Calificación: 7/10. 3 estrellas de 5.
1-Introducción:
Después de dos años y medio, al fin
he concluido la tarea que me propuse hace años: releer las sagas de literatura
juvenil que había leído durante mi adolescencia y que no había vuelto a leer
desde entonces.
Entre otoño de 2021 y la primavera
del 2022 me releí las de temática fantástica: Crónicas de la Torre, Memorias de Idhún, Cazadores de sombras y Temblor (picando sobre ellas el enlace
os llevará a las reseñas que subí a este blog); y, entre diciembre del pasado
2023 y este mes de febrero, las de temática distópica: Los Juegos del Hambre y La
Selección, de la que solo llegué a leer los tres tomos principales, no su
secuela ni sus historias complementarias.
Excluí las novelas de vampiros que
marcaron mi adolescencia como Crepúsculo o Crónicas Vampíricas porque esas sí que
las había vuelto a releer con posterioridad y las tenía muy frescas en la
mente.
He disfrutado enormemente al
reencontrarme tras tantos años con los personajes de todas estas sagas y he
vuelto a emocionarme con sus vivencias y tragedias como aquel entonces.
2-Qué
recordaba de La Selección:
De todas las sagas, La Selección era última que había leído
en su momento (allá por 2014, recién abandonada la adolescencia) y, no
obstante, de la que menos me acordaba (no cuento Crónicas de la Torre, de la que me acordaba aún menos, puesto que
ni siquiera estoy segura de que llegara a leerla entera). Sin duda era la que menos
me marcó (a pesar de que sí me gustó mucho la historia y su final), no me dejó
un poso tan duradero como otras.
Básicamente, todo lo que recordaba
de la saga se ceñía a que su protagonista, America, era una chica pelirroja,
temperamental e insufrible que era escogida para cortejar al príncipe Maxon,
que era un encanto y no merecía la forma caprichosa e insoportable en la que
ella le trataba. Ella no terminaba de cerrarle las puertas de una vez a su
antiguo amor, Aspen, quien volvía a reaparecer en su vida por sorpresa.
El único otro personaje que recordaba
bastante bien era Celeste, así como la evolución en su comportamiento y su conclusión.
Salvo ciertos momentos muy puntuales
y arbitrarios que tienen que ver con America tocando el violín o trepando a un
árbol, mi mente estaba en blanco en cuanto al desarrollo de la historia, con
una gran excepción: los capítulos finales que suponen el clímax de las
historia, esos los recordaba con bastante detalle, quizá por lo impactantes que
son.
3-Análisis
libro por libro:
La
Selección (2012)
es, quizá, el más flojo de los tres, pues es muy introductorio y no ocurre gran
cosa. Tiene lugar en un futuro distópico en el que, tras una Tercera y Cuarta
Guerras Mundiales, Estados Unidos ha quedado convertido en Illéa, país monárquico
en el que cada vez que el heredero al trono alcanza la mayoría de edad, se
convoca un concurso en el que treinta y cinco chicas de todas partes del país
son seleccionadas para competir por ganarse el afecto del príncipe y, con ello,
la corona. Honestamente, no recordaba el sustrato tan machista de este
planteamiento, y la preocupante predisposición y desesperación que presentaban
las chicas y sus familias por conquistar a un hombre al que no conocían de
nada.
Otro detalle importante del
argumento de la historia que yo no recordaba es que la población del país había
quedado jerarquizada por castas: los Unos son la familia real, los Doses los
famosos y soldados, los Treses y Cuatros tienen también una posición bastante
acomodada y libre de necesidades primarias. A partir de ahí, empieza la
miseria. Los Cincos, casta a la que pertenece America y su familia, se dedican
a las artes plásticas y la música, pero tienen lo justo para sobrevivir. Los
Seises (casta a la que pertenecía Aspen, el novio de America) son sirvientes
(esto incluye a las doncellas de palacio). Los Sietes son sumamente pobres y
los Ochos, indigentes. Existen dos grupos de rebeldes que desean poner fin a
este sistema injusto: norteños y sureños, que causan revueltas y ocasionalmente
se cuelan en palacio y causan desastres importantes.
America y Aspen mantienen un romance
oculto a ojos de todos, pues pertenecen a castas diferentes, y tratan de
ahorrar lo suficiente para contraer matrimonio (con lo que ella pasaría a
formar parte de la casta de él y se convertiría en una Seis, por lo que su vida
sería más precaria aún).
