Hoy ya sí que sí, me dispongo a comparar las
diferencias entre los libros de Crónicas Vampíricas y su adaptación a la
televisión. Me ha salido un artículo más largo de lo que pensaba, pero así compenso el hecho de no haber publicado nada la semana pasada.
1-El físico de
los personajes:
Es la diferencia
que más llama la atención, sin duda. En los libros, Elena es rubia, con los
ojos de un azul semejante al lapislázuli y la piel pálida. Imaginaros mi
decepción cuando me pongo a ver la serie y me encuentro a una Elena morena, de
ojos oscuros y tez no tan clara. Podría parecer algo trivial, pero cuando estás
acostumbrado a imaginarte en tu mente un personaje de una determinada manera,
chirría mucho tener que adaptarte a una nueva imagen que te es impuesta a la
fuerza. La actriz, Nina Dobrev, es muy guapa, una cosa no quita la otra, pero
no es la Elena de la historia original.
A esto hay que sumarle el hecho de que
la descripción de la Elena original como una guapísima y esbelta belleza rubia
no es algo meramente arbitrario, sino que se trata de algo importante para el
devenir de la trama, ya que es su apariencia, tan caucásica, lo que le recuerda
a Stefan su gran parecido con Katherine. Pero no solo eso, sino que, además, se
incide repetidamente en el color de ojos de la joven, de un azul más oscuro de
lo habitual, y de una tonalidad que recuerda a la citada piedra lapislázuli que
adorna los anillos de día de Stefan, Damon y Katherine. Dada su importancia, al
menos podían haber respetado el color de ojos y haberle puesto a Nina unas
lentillas.
Otro personaje que cambia drásticamente es Bonnie.
En los libros Bonnie es una chica bajita, pelirroja y de tez clara, y la serie
nos tenemos que acostumbrar a una Bonnie de raza negra y estatura media. WTF???
Qué dos de los personajes más importantes sufran
un cambio tan drástico me parece pasarse tres pueblos. Eso sí, esta actriz —Kat
Graham—, también es muy mona, pero, como dije en el caso de Nina, una cosa no
quita la otra.
En lo referente a los hermanitos vampiros, el
cambio es menos grave pero suficientemente significativo —por efectos que luego
voy a explicar— como para que también me moleste. En primer lugar, en el libro,
Stefan es descrito como un italiano guapísimo, un adonis en toda regla, de pelo
moreno rizado y ojos verdes. Y no es por nada, pero el actor escogido, Paul
Weasley, está realmente lejos de ser un adonis. No es que sea feo, pero desde
luego guapo tampoco es.
Por su parte, Damon, que en el libro es descrito
como prácticamente igual de atractivo que Stefan, es en la serie muchísimo más
guapo y sexy gracias al actor Ian Somerhalder, que todo un bombonazo. Eso sí,
mientras que el pelo, liso y negro, se respeta, los ojos negros del Damon
original son sustituidos por los preciosos e impactantes ojazos azules de Ian.
Esto, nuevamente, podría ser algo trivial si no fuera porque este detalle —superficial
sí, pero a efectos de la audiencia adolescente que lo ve, importante al fin y
al cabo—; acaba teniendo consecuencias realmente dramáticas para aquellas que
apoyamos el pairing Stelena frente a
la versión de baja categoría: Delena.
Es decir, por culpa de este incumplimiento de guion,
al escoger a un actor muchísimo más guapo para hacer de Damon frente al escogido
para el papel de Stefan; un montón de adolecentes de hormonas revueltas que seguían
la serie empezaron a enamorarse de este actor —y por ende, del personaje—,
prefiriendo el malévolo e inhumano de Damon al adorable y dulce Stefan; hasta
el punto de presionar hasta que la protagonista cambió de objeto de deseo
amoroso. Y eso me indigna. Muchísimo.
El único personaje del que se respeta realmente el
físico —y su personalidad— es Matt, un atlético deportista de pelo rubio y ojos
azules, que, sin embargo, dista mucho de ser un chulo creído. Por el contrario,
es un joven con un sentido de la ética intachable y una bondad que hace que te
lo quieras comer a besos. El Matt de los libros, además, no tiene hermanos. En la
serie, su hermana es Vicky, personaje que también aparece en los libros pero
sin relación de parentesco con él.
