Calificación:
7/10. 3 estrellas y media de 5.
Este
ha sido el segundo año consecutivo en el que he decidido aprovechar estas festividades
que tanto me gustan para leer libros con temática navideña. El año pasado
fueron Navidades Trágicas de Agatha
Christie y Cuento de Navidad de
Charles Dickens.
Este
año, por su parte, ha sido como uno de esos típicos memes de “Expectativas vs.
Realidad”. En mi lista de lecturas
navideñas pendientes estaban Diciembre
(no es lo mismo) sin ti, Antes de Diciembre, Después de Diciembre y If I return. Al final, no solo no he
conseguido leerme ninguno de esos porque en ninguna biblioteca los tenían y yo
no estaba dispuesta a comprármelos sin saber si me gustarían, sino que he
acabado leyéndome otro distinto que ni siquiera tenía en mi lista.
Pero
me ha gustado muchísimo. Improvisar no siempre da mal resultado.
Trasteando
con viajas capturas de pantalla encontré una en la que había guardado un
listado de libros navideños y decidí a la desesperada buscar si estaba alguno
en la biblioteca puesto que no podía conseguir los otros. Tuve suerte y decidí
probar con Una Navidad diferente de
John Grisham.
Cuenta
la historia de los Krank, una familia cuya hija se marcha durante una temporada
de voluntariado a Perú. Su ausencia durante la temporada navideña se va a hacer
más acusada y, además, Luther Krank, el padre de familia, descubre un odio
renovado hacia la Navidad al ver acercarse el trajín de las fiestas y al
descubrir tras echar cuentas el enorme pastizal que gastaron las Navidades
pasadas. Opta por elucubrar un plan para intentar que su familia no celebre las
Navidades este año, para lo cual decide que se marcharán de crucero en su
lugar, para que así su mujer, que todos los años se desvive por celebrar unas
Navidades perfectas, tenga un aliciente extra para acceder a saltárselas. No
obstante, no solo tendrá que sortear las reticencias y reparos que ponga su
mujer al plan, sino también una aplastante aversión por parte de sus vecinos,
para quienes romper con las convenciones y saltarse unas Navidades es un
absoluto crimen que merece desdén, burlas y censura.
Lo
empecé el mismo día de Nochebuena y, aunque me haya llevado cuatro días, es una
lectura entretenidísima, ligera y súper amena. No se hace pesado en ningún momento ni hace
decaer el interés a pesar de que la premisa sea bastante sencilla y se centre
en el día a día de este matrimonio tratando de sortear una fiesta que parece de
obligado cumplimiento.
Yo
me preguntaba cómo una historia tan sencilla podría tener un desenlace
sorprendente y a la altura de un final en condiciones, pero el caso es que lo
consiguió. En el momento en el que aparece el gran problemón mayúsculo que
amenaza con dar al traste todo el plan, los acontecimientos se precipitan y
casi sientes en tus carnes la ansiedad y estrés de los protagonistas, sufres
por ellos, los maldices por sus decisiones estúpidas y deseas poder hacer que
actúen de otra manera.
Además,
es bastante divertido y gracioso. Sin ser específicamente una comedia ni
hacerte reír a carcajadas, mantiene durante toda la historia un tono liviano y
llevadero, una ironía y un sentido del humor que es muy de agradecer. En particular,
el desenlace se siente especialmente disparatado e hilarante y sí que me sacó
alguna risa.
En
cuanto a los personajes, Luther me parecía un poco amargado al principio, por
ajustarse al prototipo de “Grinch”, pero acabé sintiendo compasión por él y
entendiendo su postura. Sin embargo, Nora
me ha irritado muchísimo. Al principio empatizaba más con ella que con él
puesto que yo también soy muy defensora de las tradiciones navideñas, pero una vez
que accedió al plan de Luther me exasperaba cada vez que flaqueaba y amenazada
con dar al traste tanto esfuerzo por parte de él. Y ya cuando llevó el desenlace
prácticamente la aborrecí. Su sentido común brilló completamente por su
ausencia y actuó como una verdadera idiota.
Algo
que repruebo del libro es alguna que otra insinuación xenófoba que me molestó,
de un modo similar a lo que me ocurrió con Navidades
Trágicas el año pasado. Se trata de un libro escrito en 2002. Vale que las
cosas han cambiado mucho en veinte años, pero tampoco es que lo escribieran el
siglo pasado. Si es una visión realista de cómo es la mentalidad de una familia
estadounidense común muestran dejar bastante que desear y ser prejuiciosos e
ignorantes respecto a los hispanos. No obstante, afortunadamente no son
alusiones tan frecuentes y graves como para que empañen la gran lectura que es.
El
final no me convenció por completo. No es malo ni triste y eso es más que suficiente
para mí, y por una parte, podría considerarse el adecuado en ese tipo de
lectura. En cierto modo es demasiado utópico y acaba recurriendo a la típica
moraleja del verdadero sentido de la Navidad que parecía haber cuestionado durante
todo el libro. Pero es que, además, estoy tan segura de que yo hubiera tomado
la decisión opuesta que me irritó que ellos no lo hicieran. Tomada ya la
terrible decisión, llegué a pensar que la única manera en la que podía salvarse
la situación era que ocurriera lo que efectivamente ocurrió, pero es que a mí
me resultaba muy poco creíble. La gente en la vida real no actúa así. Ya me
contaréis lo que opináis vosotros si lo leéis.