En los primeros capítulos me constó
un poco entrar en la historia, pues me resultaba floja y carente de suficiente
calidad, además de que ciertos comportamientos y actitudes de Aspen y de la
madre de America me resultaban muy machistas, eso por no hablar de lo escandalosamente
normal que parece en ese mundo que cualquier pareja se case y tenga hijos con
apenas 18 años. Tampoco podía leer sin prejucios el apasionado romance de
America y Aspen pues lo único que yo recordaba con claridad era lo mucho que yo
prefería a Maxon sobre él. En el primer libro la relación entre Maxon y America
no progresa mucho por culpa de ella. Ni siquiera acabándolo de releer logro
rememorar escenas clave.
Además, por mucho que la mayor parte
de las protagonistas femeninas de este tipo de sagas suelan ser todas
insoportables (me pregunto por qué razón tienen que ser todas tan caprichosas,
coléricas, egoístas, injustas y orgullosas), America se lleva el premio gordo. Odié
lo grosera y desconfiada que era con Maxon cuando él siempre fue amable y
educado con ella. Lo lógico es que él la hubiera expulsado en el acto. Aunque sí
es cierto que en los libros siguientes él va perdiendo la paciencia y sacando
carácter.
[SPOILER:
Ella le tenía que haber confesado quién era Aspen en cuanto se encontraron con
él en el pasillo. No era consciente de lo mucho que estaba traicionando la
confianza de Maxon. Y el hecho de volver a liarse con Aspen en cuanto se
quedaron a solas, a pesar de estar en palacio pretendiendo al príncipe me
parece una absoluta falta de respeto.]
Calificación: 6’5/10
El segundo libro, La Élite (2013) es más
emocionante, ya que ocurren más cosas y con una mayor carga emocional e incluso
trágica. [SPOILERS:
La fiesta de Halloween, el castigo de Marlee y Carter (la parte sin duda más
triste y deprimente de ese libro), la pelea entre America y Celeste, el
reencuentro de America y Marlee, y lo mejor de todo: el triste y romántico
momento de América y Maxon en el refugio cuando él le enseña las cicatrices
causadas por su padre. También, aunque el personaje en sí resulte odioso, añade
emoción a la trama que el Rey se proponga hacer todo lo posible por forzarla a
abandonar.
America se hace aún más
inaguantable. Me puso de los nervios su indecisión durante todo el libro. Tan
pronto se enfurruñaba con Maxon por una tontería y se repetía que su futuro
seguía con Aspen como de repente parecía segura de querer un futuro con Maxon,
pero mientras tanto les seguía dando migajas a ambos, manteniéndolos en vilo. Es
muy indecisa con ambos pero no tiene problema alguno en flirtear con los dos a
la vez. Me sorprende que parezca tan segura de querer estar con uno y al
segundo siguiente cambie completamente de opinión por una tontería. Es muy
voluble, egoísta y caprichosa. Les utiliza sin remordimientos, y no parece
darse cuenta de lo mucho que está traicionando la confianza de Maxon al liarse
con Aspen siempre que se queda a solas con él. Nunca se da cuenta de que Maxon
se hubiera ido con ella desde el principio si ella le hubiera dicho que sí,
pero que si ella se empeña en quedarse en palacio pero sin apostar abiertamente
por Maxon él tiene derecho a tantear otras opciones por si ella le deja en la
estacada. Y aunque me parecía mal por parte de Aspen intentar recuperarla como
si no hubiera pasado nada cuando lo llevaron a palacio, él tuvo una paciencia
sobre humana con ella aguantando que ella no se decidiera y quisiera seguir en
palacio pretendiendo a Maxon mientras a escondidas se seguía besando con él. Sinceramente,
le tenía que haber dado un ultimátum y haberla forzado a elegir entre los dos
sin tener más acertamiento físico con ella hasta ese momento. America no hace
más que hacerse la víctima y creerse que son ellos los que juegan con ella
cuando es ella la que está jugando con ambos.
