domingo, 13 de marzo de 2022

Trilogía "Los lobos de Mercy Falls" (2009-2011) de Maggie Stiefvater

 

1-Mi historia con la saga:

Mi ya muy comentado propósito de releer las sagas de fantasía de mi adolescencia ha terminado al fin con la lectura de la saga de Los lobos de Mercy Falls, aunque yo siempre la he llamado la saga Temblor. Evidentemente, vais a encontrar spoilers en esta reseña, pero avisaré por adelantado de los más importantes.

Este es un caso algo distinto ya que, al contrario que otras de las sagas leídas en mi adolescencia que recientemente he releído —como Memorias de Idhún o Cazadores de Sombras—, de Los lobos de Mercy Falls yo realmente tan solo me había leído el primer libro, Temblor. De este modo, relectura como tal solo estaba haciendo de dicho primer libro, mientras que de los dos restantes se ha tratado de una primera lectura en toda regla. Es por eso que no he considerado adecuado nombrar a esta entrada del blog de la misma manera que esas otras.

¿Y por qué en su momento no continué esta saga si yo soy la clase de persona a la que no le gusta quedarse a medias y si lee una saga la tiene que terminar? Pues porque, como generalmente hacía yo en esa época en temas literarios, decidí seguir la recomendación de una amiga —sí, la misma por la que me leí las sagas antes aludidas y por la que no quise leerme la precuela de Cazadores de sombras: los Orígenes—, que me dijo que dado que el primer libro tiene un final bastante cerrado, ella había decidido no proseguir con la lectura de los siguientes. En su momento me costó hacerle caso pero lo consideré una buena idea y así lo hice yo también, a pesar de que el final es tan descafeinado que realmente te deja ganas de más. De todas formas, tenía entendido que Grace se transformaba en los siguientes libros y eso era lago que particularmente yo no tenía ningunas ganas de leer.

Sin embargo, puesto que iba a volver a leerme el primero de nuevo en la actualidad, pensé que seguramente no sería tan malo actuar distinto esta vez y completar la trilogía. Me equivoqué. El final de la trilogía ha sido tan abierto, melodramático y decepcionante que realmente no estoy segura de haber hecho lo correcto. La lectura de los tres libros me ha llevado en total una semana. Dado que el primero era el único que tenía en mi poder, los otros dos los cogí prestados de la biblioteca.

 

2-Opinión sobre la saga:

Algo que me gusta especialmente de esta saga es que cada capítulo está narrado por uno de ellos, de forma que en ocasiones puedes contemplar unos sucesos desde el punto de vista de Grace y otros desde el de Sam, sobre todo para saber cómo se sienten en los momentos en los que no están juntos. A partir del segundo libro se introduce como narradores también a Isabel y Cole y eso en cambio no me ha gustado nada.

Los capítulos no tienen título, simplemente están introducidos por el nombre del personaje que esté narrando en ese momento y por algún bonito dibujo que ilustra una determinada estación del año. Así, como el primer libro toma como referencia la inminente llegada del invierno, se emplea una paleta de colores fríos en los que predominante el blanco y el azul. El segundo, que se desarrolla en primavera, se ve adornado con hojas verdes y el último, a pesar de que tiene lugar en verano, se decora con tonos marrones pues en ese caso el otoño acecha la felicidad de la pareja.

Además de eso, como en esta saga los cambios de temperatura constituyen el detonante que produce el cambio de humano a lobo y viceversa, en el primer libro figuran los grados que hay en aquel momento al principio de cada capítulo. Sin duda se trata de una edición muy detallista, estética y cuidada.

Algo que me gustaría comentar es que, tratándose de una saga que es etiquetada como juvenil, en mi opinión trata temas un tanto serios, explícitos y escabrosos como para ser leída por adolescentes. En el caso del primer libro se trata más que nada de todo el asunto de lo que le hicieron a Sam sus padres. No se pasa de puntillas por ello precisamente y estas partes constituyen la clase de pasajes que considero que solo puedo leer en momentos en lo que no estoy especialmente vulnerable o sensible, pues he tenido épocas en las que leer cosas así me habría afectado muchísimo. De hecho, es probable que esa fuera una de las razones por las que no me animé a volver a leer Temblor hasta la actualidad.