2-La
personalidad de los personajes:
Por si a los creadores de la serie les pareciera
poco haber cambiado radicalmente la apariencia de los personajes, no contentos
con eso, decidieron modificar también sus personalidades en muchos casos.
La popular, divina, y algo creída y mangoneadora
Elena, siempre pretendiendo ser el eje alrededor del cual gire el mundo y que,
sin embargo, dista muchísimo de ser odiable; se convierte en la serie en una
chica sencilla, discreta y menos vanidosa, sí, pero también algo más insulsa.
No me malinterpretéis, yo soy de las que suele adorar a los personajes bondadosos
y humildes y aborrecer a los creídos y manipuladores, pero es que la Elena
original no es una pija popular odiosa y pérfida, sino carismática y con un
gran corazón, que al enamorarse de Stefan deja de importarle la popularidad y
el reconocimiento y no le importa convertirse en una paria social al mantenerse
estoicamente al lado del chico al que ama, defendiéndole de cualquier crítica o
peligro. La personalidad de la Elena de la serie no está mal, pero le falta esa
fuerza.
Eso sí, si hay algo que tienen en común las dos Elenas
es que pasan de ser personajes buenos y admirables en las primeras
temporadas/libros, a volverse completamente subnormales a partir de su
conversión en vampiras. Quien prefiera la Elena vampiresa, egoísta, inmadura y
acaparadora, a la Elena humana, sensata y enamorada de un solo hombre,
realmente tiene que hacérselo mirar. Esto, que lejos de ser una transición se
trata de un cambio brusco y desconcertante, tiene lugar al final del segundo
libro en el caso de la saga literaria y a comienzos de la cuarta temporada en
el caso de la ficción televisiva.
La Elena que siempre había estado segura de que
amaba a Stefan, que lo había arriesgado todo por él —que sin duda es el
partidazo perfecto y lo da todo por ella—; de pronto se deja arrastrar por los
deseos oscuros que despierta el vampirismo en ella y deja tirado al verdadero
amor de su vida —dejándolo destrozado, obviamente—, por revolcarse con el mal
bicho de su hermano Damon. Me estoy estomagando solo recordarlo. Si hubiera
llegado a admirar profundamente a Elena, sin duda se me habría caído un mito
con ella al llegar a esta parte de la historia. Menos mal que nunca fue mi
personaje favorito de la saga.
Otro personaje cuya personalidad se ve ciertamente
alterada es Bonnie. Esta, en los libros, es inocente, ingenua, adorable e algo
infantil. En la serie, por el contrario, es mucho más sensata, estable y
reflexiva, como si al haber desaparecido el personaje de Meredith hubiesen querido
fusionar las dos mejores amigas de Elena en una.
Pero, sin duda, el cambio más radical en los que a
personalidad se refiere es el de Caroline. No tanto al comienzo de la serie, en
el que aún se asemeja a la Caroline de los libros, sino a partir de la segunda
temporada. La Caroline de los libros es odiosa, aborrecible,
mezquina, egoísta y malvada, además de una pésima amiga. Solo por querer arrebatarle
a Elena el puesto de chica más popular del instituto pasa de ser una de sus
mejores amigas a volverse contra ella hasta límites insospechadamente malignos,
urdiendo trampas y engaños destinados a dejar a Elena en la más profunda de las
miserias. Además, como intentó ligarse a Stefan y este prefirió a Elena, esto
la hace enfurecer aún más hasta el punto que intentar lograr que Stefan será
culpado de asesinato, Elena de cómplice, y que lo expulsen, a él o a los dos,
del instituto y de, paso, de la ciudad.
En la serie, por el contrario, si bien Caroline sí
que empieza siendo bastante frívola, superficial y estúpida —y también quiere
ligarse a Stefan—, en ningún momento se vuelve en contra de Elena para hacerle
la vida imposible. Por el contrario, si bien la Elena humana era mucho mejor
que la Elena vampira, la Caroline vampiresa le da cien mil vueltas a la humana.