Y no hubo mayor alarde de estupidez
que cuando decidió seguir besuqueándose con Aspen a pesar de lo que le había sucedido
a Marlee. Que se arriesgara así pudiendo ser ellos los siguientes. O cuando
hizo esa presentación radical en el report
abogando por el fin de las castas y para colmo traicionó la confianza de
Maxon sacando el diario que él le había prestado en secreto. Los azotes
posteriores a Maxon fueron por su culpa. No se puede ser más egoísta y
desconsiderada. Nunca piensa en las consecuencias de sus actos y estos siempre
son sumamente desmesurados.]
Eso por no hablar de cómo es de cara
a los medios de comunicación y la audiencia. Puede que ellos la vean como una
heroína, pero sus conductas son irresponsables, irreverentes, desobedientes y
nada inteligentes. Si fuera una saga realmente seria con esas actitudes ya le
hubieran dado su merecido y se lo habría buscado ella solita.
Calificación: 7/10
El tercer libro, La elegida (2014), también es
emocionante e interesante, aunque se pasa de trágico. Tantas muertes
importantes no eran necesarias.
SPOILERS:
Repruebo enormemente que America fuera tan orgullosa a la hora de declarársele
a Maxon. Si ella hubiera confesado lo que sentía por él eso hubiera acelerado
el proceso. Entiendo que él tampoco quisiera ser el primero en decirlo porque
desde el principio él se había desvivido por ella y sin embargo ella nunca le
había dado señales claras de estar enamorada de él.
El cambio en la conducta de Celeste
no me parece para nada creíble (ni que ellas la perdonen), aunque sí conmovedor
de leer. Una persona que ha sido tan malvada y ha hecho cosas tan horribles no
puede de repente reformarse, arrepentirse de pronto de todo y pasar a ser maja
y cariñosa con ellas. Pero aun así consiguen lo que pretenden: que lamentes su
muerte. Es de las pocas cosas que recordaba de esta saga.
Una muerte que no recordaba y que me
ha sentado particularmente mal es la de Shalom, el padre de America. Es muy
gratuita e innecesaria. Era el mejor miembro de su familia. Por no hablar de lo
cruel que es que ocurriera justo en Nochebuena (¿y por qué no habían permitido que
las chicas de la Élite pasaran las Navidades con sus familias?).
Kota es un auténtico idiota, pero es
tan mal hijo que no resulta creíble. No parece lamentar nada la muerte de su
padre y actúa como un niñato desconsiderado, pero América estuvo muy bien
poniéndole en su lugar. Ahí se vio su carácter de futura reina.
Sí tenía una cierta noción de que alguno
de los padres de Maxon morían, pero no que lo hicieran ambos. Me da mucha pena
que la reina nunca llegara a ver a su hijo casarse y ser feliz y que nunca
descubriera lo que su marido le hacía a Maxon. El rey era horrible, un odioso
ser humano, y la reina debía de ser realmente idiota para no darse cuenta de
cómo es y de cómo trata a su hijo. Tampoco resulta creíble que la reina tenga
tanta paciencia con America con las salidas de tono que esta tiene y con las
confianzas que se toma cuando trata con ella.
Aprecio que la historia, como
distopía que es, haga el esfuerzo de tratar de perfilar un futuro alternativo
con bastante lujo de detalles históricos y que envista una crítica a las clases
privilegiadas y a la invisibilización de los menos afortunados. No obstante,
algo en lo que se nota que no es una saga de notable calidad y coherencia es
que tiene momentos nada creíbles y muy utópicos. Como el pasaje del primer
libro en el que America le pide a Maxon que cierre los ojos e imagine las
dificultades por las que pasan los menos afortunados, y pretende que él sea un
hombre con otras prioridades en cuanto los abra. Más tonto y utópico aún es que
surtiera efecto. Tampoco hay quien se crea el hecho de que la princesa italiana
que los visita en el segundo libro, Nicoletta, realmente le coja ese cariño
repentino a America y se ofrezca a prestarle su ayuda para lograr la corona,
así como que tan tranquilamente le pidan que proporcionen armas a los rebeldes
y ella acceda sin reparos en el tercer libro.
Calificación: 7/10
Para concluir, aclararé que a pesar
de ser una historia más superficial y simple que otras sagas de mi pasado,
también engancha mucho su lectura (más que nada a partir del segundo libro) y
sí se empatiza mucho con cómo se sienten los personajes y lo que desean
conseguir. No es una literatura de enorme valor y calidad pero cumple su
función de proporcionar entretenimiento y disfrute en lo que dura su lectura.