Pero es que esto va a peor en el segundo libro. No solo se recrean aún más en las desgracias pasadas del pobre Sam, sino que se añaden otras nuevas como todo lo de Cole y las drogas. Honestamente, se trata de cosas que no me hace ninguna gracia leer y que no las considero muy adecuadas para un público joven. Si Maggie realmente tiene tanta necesidad de exponer el lado más cruel, deprimente y oscuro de las conductas de muchas personas entones creo que debería etiquetar sus obras como dirigidas a un público adulto.

 

Temblor (2009):

La verdad es que el primer libro es todo un grower, y recomiendo muchísimo su lectura. Me lo releí en tres días a finales del pasado mes de febrero, y me mantuvo sumamente enganchada. Realmente me costaba mucho parar de leer. Dado que fue de los últimos libros de fantasía que devoré con entusiasmo en mi adolescencia antes de comenzar una sequía literaria que se prolongaría durante la primera mitad de mi veintena, recordaba más detalles sobre este que sobre otras sagas.

A continuación me dispongo a enumerar los hechos de los que me acordaba antes de comenzar a leer, que constituyen un resumen del libro completamente plagado de spoilers, por lo que si no lo habéis leído saltaros el siguiente párrafo y pasad al siguiente.

[SPOILERS] Recordaba que Sam era licántropo, que sabía tocar la guitarra y que sus padres le cortaron las muñecas en una bañera. Que un día aparecía en la puerta de ella desnudo y herido y ella le cuidaba. Él le confesaba que la había visto a ella desnuda alguna vez cuando la espiaba desde el bosque, porque la vigilaba esperando y deseando que se transformara como él desde que su manada la había atacado en el bosque siendo niña. Rememoraba también el momento en el que el padre de ella los vio juntos en el sofá y le  confesó que se sentía aliviado porque pensaba que era lesbiana pues no se había interesado por ningún chico. Me acordaba, por supuesto, de escenas tiernas y románticas como el momento en el que hacían repostería juntos y también cuando él la llevaba por sorpresa a una pastelería, o cuando volvían de una cita y se acostaban por primera vez y a la mañana siguiente él le soltaba que creía que ella lo había hecho solo por rebeldía hacia su padre. También tenía grabado en la memoria la trágica escena en la que ella conducía y se interponía un ciervo en su camino, con el pobre Sam sucumbiendo al frío que entraba en el coche por el golpe, y como ella lo llevaba a un veterinario para que le subieran la temperatura inyectándole algo. Al final del libro ella se iba a ir de viaje con unas amigas y entonces él aparecía en el bosque y ella se arrojaba a sus brazos porque le había dado por muerto. [FIN SPOILERS]

Lo he vuelto a disfrutar un montón, aunque me dio la sensación de que iban muy rápido en su relación, puesto que en seguida llegó el primer beso y durmieron juntos. No se gesta a fuego lento pero tampoco definen claramente su relación, así que yo pensaba ¿pero son novios o no? He de decir que a veces me chocaba la conducta de él, ligeramente egoísta empeñándose en que ella tendría que haberse transformado y ser como él. Por su parte, ella no es tan introvertida como dice ser, puesto que le vacila mucho y además no duda en meterlo en su cama a la primera. Al principio confieso que su relación no me llenaba por completo porque daba la sensación de ser más superficial que la de otras parejas que me gustan, como Clary y Jace, por ejemplo, en la que captas perfectamente lo muchísimo que sufren al estar enamorados el uno del otro y que sienten su amor con mucha intensidad. Sin embargo, esta percepción mía cambió según avanzaba el libro y ni que decir tiene que desapareció por completo a partir del segundo, en el que sí que ves que, sobre todo Sam, necesita a Grace como el respirar y depende emocionalmente de ella por completo. Será algo evidentemente muy tóxico para la vida real pero sin duda para la literatura resulta algo muy hermoso de leer.

