viernes, 18 de febrero de 2022

Reseña de "El misterioso caso de Styles" (1920) de Agatha Christie

 

Calificación: 6/10. 3 estrellas de 10

Llevaba con el propósito de empezar a leerme las novelas de misterio de Agatha Christie, la denominada “Dama del crimen” desde que leí su biografía el verano pasado. Aún no había decidido si leerlas en orden de publicación o en orden de popularidad cuando las navidades pasadas finalmente no opté ni por lo uno ni por lo otro y decidí aprovechar las fechas festivas para leerme sus Navidades Trágicas (1939).

Dado que este mes de febrero estrenan una adaptación cinematográfica de Muerte en el Nilo y yo prefería verla habiendo leído ya el libro, eso descartaba la opción de seguirlos leyendo por estricto orden de publicación sin saltarme ninguno porque nunca hubiera llegado a tiempo a Muerte en el Nilo antes de ir a ver la película. Por ello, mi resolución final ha sido tomar prestado de la bibioteca El misterioso caso de Styles (1920), que es la primera de todas sus novelas y la primera en la que aparece Poirot porque me parecía lo más correcto y adecuado, pero proseguir a continuación con dos que ya tengo en mi poder: su obra más famosa, Asesinato en el Orient Express (1934)de la que ya he visto dos adaptaciones cinematográficas con anterioridad— y acto seguido ponerme manos a la obra con Muerte en Nilo (1937) justo antes de ir a ver la película. Espero que me dé tiempo. Tras esto, me pondré con otras lecturas pendientes y de vez en cuando iré alternando otras novelas de Agatha (aún no tengo claro cuáles).

El misterioso caso de Styles nos es narrada en primera persona por el Capitán Hastings, antiguo conocido tanto de John Cavendish (hijastro de la fallecida), quien le invita a pasar unos días con él y su familia, como del detective Hercule Poirot, al que acude para resolver este caso. Me llamó la atención —pues no encontramos esto en Navidades Trágicas—, que este libro contara con ayudas para su comprensión, tales como una guía de personajes, un plano de parte de la casa o reproducciones de notas de papel encontradas durante la investigación.

Si bien tras mi lectura de Navidades Trágicas comenté que me había decepcionado no captar una personalidad más marcada y peculiar en Hercule Poirot, cambié de opinión al leer esta historia. Tal vez Agatha se esforzó más en los primeros libros en dar a su detective un mayor carisma y originalidad y con el paso del tiempo fue descuidando y disolviendo este importante rasgo de su personalidad. No podré salir de dudas hasta haber leído más casos protagonizados por él. En esta narración Poirot sí que resalta como un hombre algo excéntrico, maniático, muy tendente a la divagación y la abstracción, si bien me ha salido de ojo que en este libro los diálogos con el narrador eran mucho más frecuentes que en Navidades Trágicas, pues las constantes consultas que le hacía Hastings eran lo que nos permitía a los lectores ser algo partícipes de las deducciones del detective. No obstante, este, en el esfuerzo de la autora por no resolver el misterio hasta el final, contestaba a las dudas de Hastings de una forma sumamente vaga y ambigua o con otras preguntas, de forma que ni Hastings ni nosotros pudiéramos vislumbrar realmente el contenido de su mente.

Yo soy una lectora bastante distraída, pero sabiendo ante qué tipo de historia me encontraba, traté desde el principio de leer de forma cuidadosa y alerta tratando de prestar atención a los pequeños detalles y pistas de la investigación para tratar de sacar mis propias conclusiones. Por ejemplo, cuando Poirot pidió a Hastings que se situara en el ala izquierda del edificio y después le preguntó si había escuchado un ruido, enseguida me percaté —al contrario que el propio Hastings, que sin duda no es nada sagaz— de que estaba tratando de demostrar que era imposible que uno de los sospechosos hubiera escuchado desde ese punto de la casa el sonido de una mesilla de noche al caerse, tal y como esta persona sostenía que había hecho. Pese a esto, como yo ya no era capaz de recordar cuál de los Cavendish era el que había sostenido que había escuchado esto, de poco me sirvió esta averiguación. Sin duda, si Hastings es incapaz de resolver un crimen por su poca perspicacia, yo sería igualmente incapaz por mi deplorable memoria.

Asimismo, el hecho de estar acostumbrada a leer de una forma mucho más superficial y no estar muy versada en la lectura de novela negra (a pesar de la cantidad de series policiacas que veo en televisión) dificultaba mucho esta tarea. Eso por no hablar del enorme volumen de pistas —tanto relevantes como distractoras— que maneja Agatha en sus historias, como el propósito de confundir, distraer y desconcertar completamente al lector. Quizá sea este el secreto de su éxito, que sus casos son tan intrincados que ni el lector más experto y experimentado podría llegar a dilucidar a la perfección el modus operandi del asesino.

