Ya es sabido que me he
aficionado a las obras breves de esta autora nigeriana. Esta en concreto, no
obstante, no trata sobre feminismo —el tema que a mí más me apasiona que aborde
Chimamanda en sus libros—. Esta nueva obrita recibe el nombre de El peligro de la historia única y habla
del riesgo de que pasen a la posteridad tan solo una versión de los acontecimientos,
o una imagen estereotipada sobre una determinada etnia. Confiesa cómo esto la
ha perjudicado a ella misma, a quien, por ser nigeriana, la miraban con la
compasión de quien da por hecho que ha llevado una vida pobre y sin posibles. No
obstante, admite haber pecado ella misma de prejuzgar a la gente por el “relato
único” que se ofrece y populariza sobre ellos.
Si las dos obras anteriores ya
eran extremadamente cortas, esa directamente se reduce casi a la mínima expresión,
hasta el punto de haber tenido que incluir un análisis —denominado “Las
historias de una idea”— de la filósofa María Garcés acerca del discurso de Chimamanda
que, irónicamente, es más largo que el discurso mismo. Alguna vez leí que un
comentario sobre una obra nunca debe sobrepasar la extensión del original. Por otro
lado, la extensión reducida es comprensible, puesto que se trata de un
discurso, de la primera TED Talk impartida por esta autora. De hecho, era tan escaso
el número de páginas de este volumen que tuvieron que rellenar espacio
incluyendo al final del mismo una sinopsis de todos los libros que Chimamanda
ha publicado hasta ahora.
Mientras que la charla de la
autora nigeriana es interesante y breve, el análisis de Garcés resulta un tanto
pesado e innecesario. No está fuera de lugar, pues, al fin y al cabo, se trata
de un comentario sobre lo que se acaba de leer, pero se va demasiado por las
ramas sin dejar en el lector un poso de sabiduría o una conclusión clara. Por su
parte, Chimamanda resulta una experta a la hora de condensar sus pensamientos y
creencias en pocas palabras pero siempre claras, contundentes y exactas. Lo cierto,
es que de todo lo que he leído hasta ahora de su producción literaria más
breve, no hay nada que no merezca la pena su lectura.
«Las historias importan. Importan
muchas historias. Las historias se han utilizado para desposeer y calumniar,
pero también pueden usarse para facultar y humanizar. Pueden quebrar la
dignidad de un pueblo, pero también pueden restaurarla.»
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