Algo en lo que Cazadores de sombras le gana mucho es en humor, que aquí brilla por su ausencia. Las réplicas que se dan el uno al otro no son graciosas como las de Jace. Ambas sagas no se parecen en absoluto, si las estoy comparando tanto es porque las he leído una después de la otra. Por otra parte, he de decir que sí le doy un poco la razón a Olivia en que Grace sí es demasiado pesada, subjetiva e irracional en su obsesión desmedida por los lobos.

 

Rastro (2010):

Las principales razones por las que decidí continuar la trilogía fue porque me había quedado con mono de más escenas románticas entre Grace y Sam, de lo que yo nunca tendría suficiente, y también porque sentía curiosidad por aclarar algunas dudas que me había dejado el primer libro. Para empezar, no se responden las preguntas que plantea el primer libro: cómo fue el reencuentro entre Sam y ella, si se fueron al final Rachel y Grace al viaje a Florida, cómo le iba a Olivia como loba en la manada, etc.

Por la otra parte, para mi enorme decepción, el segundo libro carece de romanticismo. Literalmente las únicas escenas algo reseñables y tiernas entre Grace y Sam que puedo enumerar son la cita de cumpleaños y su última noche durmiendo juntos, aunque se ven completamente empañadas por la tragedia inminente. Por otra parte, como ya he comentado, se tratan temas demasiado crudos para mi gusto.

Me estaba desesperando tanto al ver el rumbo que tomaban los acontecimientos que desobedeciendo todos mis instintos primarios opté por buscar en internet reseñas para spoilerearme acerca de si la historia terminaba bien o no. Por desgracia lo más conclusivo que pude sacar era que el final de la trilogía era muy abierto, así que continué la lectura implorándoles a todos los dioses que Sam y Grace tuvieran un final feliz. De este modo, este segundo libro, lejos de disfrutarlo, me generaba ansiedad y mi vicio por seguir leyendo sin parar obedecía a la necesidad der ver cómo se arreglaban las cosas, no a que fuera realmente adictivo, pues, tal y como muchos habían comentado en sus reseñas, al contrario que el primero este se hace más bien pesado y no ocurre casi nada, todo está constituido por el desarrollo de la enfermedad de Grace. El final, como no, me dejó con mal sabor de boca, y deseando fervientemente que todo se arreglara en el tercero.

Isabel me gustó menos que en el primer libro. Sé que a muchos les gusta su papel de chica mala amargada y revenida que se vuelve aún más rebelde y contestona como reacción al dolor por la pérdida sufrida, pero a mí me parecía bastante insoportable, borde e injusta con su madre. En cuanto a Cole, no puedo comprender cómo a casi todos los lectores les enamora tanto. Admito que la final de la saga acabé aceptándolo, pero se pasa todo el segundo libro siendo un incordio, un imbécil nocivo y el tío más egoísta que he visto jamás. Me aburrían muchísimo los capítulos narrados por él y ni puedo explicar lo mucho que me enfureció que obligara a Sam a entrar al baño con bañera para enfrentarse a sus demonios de sopetón.

Me sorprendió que no apareciera Olivia en todo el libro, ya que pensaba que conoceríamos qué tal le había ido como loba y que la veríamos reaparecer como humana con la llegada del calor.

En el único lado bueno de las cosas, a mi querido Sam se le nota más entregadamente enamorado que en el anterior libro, mientras que en Grace, por desgracia, se capta una frialdad y desapego más evidente. No en sus sentimientos, que siguen ahí, sino en la forma de demostrarlos.

 

Siempre (2011):

El tercer libro es, de los tres, el más poético. Maggie Stiefvater se diferencia de otros autores en que cuida mucho su redacción y escribe de forma muy bella, con reflexiones profundas y melancólicas. Esto todavía no es muy evidente en el primer libro pero se va acentuando en los siguientes. El último tiene algunos pasajes realmente bonitos de leer que te estrujan bastante el corazoncito.

