domingo, 24 de septiembre de 2017

Mi experiencia personal con "Crónicas Vampíricas"



Leí por primera vez los libros de Crónicas vampíricas hace unos 8 años, así que puedo presumir de ser de las que leyeron los libros antes de ver la serie. Lo cierto es que me encantaron, sobre todo los dos primeros. L.J. Smith escribió los cuatro libros originales de Crónicas vampíricas en los años 90. Ya en el siglo XXI, debido al boom que estaban sufriendo los vampiros, la autora decidió hacer una continuación de la saga. Fue comenzar a leerlo online y a las pocas páginas lo abandoné por lo poco que me estaba gustando. No puedo dar más detalles sin hacer spoiler, pero me parecía absurdo lo que estaba haciendo con el personaje de Elena después de cómo había acabado el libro anterior.

Por aquel entonces, también estaban estrenando el primer capítulo de la adaptación para televisión. No pasé del primer capítulo. Me cabrearon la cantidad de cosas que habían cambiado, así que pasé de ver la serie. En los años siguientes no cambié de opinión y se acentuó mi opinión negativa sobre la serie al enterarme por ciertas noticias de que el romance principal estaba tomando el rumbo Delena (Damon y Elena) en lugar de Stelena (Stefan y Elena). Yo desde que leí los libros era Stelena hasta la muerte. Aborrecía el personaje de Damon. Me parecía ridículo que solo porque hubieran escogido un actor mucho más guapo para el personaje de Damon en comparación con el escogido para interpretar a Stefan ya hiciera a todas las seguidoras de la serie preferir al malvado Damon frente al dulce Stefan. ¿En serio la gente es tan superficial?

Debido a esto, no volví a plantearme ver la serie hasta este año. Todo fue porque, a raíz de crearme una cuenta de Instagram, empezaban a llegarme imágenes de cuentas de usuarios que la aplicación me recomendaba en función de mis gustos. Ya os podéis imaginar que muchas de estas eran sobre Crónicas vampíricas, y, en concreto la pareja Stelena. Ver imágenes sobre los momentos románticos de esta preciosa pareja en la serie me puso los dientes largos —nunca mejor dicho, puesto que es una historia de vampiros— y me hizo replantearme mi decisión de ver la serie, ya que me encantaba la idea de volver a revivir ese bonito romance ficticio. No obstante, temía que mis sospechas se hicieran realidad y tuviera que pasar por el trago de, después de haberme enganchado a la serie, tener que ver cómo Elena se quedaba con Damon solo por la inexplicable presión de los Delena shippers (fans de la pareja Damon + Elena).
 
Aquellos que no hayan visto el final de la serie y no deseen saber por adelantado con quién se queda, mejor que se salten los cuatro siguientes párrafos, ya que necesito, para acabar mi historia, contar el más importante de los spoilers para cualquier shipper, tano de una pareja como de la otra.

El caso es que tomé la siguiente resolución: me “spoilerearía” a propósito sobre el final de la serie (que estaba emitiéndose justamente por aquellos días), y en función de con qué hermano se quedara Elena, vería la serie o no. Debo señalar que se trata de una decisión desesperada e insospechada en mí, ya que yo ODIO LOS SPOILERS A MUERTE (prácticamente le hago la cruz a cualquiera que se atreva a revelarme un spoiler sobre alguna serie que veo) y nunca jamás me “spoilereaba” a propósito, pues valoro enormemente el hecho de dejarme sorprender por los acontecimientos, y normalmente no tengo ningún problema en esperar a ver desarrollarse la trama en su curso natural, sin alteraciones buscadas intencionadamente. Hasta ese momento, claro. 

Me estomagaba tanto la idea de comenzar a ver la serie (y engancharme, como intuía que pasaría) y tener que ver como la protagonista escogía al chico equivocado, al personaje que más odiaba, que prefería informarme por adelantado. Fue así como, después de intuir que ya habían echado el último capítulo de la serie, entré en una de las cuentas de Instagram que había comenzado a seguir sobre la serie (una sobre Stelena, evidentemente), y leer los comentarios para comprobar, descorazonadoramente, que no solo Elena y Damon habían sido “endgame” (es decir, que habían acabado juntos); sino que, para colmo, Stefan moría. ¡Y no solo eso! Sino que este tiempo antes de morir se había comprometido en matrimonio con la odiosa Caroline, el segundo personaje que más detestaba de los libros después de Damon. El final de serie no podía haber sido más horroroso. 

No obstante, ya era tarde para mí, pues ya me había hecho a la idea de ver la serie, y ya estaba muy mentalizada de ello. Por ello, opté por hacer de tripas corazón e intentar recordar que la serie era muy diferente a los libros y que quizá en aquella Damon y Caroline no eran tan odiosos como en estos. Pero es muy difícil dejar a un lado juicios preconcebidos que tienen una base y un fundamento justificado. 