Eso es otro gran cambio entre ambos formatos: la Caroline de los libros nunca
se convierte en vampiro —al menos en los cuatro que yo he leído—, mientras que
en la serie la conversión tiene lugar en la primera temporada. Gracias a Dios,
porque parece que, al abrir los ojos al mundo de la inmortalidad, también
parece abrirlos al mundo de la sensatez, y se convierte en un personaje mucho
más soportable —si bien nunca dejará de ser un tanto repelente—. Dado que en
los libros Caroline no sufre esa transformación, seguirá siendo la misma
subnormal insoportable hasta donde yo he leído.
Durante la lectura de los libros me asalta un gran
debate interno sobre si aborrezco más a Caroline o a Damon, con eso lo digo
todo. Qué puedo decir, no puedo con los personajes con dosis tan grandes de
maldad.
3-La
existencia de Meredith:
Otro de los grandes cambios es la inexistencia, en
la serie, de la otra mejor amiga de Elena; Meredith. No sé si es que les
parecía que ya había demasiados personajes o qué, pero me parece que cometieron
un gran error al prescindir de ella. Parte de la gracia del grupo de amigas en los
libros es lo diferentes que son entre ellas: Elena la popular —y después la paria
social—, Bonnie la alocada y cándida y Meredith la madura, observadora y
reflexiva. La que siempre tiene la situación controlada y no permite que nunca
nada le crispe los nervios. Antes de volverse en su contra, también formaba
parte de la pandilla Caroline, que compartía muchas afinidades con Elena por
ser la preocupación fundamental de ambas la popularidad y la fama escolar.
El contraste entre Bonnie y Meredith es tan abismal
que resulta enriquecedor, como dos caras de una misma monera, y ese contraste se
echa enormemente en falta en la serie, en la que solo tenemos a Elena y a
Bonnie (bueno, vale, y a Caroline) y dotan a ambas de personalidades demasiado
similares.
No sé si es que se arrepintieron o qué de haber
eliminado a Meredith de la ecuación que, a partir de la tercera temporada,
surge en la serie un nuevo personaje —temporal, no muy relevante, no os
ilusionéis— que se llama… ¿a que no sabéis cómo? Bingo! Meredith. Sin embargo,
lejos de ser la amiga inseparable de la prota, es simplemente una médica del
hospital de Mystic Falls que sabe más sobre vampiros de lo que parece al
principio. Eso sí, también se lía con Alaric, como en los libros.
4-Los
apellidos de los personajes:
Desconozco la razón pero, si bien los nombres de
los personajes son respetados en la adaptación televisiva, no lo son así sus
apellidos, exceptuando cinco casos, que yo recuerde: Elena Gilbert, Stefan y
Damon Salvatore, Caroline Forbes y Alaric Saltzman. Bonnie McCullough pasa a
ser Bonnie Bennet en la serie, Tyler Smallwood es llamado Tyler Lockwood y Matt
Honeycutt, Matt Donovan. Meredith Sulez, como he comentado, no existe en la
serie, pero en la tercera temporada aparecerá una doctora llamada Meredith Fell.
5-Herman@ de
Elena:
En los libros, Elena cuenta con una hermana
pequeña llamada Margaret. Imagino que al adaptar la saga a ficción televisiva,
determinaron que una niña pequeña no daría tanto juego como un hermano
adolescente problemático, por lo que esta hermana fue sustituida por Jeremy
como hermano de Elena.
6-El nombre de
la ciudad/pueblo:
Honestamente, no sé qué sentido tiene cambiarle el
nombre al pueblo, si en ambos casos se trata de lugares ficticios que no
existen en nuestra geografía real. El nombre pasa de Fell’s Church en los
libros a Mystic Falls en la serie. Quizá se deba a que este último es un poco
más… ummmmm, no sé… ¿místico? (vale, me lo han puesto a huevo). Eso sí, ambos
están ubicados en el estado de Virginia —aunque no sé qué importancia puede
tener eso—.
7-La sheriff
Forbes:
En los libros, los padres de Caroline son
mencionados tan de pasada que no logro recordar lo que se dice de ellos, salvo
que —creo— ostentaban un cierto rango social superior o de poder.