Siempre empezó un poco más interesante que Rastro, y constituyó una lectura más entretenida, aunque me lo terminé en un par de días, justo igual que el anterior. Admito que las experiencias de Grace como loba tienen su interés pero me disgustó que no apareciera ante Sam aunque fuera bajo esta forma cuando él la llamaba incansablemente después de haber conducido durante veinte minutos para ir a buscarla.

Empecé este tercer libro con miedo y esperanza. Teniendo en cuenta los temas tan crudos que se tratan en esta saga me daba mucho miedo que no fueran a tener un final feliz. Y qué puedo decir del final. Me dejó fría y decepcionada. [SPOILER] No solo me parece horriblemente mal que la autora nos deje con la incertidumbre de si Grace sobrevive o muere, sino que para colmo sigue sin haber una cura verdadera y definitiva para todos los que alguna vez han sido mordidos. ¿Se puede saber para qué diantres la autora nos revela en Rastro que ni siquiera Sam está realmente curado y que todos los que han sido mordidos van a morir en pocos años si tras pasarse Cole todo el libro buscando una cura este termina sin haberla encontrado? Qué coraje y qué rabia, de verdad. [FIN SPOILER]

Cole me agradó un poco más que en el libro anterior, pero sigo sin encontrarle el encanto. No puedo entender cómo alguien podría preferir a un tío egoísta y perturbado como él a un chico tierno y sensible como Sam, que es el novio perfecto. Me revienta que Grace a veces sea tan poco cariñosa y tierna con Sam, que no sea capaz de decirle que le quiere o de responderle a las cosas bonitas que le dice. El pobre chico siendo tan buena persona ha sufrido tantísimo que despierta toda mi compasión y afecto.

Y sobre Olivia qué puedo decir. Me parece horrible el trato que le ha dado la autora. [SPOILERS] No hace falta decir que no se merecía morir, y menos así, de repente y sin haber aparecido ni lo más mínimo en el libro anterior. Es como si la autora se hubiera olvidado de que ese personaje existía o no hubiera sabido qué hacer con ella y hubiera optado por borrarla del mapa de una forma absurda y repentina para añadirle aún más drama a la trama, sin haberle dado al menos unos últimos momentos bonitos junto a sus amigos, como si ni siquiera mereciera una despedida. No hace falta decir que aborrezco profundamente a Shelby. Ojalá hubiera muerto en el primer libro. No solo Olivia y Beck murieron por su culpa, sino que los flashbacks en los que Sam recordaba cómo era como humana me hacían odiarla aún más por cómo le trataba a él y cómo torturó al pobre pájaro. [FIN SPOILERS]

Agradezco, por otra parte, que Rachel tuviera más protagonismo. Resulta más divertida y entretenida que en Temblor y Rastro y demostró ser una amiga más leal de lo que yo había imaginado. Las escenas en la que aparece ella son de lo mejorcito de este libro.

 

Para dar esta reseña por concluida diré que honestamente no sé si me arrepiento o no  de haber leído el segundo y el tercero en lugar de haber tomado el primero como final definitivo. Por una parte, sin duda sí me arrepiento, porque nos quedamos sin el final feliz que Grace y Sam merecían, pero, por otra, el final del primero se sentía tan soso y la relación de ambos era tan bonita que no podía por menos que desear leer más sobre ellos. ¿Lo único bueno de haber seguido leyendo? Algunos pasajes muy bellamente escritos y sentir el profundo amor que se profesan el uno al otro, que se ve intensificado aunque, para mi desgracia, entre el segundo y tercer libro juntos siga habiendo menos escenas románticas de las que había solo en el primero. Pues va a ser que sí que me arrepiento, sí.

Sin duda, en lo que se refiere a mi recomendación para vosotros, os insto a leer el primero, que es precioso, pero si sois como yo y un final amargo o agridulce os deja hechos polvo, no leáis los demás. Si, en cambio, eso no os importa mucho y priorizáis conocer el desenlace de la historia y a nuevos personajes muy sobrevalorados como Cole, entonces adelante.