A continuación me dispongo a hablar sobre cuáles fueron mis sospechosos y cuál resultó ser la verdadera identidad del asesino, así que recomiendo a quienes aún no se lo hayan leído que ese salten los siguientes párrafos debido a sus evidentes SPOILERS.

 

A pesar de que debido a mi propia memoria ni siquiera recuerdo qué clase de indicios me hacían recelar de ellos, yo en un primer momento sospechaba de Cynthia Murdoch o de alguno de los médicos (incluso se nos dio a entender en cierto punto que Bauerstein había falsificado los resultados del análisis toxicológico), y más tarde, de alguno de los hermanos Cavendish. No obstante, cuando arrestaron a John, no pensé realmente que hubiera sido él, pues faltaban todavía suficientes páginas del libro como para dar cabida a un giro de los acontecimientos y además la forma tan simplona en la que se había producido esta detención hubiera hecho que esta resolución del caso hubiera sido sumamente decepcionante. Por eso mismo me contrarió muchísimo comprobar cómo Poirot parecía estar de acuerdo en que este era el asesino, ya que yo esperaba una oposición por su parte. Por un momento, temí que el final fuera a ser realmente así de decepcionante.

He de decir que cuando vi que, en efecto, ya iba a tener lugar la resolución del caso me preparé para leerlo con suma atención y expectación (de hecho como me estaba quedando dormida pospuse su lectura al día siguiente para disfrutarla en su plenitud) y he de confesar que sí sufrí una leve desilusión respecto a la identidad del verdadero asesino: Alfred Inglethorp. Admito que tiene su interés y su factor sorpresa el hecho de que resultara ser aquel del que todos sospechaban desde las primeras páginas, precisamente porque al haberlo pintado como un sospechoso tan evidente y odiado por todos Agatha había conseguido que el lector automáticamente lo descartara como verdadero culpable. Sin embargo, dado que yo esperaba una gran sorpresa o impacto respecto a la identidad del asesino esto solo se hubiera conseguido si realmente hubiera sido culpable alguien de quien no habíamos sospechando ni por asomo. El hecho de que resultara ser el sospechoso más evidente le restó impacto a la revelación.

Lo que sí me confundió fue la identidad de la cómplice, Evelyn Howard. Tanto para los personajes  como para el lector esta revelación era verdaderamente sorpresiva, porque Evelyn desde la primera pagina se esforzó en hacer creer que detestaba sumamente a Alfred y que le creía culpable, por lo que sin duda nunca hubiéramos creído que estuviera compinchada con él. No acabé de entender por qué entonces se empeñaba en señalar a su cómplice como el asesino, pero deduzco que era por lo que Poirot explicó de que Alfred se esforzó en aparentar ser sospechoso porque si lo detenían y luego lo absolvían después no podían volver a detenerlo. He de admitir que esto no lo comprendo demasiado bien. Pero si hay algo que no me cuadra y que hace que la resolución no sea completamente satisfactoria para mí es el hecho de que yo creía recordar, por una parte, que Poirot (o quizá Hastings) había comentado que Evelyn era la única de todos ellos que parecía realmente afectada por la muerte de Emily y sus ojos los únicos que habían derramado lágrimas, y, por otra parte, por qué cuando Poirot la reclutó como aliada y espía (cosa que de por sí no tiene mucho sentido) este insinuara que Evelyn arremetía tan descaradamente a Alfred porque trataba de encubrir a otra persona. Esto sí que ha quedado sin explicación para mí, así que si alguien lo entiende por favor que me lo explique.

 

En conclusión diré que si bien esta obra me ha gustado y constituye un pistoletazo de salida suficientemente sólido para Agatha como primera novela negra escrita por ella, no me ha parecido abrumadoramente sorprendente, inteligente o impactante como su fama como autora hace esperar de ella. Pero se disculpa por el hecho, precisamente, de ser su primera obra, en la que aún no había consolidado un método o estilo ni estaba todavía versada en la escritura de novelas de misterio. Por algo será que no es uno de sus libros más conocidos y reverenciados.

3 comentarios:

  1. Hola!!
    Este fue el primer libro que leí de la autora, yo decidí empezar a leer en orden de publicación. Gracias por la reseña.
    Besos💋💋💋

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola!! Gracias a ti por comentar.
      ¿Cuál es tu favorito de todos sus libros?
      Besos :)

      Eliminar
  2. No puedo opinar pues no he leído el libro, pero agradezco tu reseña.

    ResponderEliminar