Decidí —aún sospechando que no lo cumpliría—, ver solamente las tres temporadas primeras de la serie, pues eran las únicas en las que Stefan y Elena estaban juntos antes de romper para siempre. No estaba dispuesta a ver como esta se liaba con el hermano equivocado delante de mis narices. Cómo no, esto tampoco lo cumplí.

El caso es que, en los primeros días de este julio, empecé a ver la serie, con la compañía de mi madre, que también se animó (a fin de cuentas, ¿a quién no le gustan —y le ponen— los vampiros?). El caso es que, a pesar de lo que me repateaba inicialmente las diferencias respecto a los libros (tanto en el físico de los personajes como en la propia trama), acabamos enganchándonos —cabe apuntar que las dos primeras temporadas son las mejores —o, por qué no decirlo, las únicas buenas—.
 
Eso sí, tenía batallas dialécticas a diario con mi madre porque ¿a que no sabéis qué? Sí, le gustaba Damon. La más trágica de las ofensas que ella podía hacerme a mí como fan de Stelena que soy. Que si está muy bueno, que si es muy mordaz, blah, blah, blah… lo típico. Y yo intentado hacerle entrar en razón comentando cómo podía encandilarle alguien tan malvado, egoísta y mal bicho. También recalcaba que ese es el problema que tienen la mayoría de las Delena shippers, que le encoñan con el Damon de la serie porque carecen de la noción del orden lógico de los acontecimientos al no haber leído los libros primero, ya que, si fuera así, lo más seguro que prefirieran con creces a Stefan. Y es que, Damon, en los libros (al igual que Caroline), es bastante peor y más malvado (y ya es decir).

Al llegar a la cuarta temporada —y por tanto al punto en el que, de seguir mi propio propósito, me tenía que haber desenganchado— seguíamos tan enganchadas —a pesar del bajón de calidad de la serie—, que optamos por verla hasta el final, tragándonos así las que serían las peores temporadas con diferencia: las últimas. Qué tan mal estarían las cosas que yo incluso echaba de menos a Elena después de que la actriz dejara la serie, y eso que había acabado cogiéndole manía a este personaje (por razones obvias sobre su gusto amoroso).

Aun así, soy una persona a la que le gusta terminar lo que empieza, y vi las 8 temporadas. (SPOILER): teniendo que hacer de tripas corazón cuando en el último capítulo, en el que Elena por fin reaparece, vive feliz y come perdices con Damon mientras su verdadero amor, Stefan, muere y, para colmo, este previamente se habia desenamorado de Elena y casado con la lela de Caroline.

El cambio “a bueno” de Damon a lo largo de la serie nunca me pareció convincente, sino forzado para permitir que Elena le pudiera escoger a él. La forma abrupta en la que él se enamoró de ella y modificó su comportamiento —sin llegar a cambiarlo del todo en realidad—, no colaba. Aun así, mi odio por este personaje fue decreciendo, hasta que ya no le odiaba en absoluto, si bien le seguía teniendo una ligera manía. Exactamente lo mismo me ocurrió con Caroline, que en la serie, aunque es bastante tonta, no es nada de lo pérfida y malvada que es en los libros.

Irónicamente, mi madre sufrió el proceso contrario. Paso de escandalizarme con sus revelaciones de que le gustaba Damon al principio de la serie (por tanto, el malvado Damon) a cogerle manía cuando se volvió bueno porque había perdido “la gracia” o “la chispa” y porque siempre se las arreglaba para, sin pretenderlo, liarla y fastidiarla en todas las situaciones que dependían de él. 

Tenía pensado hacer una introducción sobre mi experiencia personal con Crónicas Vampíricas, y después pasar a señalar las diferencias entre los libros y la serie, pero puesto que la introducción me ha salido desmesuradamente larga, la comparación la dejaré para otro día.

3 comentarios:

  1. ¡Holaaa! Yo no leí los libros porque me comentaron que eran muy malos, pero si vi las primeras 4 temporadas si mal no recuerdo, hasta que vi que se volvía un poco monótono, y la verdad, es que el final también me lo spoileé y no me gustó para nada, siempre preferí Stelena.
    ¡Saludos!

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    1. Hola, ahora que he estado revisando post antiguos, acabo de darme cuenta de que, aunque te respondí tan solo diez minutos después de tu comentario, seguramente nunca viste la respuesta porque en lugar de responder a tu comentario respondí a mi propia entrada, jajajaja.

      Aunque hayan pasado años te pego aquí lo que te puse en su momento:
      "¡Hola! Gracias por comentar. Te recomiendo que leas los 4 primeros libros (Despertar, Conflicto, Furia e Invocación) porque son mucho superiores a la serie, incluido el final.
      ¡Saludos!"

      Si años después aún no lo has hecho te recomiendo que los leas.
      Saludos!!

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  2. ¡Hola! Gracias por comentar. Te recomiendo que leas los 4 primeros libros (Despertar, Conflicto, Furia e Invocación) porque son mucho superiores a la serie, incluido el final.
    ¡Saludos!

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