sábado, 11 de marzo de 2017

Reseña de los capítulos 5-8 de Sakura Clear Card Arc



No puedo evitar una sensación de decepción que va en sentido ascendente con el paso de los meses. Las Clamp están siendo injustas con los fans —que llevamos esperando y ansiando esta continuación de Sakura, cazadora de cartas tanto tiempo— al no proporcionarnos datos de relevancia que nos inciten a mantener el interés. No se lo están montando bien si pretenden que sigamos enganchados a los capítulos. Yo sigo leyéndolos porque soy una gran fan, muy insistente y tenaz, de la pareja Sakura/Shaoran, que no se rinde hasta ver las escenas románticas que los fans merecemos y que, a este paso, no vamos a tener nunca. 

Los capítulos son insultantemente cortos teniendo en cuenta la espera mensual entre cada uno de ellos. El último, creo que ha sido el más corto de todos, con 28 hojas en lugar de unas 33.

No se ha visto ninguna escena romántica entre mi parejita favorita salvo a él prestándole una chaqueta a ella. YA. Indignante. No cuela, se supone que son pareja, ¿no? Porque empiezo a dudarlo. ¿Es que acaso existe una modalidad de vida en pareja según la cual esta no se besa, no se abraza, no se toma de la mano, no se dice “te quiero” ni tienen conversaciones acerca de su relación? Parecen dos colegas, sin más. 



Echo de menos las absurdeces que se inventa Yamazaki. Esto es prueba de lo poco que tiene esta continuación que logre mantener mi interés. Me parece muy bien que los personajes hablen de cosas secundarias como a qué equipo o actividad extraescolar va a optar cada uno siempre y cuando vaya avanzando de forma visible la trama y estos temas banales no se conviertan en el grueso de todo el capítulo.

El misterio tras las nuevas cartas me resulta tan poco interesante, que cualquier conversación frívola y cotidiana me parece más entretenida en comparación, aparte del hecho de que la captura de las nuevas cartas resulta demasiado simplona y parecida en todos los casos, sin grandes acciones que ralenticen la batalla a la vez que le aportan suspense y peligro. De hecho, las capturas de cartas son tan poco interesantes, que en el repaso de los capítulos que he tenido que hacer para escribir esta reseña me he saltado esas partes. Con eso lo digo todo. 

Las Clamp parecen creer que el suspense ya estaría sobradamente suscitado por la lenta revelación de pistas sobre lo que está pasando y por acabar los capítulos con cliffhanger (acción interrumpida), pero no es así. Están abusando en exceso de la paciencia y el afecto de los fans hacia la historia. 

Tampoco hay viñetas de gran atractivo, salvo, quizá, la penúltima del quinto capítulo, en la que aparece Sakura rodeada de todas las antiguas cartas a modo de evocación mental o recuerdo. Del capítulo seis lo único que rescataría sería la escena en la que Shaoran cubre a Sakura con su chaqueta después de que ella se empapara al capturar una nueva carta. Que esta sea, probablemente, la escena más romántica que haya habido hasta ahora entre ellos —sin contar el abrazo del primer capítulo— permite hacerse una idea del poco calibre que está tomando su relación en esta continuación tan decepcionante. Por su parte, lo mejor del séptimo capítulo sería, quizás, el simpático dibujo de Sakura y Shaoran que la pillina de Naoko dibujó en el libro de Sakura y que hizo a esta ponerse como un tomate. 

Supongo que, para que sea una reseña completa de lo que han proporcionado estos capítulos, debo mencionar al personaje nuevo, la sospechosa Akiho Shinomoto, que no me trasmite buenas vibraciones. Esto es lógico teniendo en cuenta que siempre que las Clamp introducen a un nuevo personaje en esta historia, este esconde algún secreto, o influye de forma más o menos decisiva en el desarrollo de la trama, y normalmente acaba convirtiéndose en un personaje principal más. No me gusta ni un pelo esa extraña química repentina entre ella y Sakura y su sospechoso parecido con ella —en el cual, por otra parte, no reparé hasta que ellas lo mencionaron—.


Que conste, nadie, digo ¡nadie! puede sustituir a Tomoyo como mejor amiga de Sakura y por nada del mundo toleraría que llegue a convertirse en el próximo objeto amoroso de mi Shaoran —que, no hace falta decirlo, pertenece exclusivamente a Sakura (porque supongo que yo no cuento). ¿Os queda claro, Clamp?

Lo más bonito del octavo capítulo fue la conversación telefónica entre los dos churris: Sakura y Shaoran. Fue un diminuto soplo de vida después de tanta frialdad entre ellos. También se agradece la nueva aparición de Yue y la espontaneidad de Kero. Además, no deja de tener gracia la viñeta de Sakura recolocando los árboles danzarines de vuelta a su sitio.



El que califique esta continuación como decepcionante no quita para que la agradezca y para que esta sea mejor que nada en absoluto, y, de hecho, más les vale que Sakura Clear Card cuente con una extensión en condiciones; porque si, encima del lento avance y de la poca chicha que hay en los capítulos hasta ahora, deciden acabar la historia en un par de meses con una resolución del misterio rápida y precipitada en el último capítulo voy a sentirme doblemente decepcionada y, quizá, justificadamente cabreada.

Imagen (de der. a izqu.): Sakura y la petarda de Akiho (que a lo mejor resulta ser una ricura, quién sabe).

P.D.: recomiendo enormemente las reviews que hace sobre cada capítulo de Sakura Clear Card Arc el canal de Youtube Nerdro. En cuanto le escuché expresarse, no hay mes que no mire sus vídeos comentando cada nuevo capítulo. Echadle un vistazo, no os arrepentiréis. 

Fuentes de las imágenes:

https://68.media.tumblr.com/471450208c764166402a3def7436e3f7/tumblr_oftdcyVMdo1r5rhglo1_500.png
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