En la serie, Caroline es hija de la sheriff de la
ciudad, Elizabeth “Liz” Forbes. Esta, si bien es un personaje secundario, tendrá
cierta importancia en la serie ya que es de las pocas ciudadanas que conocen la
existencia de los vampiros. Sin embargo, trata de ocultar esta al resto de la
población, archivando todos los casos de asesinatos a manos de vampiros como
muertes producidas por “ataques de animales”. Al igual que los otros pocos
cargos de poder de Mystic Falls que también conocen la existencia de los
vampiros, la sheriff los aborrece profundamente, baja la convicción de que,
tras la conversión, nada de humanidad queda en la persona que ha sido
transformada —algo que repetidamente será probado como falso a lo largo de la serie—.
A partir de la segunda temporada, su descubrimiento
de la condición vampírica de su hija dará lugar a un debate moral, ético y sentimental
en su cabeza —¿debe matarla porque se ha convertido en monstruo? ¿Podría
hacerlo realmente dado que se trata de su propia hija?— que resultará bastante atractivo
en la trama de la temporada.
Además, será bastante peculiar —y, en cierto modo,
tierna—, la relación de amistad que se establecerá entre la sheriff y Damon,
quien la ayudará en sus investigaciones de asesinatos a manos vampíricas;
primero por razones egoístas y malvadas —protegerse y encubrirse a sí mismo,
que es el responsable de gran parte de ellos—, y después en razón de una
amistad sincera.
8-Lugar y año
de nacimiento de los Salvatore:
En los libros, Stefan y Damon nacieron en la
Italia Renacentista, y fue el influjo poderoso de Katherine el que, sin ellos saberlo,
los empujó a asentarse en Fell's Church, donde residía Elena. En la serie, por
el contrario, Mystic Falls (Virginia, EE.UU.) es el lugar original de
nacimiento de estos hermanos de apellido italiano. Además, el nacimiento de
estos no se remontaría al Renacimiento sino al siglo XIX.
9-La verbena:
Esta planta es mencionada en los libros como repelente
de los poderes de control mental de los vampiros. Stefan, durante el segundo
libro, le da unos tallos de esta planta a Elena para protegerla de Damon, y
ella, a su vez, esconderá algunos entre las posesiones de sus amigas con el
mismo fin. La importancia de la verbena no va mucho más allá en la saga de
libros. Por el contrario, en la serie, este recurso será altamente explotado,
sobre todo durante las primeras temporadas. Lejos de utilizar esta planta en su
forma original, en la serie es casi siempre ingerida mezclada con la bebida o
contenida su esencia en el interior de un colgante como el que lleva Elena
mientras es humana.
Otra diferencia es que, si bien en los libros
Stefan tiene que conducir lejos del pueblo en su busca, en la serie la verbena
es encontrada con muchísima facilidad, lo que les garantiza un acceso casi
inmediato a ella cada vez que la necesiten. La última diferencia importante y,
quizá, más radical, está compuesta por el hecho de que, en la serie, la
verbena, además de anular los poderes psíquicos de los vampiros, les produce
una fortísima reacción alérgica solo con su roce. Por el contrario, en el
segundo libro, Stefan recoge y le tiende sin problemas los tallos a Elena sin
sufrir quemazón alguna.
10-Los anillos
de día:
En esta saga, una joya adornada con piedra
lapislázuli puede hacer a los vampiros inmunes a la luz solar mientras la
lleven puesta. Al igual que la verbena, estos son notablemente más explotados
en la serie, hasta el punto que cualquier vampiro puede hacerse con un anillo
de día si cuenta con la ayuda de una bruja que realice el encantamiento. Esto
hace que la condición de vampiros de los personajes resulte demasiado cómoda al
alejarlos del peligro que combustión solar que le deben al mito vampírico
original. En la serie, por el contrario, la posesión de estos anillos es mucho
más restringida y, por tanto, convincente, pues su posesión se ciñe a los dos
hermanos y Katherine —el de esta última será posteriormente utilizado por Elena—.
Quedan algunas diferencias por explicar, pero retomaré esta comparación en otro momento, porque sino este artículo va a quedar más largo que un testamento.
