencional y llevadera, la segunda abusa de la continua utilización de paréntesis, quizá para reflejar el caos que presenta su mente, asaltada por continuos pensamientos y divagaciones. Del mismo modo, aunque el hijo de vez en cuando recuerda vivencias pasadas para explicar hechos presentes, es el tiempo actual lo que más le concierne, mientras que la madre apenas vive en su presente, remontándose continuamente a su propio pasado, como hija y, después, como madre. 

En definitiva, quizá sea interesante su lectura como comparación con Enciclopedia de las cosas buenas para contrastar dos formas diferentes de narrar experiencias vitales similares, o en general, para cualquiera que esté interesado en leer las vicisitudes y estragos que puede causar en la vida de una persona la pérdida de empleo, del amor y el desarraigo existencial que esto produce.

martes, 3 de julio de 2018

Opinión sobre la película "Con amor, Simon" (2018)


Calificación: 8'5/10. 4 estrellas de 5. 

Solo ver el tráiler me sentí interesada en esta película. Me pareció que abordaba el tema de la homosexualidad y del descubrimiento de uno mismo de una forma cuidadosa, esperanzadora y divertida. No me equivocaba.


Propone una mirada sobre la orientación sexual de los adolescentes abierta, tolerante y positiva, pero también realista, pues no deja a un lado las vicisitudes reales a las que este colectivo tiene que enfrentarse día a día debido a los prejuicios de la sociedad. 

Se encarga de señalar que, aún entre los jóvenes se trata de una cuestión que todavía no ha sido normalizada del todo. Precisamente los adolescentes se caracterizan por ser especialmente insensibles y ofensivos a las cuestiones ajenas a ellos mismos, utilizando, muchas veces, lo que ellos creen como flaquezas para atacar y humillar a sus enemigos escolares. No obstante, a pesar de que las burlas son más frecuentes entre jóvenes, en el fuero interno estos no son tan intolerantes como los adultos y mayores, quienes, si bien no expresan su disconformidad hacia estos temas de una forma tan abierta, cuentan con prejuicios con mucho más marcados y profundos.


La película me gustó aún más de lo que imaginaba. Destacaría la forma en la que se plantea la historia, manteniendo al espectador con el suspense de averiguar quién es el enamorado de Simon a la vez que este mismo va haciendo sus apuestas al respecto, así como el cuidado y respeto con el que se aborda un tema delicado como este, y los toques de humor siempre necesarios. Algunos de estos últimos, también son muy inteligentes, pues ayudan al espectador al ver la injusticia que supone tener que confesar una preferencia sentimental, que de haber sido heteronormativa, no habría hecho falta explicar en absoluto. Me refiero a la bien traída y muy sabia escena en la que se plantea cómo sería una situación en la que los jóvenes heterosexuales tuvieran que explicar a sus padres su preferencia por personas del sexo opuesto, con el consiguiente disgusto e incredulidad de los padres. Precisamente lo absurdo de la situación ayuda a subrayar la injusticia que supone tener que ofrecer explicaciones por algo que en otros casos no las requiere.


Es una película que recomiendo tremendamente. A los espectadores pertenecientes al colectivo homosexual les gustará por su más que probable identificación con las vicisitudes por las que atraviesa el protagonista; al resto, porque, aun sin sentirse identificados con su situación, quizá adquieran más tolerancia hacia estas cuestiones a la vez que disfrutan de una película preciosa, amena y con un mensaje de tolerancia muy necesario en nuestros días.