Fuentes de las imágenes:
Hola! Fijate que empece a ver la serie y cuando lei en las reseñas que quedaba con Damon dije nah! ya no quiero seguirla viendo u.u yo estoy consciente que Ian es hermoso, pero por Dios es despreciable! papel que Ian interpreta a la perfección, pero seamos honestas es un malvado u.u así que vine a este blog a checar si hay diferencias por los libros, y de ser así me lanzo por los libros, porq no coincibo que Damon con todo el infierno que desato tenga un final feliz, que do baben
ResponderEliminarMe pasa lo mismo que a vos jaja
EliminarMuchas gracias por tu comentario!! siento mucho no haberlo visto antes. Has hecho bien! Y sin duda te recomiendo que leas los libros, pero solo los 4 primeros. Los demás fueron seguidos por una escritora fantasma bajo el nombre de la otra y son terriblemente malos y también tienen el final que tú y yo detestamos.
EliminarSaludos!
Pues si siguiera viendo la serie, descubrirías que Damon no es tan terrible como lo pintan. Es perfectamente imperfecto, todo los contrario a Stefan que es tan perfecta que se hace algo soso.
Eliminar*MEJOR COMENTARIO, EVER!👆🏻*
EliminarSin ofender pero a quienes pusiste como modelo verdadero de Stefan, Elena y Damon simplemente no son,tienen sus rasgos pero no quedan.
ResponderEliminarYo no puse nada porque esas imágenes comparativas no las hice yo, simplemente las encontré y las usé de ejemplo de cómo son descritos los personajes en los libros. Y si no te convencen es simplemente porque seguramente tú has visto la serie y no has leído los libros, pero sin duda esa apariencia respeta muchísimo más la apariencia original.
EliminarQue le pasa si paúl wesley es un bombo es guapísimo esta muchísimo mejor que el que puso de ejemplo
ResponderEliminarJo, qué interesante todo. Ahora que he leído tu post, creo que leí menos de la saga de lo que pensaba. Casi me han dado ganas de leer los libros, hasta que has dicho que la Elena vampira también se volvía estúpida en la saga.
ResponderEliminarMe alegra que te haya resultado interesante, yo te recomiendo leerte tan solo los 4 primeros libros (que además tienen final cerrado), los realmente escritos por la autora original. Los restantes los escribió un escritor fantasma y no podría haber estropeado más la historia. Gracias por comentar!
EliminarLa verdad, si hubiese leído los libros primero, me hubiese llevado una gran decepción con el cambio de etnia de Bonnie; parece que a los pelirrojos caucásicos no los quieran en EEUU; con el cambio físico y de personalidad de Elena, el físico de los hermanos Salvatore, y con que no hayan metido más figuras mitológicas como los ángeles o los fantasmas, creo que eso le hubiese dado un plus extra a la serie, pero por lo demás tampoco está tan mal, se han visto adaptaciones peores. Además han metido muchas referencias a Buffy Cazavampiros, serie con la que comparte un aura parecida.
ResponderEliminar¿Verdad? En EEUU parece que los pelirrojos no existieran.
EliminarY sí, podían haber metido más cosas de los libros en lugar de inventarse otras tan incoherentes.
Y yo amo Buffy Cazavampiros, es de mis series favoritas, pero lo cierto es que no encontré muchas referencias que digamos cuando vi Crónicas vampíricas.
Ok, pero porque tanta importancia en la apariencia y la “raza”, las razas humanas no existen, es tez oscura o de color. Más interesante sería que ahondaras cosas como las diferencias en la personalidad de cada uno y desarrollo del personaje de libro vs serie.
ResponderEliminarMe estoy viendo la serie por segunda vez y no me adapto que haya quedado con Damon y no con Stefan, en los libros es igual el final o queda con Stefan
ResponderEliminarYo tampoco asumiré nunca que se quede con Damon. Ya que preguntas, te hago SPOILER sobre los libros: los 4 primeros tienen final cerrado y se queda con Stefan. Pero después una escritora fantasma de prosa bastante mala continuó la historia bajo el nombre de la autora original y arruinó la historia en muchos sentidos (y finalmente se queda con Damon).
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